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25 de octubre de 2023

El ARQUA devuelve la vida a la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes"

El museo muestra una exposición temporal que se centra en los orígenes de la fragata y su vida marítima antes de su hundimiento en 1804 cerca del golfo de Cádiz y el posterior expolio de su tesoro por parte de Odyssey

El Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) ha devuelto la vida a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. Lo ha hecho a través de la exposición temporal inaugurada ayer y que podrá visitarse hasta el próximo 14 de enero. Bajo el título ‘Nuestra Señora de las Mercedes. Vida más allá del naufragio’, el museo de titularidad estatal perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte, muestra un episodio aún desconocido en la historia de la fragata: su vida antes de su trágico hundimiento en 1804 tras el enfrentamiento con navíos de la Armada británica cerca del golfo de Cádiz.

El propio director del Museo, Rafael Sabio, comisario de la exposición junto a Juan José Sánchez, presentó ayer la muestra en la entrada del complejo museístico. La exposición está situada en la planta que exhibe la colección permanente y permitirá al público conocer los antecedentes de este pecio español a través de algunas piezas recuperadas de su cargamento y de distintos manuscritos procedentes del Archivo Histórico de la Armada.

El director del Arqua presentó la exposición como «una obra teatral en tres actos, con presentación, nudo y desenlace, para conocer la historia de la fragata que hasta ahora no se conocía». Y es que, el navío español ha traspasado fronteras por el conflicto vivido con la empresa cazatesoros Odyssey por la propiedad del cargamento que, finalmente, fue entregado a España tras una sentencia judicial.

Ahora, la propuesta cultural del museo nacional va «más allá», como señaló Sánchez, ya que se centra en la vida activa de la Mercedes como fragata de la Real Armada. De hecho, el comisario de la exposición desmenuzó los tres actos perfilados por Sabio y explicó que se recorrerá el nacimiento del navío, las misiones en las que participó y su último viaje. Así, los visitantes podrán conocer que la fragata pisó el puerto de Cartagena en varias ocasiones, que estaba previsto que la ciudad fuera su base aunque nunca se estableció en ella o su pertenencia a la Escuadra del Mediterráneo, participando en guerras contra Inglaterra y Francia, entre otros hitos del buque.

Sánchez recordó que ‘Nuestra Señora de las Mercedes’ fue construida en 1786 para realizar distintas misiones en los antiguos territorios españoles en América y que en verano de 1804, la embarcación puso rumbo a España con la misión de transportar caudales. Cuando se encontraba cerca del golfo de Cádiz, la Armada británica inició una batalla naval que tendría como consecuencia el hundimiento de la fragata y el fallecimiento de 249 pasajeros.

Siglos después, la empresa cazatesoros Odyssey Marine Exploration extrajo del fondo marino las más de medio millón de monedas del cargamento de la fragata. Tras un largo litigio judicial, España consiguió recuperar este valioso conjunto numismático.

Ahora, la exposición inaugurada ayer en el Arqua, que se puede visitar hasta el 14 de enero, recuerda la vida del navío y pone en valor «la necesidad de proteger el patrimonio arqueológico subacuático», dijo Sánchez.

Además, la muestra sirve también como presentación al público de los dos cañones de bronce (culebrinas) que fueron recuperadas en la campaña arqueológica llevada a cabo en 2017 en el yacimiento y que forman parte de la exposición permanente.

Reapertura de la sala temporal
‘Nuestra Señora de las Mercedes. Vida más allá del naufragio’ es una iniciativa previa a la gran exposición internacional que se inaugurará en diciembre, ‘Nuestra Señora de las Mercedes. Una historia en común’, proyecto que propuso el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, a sus homólogos de seis países latinoamericanos (Perú, Bolivia, Colombia, Chile, México y Uruguay) en los encuentros bilaterales mantenidos en México, durante la celebración de la Conferencia Mundial de la UNESCO Mondiacult 2022.

Con la fragata también como protagonista, itinerará por los distintos países vinculados a la embarcación, poniendo en valor los lazos comunes entre América y España. De este modo, ilustrará el contexto social y cultural de los dos continentes en el siglo XVIII a partir de la historia de la embarcación, las misiones y lugares en los que recalaba o su cargamento. Para ello, se expondrán piezas diversas, incluidas más de 1.500 monedas recuperadas tras ser expoliadas por una empresa cazatesoros.

31 de agosto de 2018

Nace un Observatorio que denunciará el expolio de los galeones

Un nuevo Observatorio vigilará con el respaldo de grandes especialistas de toda Iberoamérica el futuro de los galeones acosados en muchos mares del mundo, en ocasiones con el permiso de algunos gobiernos, por empresas cazatesoros. La página web es observatoriogaleones.com y en ella se darán a conocer denuncias de malas prácticas que ponen en peligro el patrimonio común que suponen los restos de las naves que hicieron posible la primera globalización.
Ponentes del seminario internacional "El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología", celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional. FOTO: MAYA BALANYA
Arqueólogos, historiadores, juristas y divulgadores decidieron en un simposio celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional, poner en marcha esta iniciativa para señalar los proyectos como el del galeón San José, hundido en 1708 en Cartagena de Indias, que el gobierno Colombiano ha querido realizar con empresas de cazatesoros para vender la mitad de la carga y sin respetar los restos de 600 marinos españoles. Llamado oficialmente «Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido» comienza denunciando que todo rescate «que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible» y a las empresas que participen se les negará el calificativo de «industria cultural».

El pasado 11 de julio, ABC y Espejo de Navegantes reunieron en el Museo Arqueológico Nacional a especialistas de cinco países: Colombia, México, Portugal, Estados Unidos y España, en un seminario en defensa del galeón San José. Los participantes firmaron un manifiesto que ahora se extiende como iniciativa a todos los que quieran suscribirlo. En la web del observatorio puede dar su apoyo a la iniciativa.

El texto completo al que se dio lectura en el seminario “El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología” el pasado 11 de julio en el Museo Arqueológico Nacional dice así:


MANIFIESTO PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL SUBACUÁTICO COMÚN Y COMPARTIDO
1.- Desde hace algunas décadas, los mares y océanos del planeta ya no son los guardianes invulnerables de nuestra historia sumergida. Vivimos una catástrofe cultural sin precedentes por la destrucción de un registro histórico importantísimo con fines comerciales desde que algunas empresas se han dotado de una tecnología capaz de alcanzar los yacimientos arqueológicos subacuáticos a casi cualquier profundidad para explotarlos.

2.- Organizadas esas empresas en diferentes configuraciones internacionales los académicos y las instituciones científicas denuncian desde hace años operaciones de rescate comercial que han impedido el estudio o la excavación arqueológica, con los más altos estándares, de importantes yacimientos de nuestro pasado común. Defendemos lo que representa el patrimonio. Queremos contribuir a que se escriba la historia a través del patrimonio material de los pecios.

3.- A pesar de iniciativas concretas de mayor o menor impacto, acuerdos o procesos judiciales, los Gobiernos de nuestro hemisferio iberoamericano han demostrado incapacidad al organizar una respuesta coordinada y eficiente a este desafío global y el resultado ha sido que está en marcha una forma de dominación tecnológica del medio marino por la ambición de estas empresas, que además compromete la seguridad y las relaciones amistosas entre Estados, algo que hemos visto ya en casos recientes como la fragata Mercedes o el galeón San José. Constatamos que, desgraciadamente, faltan ejemplos de buenas prácticas.


4.- Creemos que nuestras sociedades, abiertas y democráticas, tienen a mano herramientas que aún no han sido utilizadas para defenderse de estos hechosen apoyo de la legislación internacional y la cooperación científica. Y que las agresiones contra importantes yacimientos de nuestra historia compartida han permitido que emerja una conciencia capaz de movilizar nuevos ámbitos de respuesta. El referente que proporcionan la Unesco y los principios de la inmunidad soberana, junto con el resto del ordenamiento jurídico de protección del Patrimonio Cultural Subacuático, merecen ser tenidos en cuenta con una nueva visión de conjunto, de patrimonio común y compartido que supere las limitaciones de la gestión activada hasta ahora por las naciones afectadas.

5.- Los que apoyamos este observatorio somos científicos escritores, arqueólogos, abogados, ciudadanos de este tiempo con el deseo de que la investigación arqueológica e histórica tenga la posibilidad de poner en manos de la sociedad el conocimiento del pasado común y las claves para nuestra cultura que permanecen en los pocos yacimientos que permanecen inalterados. Queremos aprovechar las oportunidades para crear vínculos que tendrían los proyectos de investigación sobre este delicado patrimonio y la posibilidad de generar un relato sobre nuestra historia común que ayude a superar las limitaciones e incomprensiones hasta ahora presentes en el marco de las historias nacionales.


6.- El desafío que tenemos ante nosotros es global porque la historia que compartimos las naciones que alguna vez formaron parte de los territorio de la Monarquía Hispánica es la de la primera globalización. Ha llegado la hora de ayudar con acciones concretas a la preservación y el estudio activo de un patrimonio que la mera conservación «in situ» ya no puede proteger. Por eso hemos creado este Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido.

Por todo ello, afirmamos:

1.- Cualquier planteamiento que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible. Sabemos que este principio no ha sido todavía asumido por la totalidad de los países donde descansa patrimonio subacuático de los barcos de la Época Moderna de origen iberoamericano. Las empresas cazatesoros o rescatadoras que proponen una arqueología con fines comerciales no deben considerarse como parte de la industria cultural. La labor de extracción comercial de restos arqueológicos no tiene nada que ver con la arqueología y carece de prioridades científicas. Observamos que mercado y cultura jamás habían llegado a tan profunda contradicción.

2.- El patrimonio subacuático de origen hispánico ha sido el objetivo principal de la industria cazatesoros internacional por la presencia de cargas preciosas en los yacimientos. Proponemos soluciones específicas que le garanticen la misma protección de que disfruta el patrimonio subacuático de diferentes orígenes culturales. Proponemos la creación de una nueva categoría de bienes que con el título de «patrimonio cultural común subacuático hispánico o iberoamericano» permita el estudio, conocimiento, investigación y preservación para el reencuentro de nuestras sociedades, de estos bienes de los que ostentan la titularidad directa en nombre de la humanidad, sobre las bases de la ciencia, la cooperación y la cultura.

3.- Solicitamos la creación de un capítulo específico regional dentro de la cooperación Americana, Asia Pacífico, África y para toda la Unión Europea dentro de su Política Marítima Integrada relativo a la protección del patrimonio cultural subacuático y a la arqueología subacuática.

4.- Solicitamos que los restos arqueológicos extraídos por medio de metodología no científica y, en cualquier caso contradictoria, a los previstos de forma anexa en la Convención de la UNESCO 2001, sean considerados actos de expoliación con los efectos previstos en derecho para los mismos. Que la expoliación cultural de los fondos marinos sea asimilada a la piratería por causar deliberadamente un resultado irreparable, configurando una actividad claramente enemiga de toda la humanidad.

5.- Solicitamos que la comercialización de bienes culturales extraídos del océano sin acreditación de su origen y legalidad sean considerada tráfico ilegal de bienes culturales. Que, asimismo, los mercados públicos se cierren a las empresas que cooperen conscientemente con compañías cazatesoros.

6.- Expresamente respaldamos la toma en consideración del principio de inmunidad soberana de los buques de Estado históricos, priorizando también las contribuciones culturales históricas y artísticas de los países de origen y sus comunidades, siempre que responda a la estrategia de protección de ese patrimonio cultural y que en todo caso se preservará el carácter común de ese patrimonio subacuático de conformidad con los mecanismos de cooperación de derecho internacional en materia de cultura.

7.- Invitamos especialmente a los periodistas e informadores iberoamericanos a que rechacen el lenguaje que proponen las empresas cazatesoros, que supone una importante batalla por la dignidad del patrimonio común. No existen solo tesoros en los yacimientos, hay que poner en primer plano la historia y el contexto de los mismos. Que hablen los arqueólogos: la tecnología, por asombrosa que resulte, no convierte por sí sola un rescate en algo científico. Extendiendo una visión meramente comercial de los yacimientos se llega a favorecer la impunidad del expolio.

8.- Pedimos a los Gobiernos que destinen fondos y medios suficientes para garantizar una respuesta arqueológica al desafío global de la destrucción del registro histórico de las máquinas y bienes que hicieron posible la primera globalización y su importantísimo patrimonio. Creemos que debe preservarse el principio de libre investigación, garantizarse el carácter abierto a la cooperación y a la accesibilidad científica y no discriminatoria de los pecios, siempre bajo la sujeción a los principios anexos de la Convención UNESCO 2001.

9.- Solicitamos que las autoridades responsables de las políticas educativas incorporen en los planes de estudio de la infancia y la juventud los vínculos históricos que el mar representa en la conformación de las sociedades hispánicas e iberoamericanas. Y que las Universidades posibiliten una formación especializada en arqueología subacuática asumiendo el protagonismo que les corresponde en ese ámbito, con un horizonte de cooperación internacional entre instituciones por el que la sociedad civil descubra nuevos caminos a los Gobiernos.

10.- Proponemos que se tomen las decisiones necesarias de cooperación cultural en el ámbito iberoamericano para emprender la excavación conjunta y multinacional de un galeón, primer vehículo de navegación oceánica en al historia. No hay ninguna razón para que se posponga un desafío colectivo como este que ofrezca un ejemplo de cooperación e investigación científica internacional y cierre las posibilidades a los proyectos comerciales en curso en diferentes países.
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25 de junio de 2014

La exposición del tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes" recorrerá España a partir de diciembre

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha anunciado este martes en el Pleno del Senado que el tesoro del Odyssey que actualmente se expone en una exposición conjunta en el Museo Naval de Madrid y el Museo Arqueológico Nacional (MAN) podría empezar su recorrido por España en una exposición itinerante a partir del mes de diciembre y que no afectará a la exposición permanente del tesoro que se expone en el Museo de Arqueología Subacuática (ARQUA) de Cartagena.
El proyecto de itinerancia ya está en marcha por parte de la Dirección General de Bellas Artes.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha anunciado este martes en el Pleno del Senado que el tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes", rescatado de manos de la empresa cazatesoros Odyssey y que actualmente se expone en una exposición conjunta en el Museo Naval de Madrid y el Museo Arqueológico Nacional (MAN) podría empezar su recorrido por España en una exposición itinerante a partir del mes de diciembre.

Según ha indicado Wert,  la exposición 'El último viaje de la fragata Mercedes' podrá visitarse hasta el 30 de noviembre en las dos sedes de Madrid, y será entonces cuando podrá iniciar su recorrido por el resto de la geografía española.

El proyecto de itinerancia ya está en marcha y actualmente el objetivo es "encontrar un modelo para adecuar el discurso museográfico a la capacidad más limitada de las salas", en las que se pueda contemplar tanto la "dimensión histórica" como el "discurso" con el que mostrar el tesoro.

Para ello, se está realizando un plan a través de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio con todas las comunidades autónomas que han solicitado esa itinerancia y "en función del ajuste temporal, en el mes de diciembre --porque antes no tiene sentido-- se irá dando satisfacción a estas demandas", según ha indicado Wert.

Según han indicado fuentes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a Europa Press, las 12 comunidades que han solicitado la itinerancia del tesoro del Odyssey son Castilla y León, Canarias, Aragón, Madrid, La Rioja, Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Galicia, Valencia y País Vasco.

Wert ha destacado además que la exposición 'El último viaje de la fragata Mercedes' es una muestra "compleja" son un relato histórico y un relato museográfico, que está hecha con "la ambición que permiten las dos sedes que la acogen, que permite un discurso expositivo complejo que no necesariamente es transplantable a otros posibles destinos de itinerancia".

MÁS DE 500.000 MONEDAS
La exposición 'El último viaje de la fragata Mercedes' muestra el patrimonio recuperado de la fragata tras el litigio con la empresa Odyssey, que anunció en 2007 el hallazgo de un lote de más de 500.000 monedas en el lugar en el que se había hundido el navío español, así como otros objetos.

Tras un largo litigio entre la empresa estadounidense y el Gobierno español, los tribunales norteamericanos dieron la razón a España y se ordenó la inmediata devolución de estas piezas al país de origen, donde por fin se dan a conocer al público en una gran muestra en la que además se ofrece un marco histórico para situar al visitante en aquel suceso, ocurrido el 5 de octubre de 1804.

Organizada por el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Acción Cultural Española (AC/E), esta exposición acoge no solo objetos encontrados en la fragata, sino también un buen número de documentos y cartas con las que se reproduce aquel momento.

28 de mayo de 2013

La Armada expulsa de aguas de Málaga a otro buque cazatesoros de "Seaway Offshore"

El  "Endeavour" pertenece a la compañía cazatesoros norteamericana Seaway Offshore, la misma propietaria del "Seaway Invincible", que ya fuera expulsado de aguas españolas el pasado diciembre cuando hurgaba frente a la costa de Marbella.
Actualmente el "Endeavour" se encuentra en el puerto de Algeciras.

El patrullero de la Armada 'Infanta Elena', apoyado por el 'Serviola', interceptó al buque de investigación 'Endeavour', con bandera de Togo, que supuestamente se encontraba realizando sondeos con el objetivo de localizar navíos hundidos en aguas frente a la costa de Málaga.

Según ha informado este lunes la Armada en un comunicado, efectivos de la Armada identificaron y visitaron al buque, que venía siendo vigilado desde hace meses, y le ordenaron interrumpir sus actividades en las aguas españolas del mar de Alborán, en su plataforma continental.

El 'Endeavour' venía siendo seguido desde el Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de Cartagena desde septiembre del año 2012 y la semana pasada se detectó que se dirigía hacia el Estrecho de Gibraltar.

En la madrugada del día 26, tras analizar sus movimientos y "comprobar que se correspondían con los patrones clásicos de búsqueda de pecios", se ordenó a los patrulleros que le interceptaran. Tras la visita al buque para comprobar sus actividades, se le ordenó abandonar la zona.

El 'Endeavour' se dirigió entonces hacia Algeciras acompañado por el patrullero 'Infanta Elena', donde fue transferido a la Guardia Civil con la que se coordinaron las actividades realizadas por los patrulleros de la Armada.

Ya se le detectó en octubre
El 'Endeavour', al que ya se detectó realizando tareas similares el pasado mes de octubre, pertenece a la misma compañía que el 'Seaway Invincible', buque que también fue visitado y expulsado de la misma zona el pasado mes de diciembre por el patrullero 'Infanta Cristina' por la misma razón.

Entonces, fuentes de la Armada explicaron que la empresa a la que pertenece el 'Seaway Invincible', con bandera panameña, es norteamericana, pero no es Odyssey, la compañía condenada por un tribunal norteamericano a devolver a España el tesoro de la fragata hundida 'Nuestra Señora de las Mercedes'.

Este tesoro se encontraba en la zona de donde se ha expulsado ahora al 'Endeavour'. Entonces, la empresa 'cazatesoros' aseguraba estar buscando un pecio británico.

La expulsión del "Seaway Invincible" el pasado diciembre
Para saber lo que pretendía el Seaway Invincible el pasado mes de diciembre bastaba con haber leído lo que publicó Ouest France el 9 de mayode 2012: "El Seaway Invincible estaría preparando la caza de un tesoro". El periódico francés precisaba que la empresa propietaria de este barco es Seaway Offshore, propietaria del Seaway Endeavour, por entonces también en Brest. Los piratas prestan atención a la prensa, así que este barco cambió de bandera (la tenía panameña en Brest) y de nombre: ahora se llama Endeavour a secas y luce bandera de Togo.

Seaway Offshore esconde algo, o desde luego no actualiza demasiado su web, ya que en ella no figura el Endeavour, y sí en cambio el Seaway Rover, que ya no se llama así, sino Seaway Agbamu, está registrado en Nigeria y anclado frente a Lagos.


Estas operaciones de la Armada son una prueba de que algo va cambiando en la administración española en cuanto a tolerar las andanzas de los ladrones de patrimonio.

1 de diciembre de 2011

El Tribunal de Apelaciones desestima el recurso de Odyssey

Los jueces ratifican la sentencia que obliga a la empresa de cazatesoros a devolver a España los objetos extraídos de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes"
El Tribunal de Apelaciones de Atlanta ha desestimado el recurso presentado por la empresa Odyssey Marine Exploration contra la sentencia que le obliga a entregar a España el tesoro de la fragata española "Nuestra Señora de las Mercedes", según ha confirmado James Goold, el abogado que representa al Estado español en el caso.
Monedas rescatadas de la fragata española
"Nuestra Señora de las Mercedes" Foto: Público
Los 11 jueces del Tribunal de Apelaciones han ratificado de nuevo la sentencia que reconoce los derechos de España sobre la embarcación y su cargamento y ordena a Odyssey la devolución de todas las monedas y objetos extraídos del pecio.
"Ahora ya sólo les queda ir al Tribunal Supremo de EEUU, aunque si son realistas deberían darse por vencidos y reconocer que es una medida a la desesperada", ha dicho Goold, que ha calificado la petición como "simplemente inaceptable".
El tesoro está valorado en 348 millones de euros
La escueta decisión judicial, a la que se ha tenido acceso hoy a pesar de que la emitieran ayer, señala que ninguno de los magistrados encargados del caso consideró oportuno atender la petición de la compañía estadounidense de revisar su anterior decisión, por lo que ni siquiera fue necesaria una votación.
Hace un mes este mismo Tribunal de apelaciones ya rechazó un recurso de Odyssey, que trata de agotar todas las opciones legales para no tener que entregar a España el tesoro valorado en348 millones de euros, el mayor jamás hallado bajo el mar.
La fragata fue hundida en 1804 por un barco inglés
En mayo de 2007, la empresa exportó en secreto dos aviones cargados tras el hallazgo del las monedas y objetos extraídos en aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar. Dos años después, un juez de EEUU dictaminó que la fragata, hundida en combate por un barco inglés en 1804, había sido enviada en misión especial por Carlos IV, pese a que también trasladaba propiedades privadas.
La Comisión Europea (CE) lanzó este lunes una consulta pública para buscar el modo de mejorar la protección que se concede al patrimonio cultural, histórico y artístico de los Estados miembros, con el objetivo de evitar el saqueo de estos 'tesoros nacionales', que después son vendidos fuera del territorio.
(Fuente: Público)

11 de enero de 2011

Filipe de Castro: "Odyssey va a pagar"

Imaginen que estamos en el año 2525. En un desierto remoto yace polvorienta la nave Apolo XI en la que el hombre viajó por primera vez a la Luna. Unos exploradores encuentran el transbordador, despojan su interior de cualquier objeto y lo abandonan, dejando tras de sí el artefacto en el que la humanidad, por una vez, dejó de mirar sombras dentro de la cueva y se propuso dar un gran paso.

Puede parecerles ciencia ficción, pero para Filipe Vieira de Castro, director del Laboratorio de Reconstrucción de Barcos en la Universidad de Texas A&M, es tan sólo una metáfora de lo que está ocurriendo hoy en día bajo nuestros mares y océanos.
Filipe de Castro junto a una de las maquetas que utiliza en sus clases.
«Es una pena que un pecio único como el San Diego todavía no esté publicado», dice De Castro. Este galeón español, «dibujado, concebido y construido para realizar una de las rutas más largas y difíciles de este periodo, un space shuttle del siglo XVI» fue hundido cerca de Manila, Filipinas, por navíos holandeses en 1600. En 1991, el arqueólogo francés Frank Goddio lo encontró, extrayendo del buque cada una de los 6.000 piezas que allí se encontraban. Sólo quedó allí el barco y los huesos de trescientos marineros.
«El pecio ha sido excavado y sabemos de los cañones, de las monedas, de las porcelanas… pero el buque, lo realmente interesante desde el punto de vista intelectual, no ha sido publicado», se lamenta De Castro.
  • En 1991, el arqueólogo francés Frank Goddio encontró el "San Diego", extrayendo del buque cada una de los 6.000 piezas que allí se encontraban. Sólo quedó allí el barco y los huesos de trescientos marineros.
Originalmente un ingeniero civil en su Portugal natal, De Castro comenzó a interesarse por la arqueología náutica a principio de los noventa, colaborando de manera amateur con el Museo Nacional de Arqueología de Lisboa. En 1997, atormentado por el descarado saqueo que los cazadores de tesoros estaban infligiendo a los pecios portugueses, colaboró en la creación del Centro Nacional de Arqueologia Náutica e Subaquáteca.
Tras dirigir desde Lisboa la investigación de algunos naufragios, De Castro decidió desplazarse hasta Texas para aprender el oficio de la mano de leyendas como George Bass, padre de la arqueología subacuática, o Richard Steffy, cofundador del prestigioso Institute of Nautical Archaeology. Actualmente, el portugués ocupa el sillón de Steffy como director del laboratorio.
  • De Castro, además de impartir clases e investigar, colabora activamente con organizaciones internacionales que luchan contra los cazadores de tesoros.
«Odyssey va a pagar»
«Trabajamos 12 meses al año. La arqueología náutica no es como otros trabajos, es divertido e intelectualmente creativo. Nunca he sentido que necesitara vacaciones», dice De Castro, quien además de impartir clases e investigar, colabora activamente con organizaciones internacionales que luchan contra los cazadores de tesoros. «La Unesco está apoyando cada vez más nuestra causa, pero aún queda un largo camino. Actuamos después de que los cazadores de tesoros hayan hecho su trabajo. Deberíamos ser más proactivos pero estamos muy desorganizados».
Sin embargo, reconoce a España el mérito de haber sentado jurisprudencia en los tribunales internacionales. «Soy amigo personal de Greg Stemm y los dos sabemos que lo que él hizo estuvo muy feo y que se va a joder en el tribunal, sabemos que va a tener que devolver todas las monedas. Eso va a ser un muy buen ejemplo, que un cazador de tesoros, por primera vez, vaya a pagar», dice De Castro.
A lo largo de sus años en Texas, el arqueólogo portugués ha elaborado una base de datos de pecios españoles. «Están casi todos, sobre un centenar, con todas las imágenes y textos que he podido acumular» y que —aviso a navegantes— pone a disposición de cualquier investigador.
«Los ingleses han escrito la historia de la Armada española como un relato de gente malvada y avariciosa, que hundía sus barcos porque no eran competitivos», dice De Castro, «y la realidad es que estaban mapeando el planeta, haciendo los primeros estudios antropológicos de las gentes que encontraban y escribiendo páginas increíbles de la literatura mundial, pero los portugueses y los españoles tendemos a pensar en pequeño, y esto no está ayudando a la causa».
Más que una colmena de arqueólogos, el Laboratorio de Reconstrucción de Barcos de Texas A&M, repleto de barcos en miniatura, lápices y planos, parece el taller de una juguetería. De Castro y su equipo están trabajando ahora en la reconstrucción del Vasa, un barco de guerra sueco del siglo XVII. Investigan las culturas que produjeron esos barcos a través de contratos antiguos de compra-venta de madera o iconografía para recrear la construcción del buque y teorizar cómo van a meter dentro a 450 marineros, cuánta agua necesitan o dónde van a dormir.
Bajo la lámina de Vroom, la pantalla del ordenador muestra el detalle de un barco. En realidad, es la fotografía de un fresco impresionista del palacio del Viso del Marqués, en Ciudad Real, a más de 8.100 kilómetros de este laboratorio.
Teoría y práctica
«Me interesa la evolución de las formas», apunta De Castro. «Empezamos con un pequeño dibujo de un buque de tres mástiles en Barcelona, de 1409. Es la representación más antigua de un buque de tres mástiles que va evolucionando hasta un buque que un siglo más tarde va a la India, a América, desde Acapulco hacia las Filipinas… y todo esto supone un trabajo científico prodigioso que nadie ha estudiado a fondo».
Los esfuerzos de este grupo de investigadores no son solamente un reto intelectual por comprender cómo se fabricaron las naves espaciales del siglo XVII. Uno de los proyectos más ambiciosos del INA consiste en restaurar La Belle, un barco francés que naufragó en su intento de ascender por el Mississippi. Tras rescatar las piezas del fondo, la madera será tratada durante tres años en una solución acuosa de polietileno glicol para evitar que se deshaga y, a continuación, restaurada en un secador-congelador gigante. Finalmente, Filipe de Castro y su equipo emplearán las teorías adquiridas para reconstruir este buque, que en unos años será exhibido en un museo de Austin tal y como era antes de naufragar.
Al final de una de sus clases, antes de que sus alumnos se marchen, De Castro comenta que, «por razones prácticas, hay que conocer el pasado. Porque si no lo hacemos, tendremos que fiarnos de nuestros políticos. O lo que es peor, de nuestros periodistas». Touché.
(Fuente: ABC)

Filipe de Castro: "La arqueología española se ha balcanizado en regiones"

El despacho de Filipe de Castro está adornado con una austera lámina que representa una batalla naval. «De Cornelisz Vroom, un pintor holandés del periodo de Felipe II», aclara De Castro. «Es un combate de portugueses y españoles contra navíos holandeses. Un cuadro increíble».
De Castro es manager del Institute Of Natical Archaelogy.
De Castro, que tuvo que lidiar con episodios similares en su etapa en Lisboa, manifiesta una empatía especial hacia España por los ataques de los cazadores de tesoros contra su patrimonio sumergido. Como en el cuadro de Vroom, cree que ambos países deberían aliarse para combatir a los expoliadores. «Pero es muy difícil, porque en España la arqueología está balcanizada en regiones. Desde el Ministerio de Cultura español nunca nos han contactado», dice cabizbajo. «Mis contactos con España son más personales que profesionales, tengo muy buenos amigos historiadores y arqueólogos, como Manolo Gracia Rivas, o José Luis Casado Soto, científico increíble que no ha publicado jamás una línea que no sea preciosa».
Según De Castro, tanto él como el Institute of Nautical Archaeology podrían ayudar mucho a los políticos y a los arqueólogos españoles «a saber lo que hay, porque la información no circula. En lugar de publicar dónde están los datos primarios, los arqueólogos suelen traficar entre ellos, es como si se empobrecieran al publicar lo que encuentran. Así la arqueología náutica nunca llegará a ser una disciplina científica, sobre todo en el Mediterráneo. Es una clase horrible, muy disfuncional».
Este secretismo supone, además, un obstáculo en la lucha contra los cazadores de tesoros. «Tenemos contacto con ellos y sabemos lo que pasa. A veces descubrimos la existencia de un pecio cuando ya han sido destruidos por cazadores de tesoros, para sacar unas barras de plata o de plomo que luego son vendidas como expolios de otros pecios. La confusión es completa».
(Fuente: ABC)

26 de julio de 2010

Un sarcófago y toneladas de oro sepultados en el litoral español: "Beatriz" y "Sussex" son los navío más buscados en en el paraíso mundial de la arqueología subacuática

Poco imaginaban en el antiguo imperio egipcio que la momia del faraón Micerino, cuya imponente pirámide fue la tercera levantada en la meseta de Gizeh durante la IV Dinastía, terminaría descansando a miles de kilómetros y en el fondo del mar. Su sarcófago de basalto, de 2,6 metros de largo, se encuentra frente a las costas murcianas, en las tripas de un barco llamado Beatriz. Su descubridor en 1837, el británico Howard Vyse, pretendió llevar el valioso tesoro hasta el Museo Británico para abrirlo allí y convertir a Londres en la capital del mundo arqueológico, en dura pugna con alemanes y franceses. Pero no todo salió a gusto de Vyse y hoy centenares de cazatesoros, arqueólogos y curiosos siguen la pista de Micerino por Cartagena. 

La historia del Beatriz y de su momia es una de las muchas que existen en torno a la arqueología subacuática, disciplina a caballo entre la historia, el arte y el negocio en la que el litoral español es uno de los paraísos más apreciados y también más expoliados del mundo. 'Entre el 85% y el 90% de los yacimientos registrados han sido dañados por los cazatesoros', calcula Javier Noriega, uno de los componentes del grupo Nerea, empresa especializada en arqueología marina que surge de la Universidad de Málaga. Su empeño, y el de sus diez compañeros, es proteger el legado histórico que pervive entre algas y arena. 


El número de naufragios en aguas españolas es una incógnita, según se ha puesto de manifiesto durante el congreso de arqueología subacuática celebrado el mes pasado en Gandía (Valencia). Está casi todo por descubrir en yacimientos clásicos -fenicios, romanos y griegos- y medievales. Y por seguridad, son contadas las autoridades que manejan un mapa sobre la localización de los pecios (restos de una nave naufragada) catalogados. 

La costa catalana, una de las que ha gozado de mayor rigor en la exploración, arroja más de 700 yacimientos. En Andalucía, por su parte, se afirma que entre Ayamonte (Huelva) y Tarifa (Cádiz) duermen los restos de más de 200 barcos cargados de tesoros por un valor aproximado de 115.000 millones de euros. 

El cementerio de galeones en que se convirtió el golfo de Cádiz a partir del siglo XVI acoge a uno de los buques más deseados, el Sussex. Bandera de la flota británica hasta 1694, se hundió hasta los 800 metros de profundidad tras una fuerte tormenta en el Estrecho. En el naufragio perdieron la vida 500 marineros y se fueron a pique nueve toneladas de oro. Su valoración depende de la fuente consultada: entre 1.000 millones y 4.000 millones de euros. 

Más allá del interés económico que mueve a Gobiernos y empresas, los especialistas han reiterado las inmersiones en aguas gaditanas en busca de restos de la batalla de Trafalgar, librada entre franceses, ingleses y españoles en octubre de 1805. 


La Unesco cataloga como yacimiento subacuático cualquier barco con más de un siglo bajo el mar. Javier Noriega, de Nerea, opina que debe protegerse cualquier nave hundida con valor histórico: '¿Un buque de la Guerra Civil no tiene valor arqueológico?', se pregunta el experto. 

Para este tipo de profesionales, tres son las principales amenazas que se ciernen sobre los restos de naufragios o batallas: expoliadores, obras civiles y el abandono de la Administración. 

Entre los arqueólogos existe quien defiende que los restos deben protegerse, estudiarse y dejarse donde los ancló el infortunio, sacando a la luz sólo los materiales metálicos (monedas, armas, etc.) y la cerámica. Una corriente contraria aboga por extraer también las estructuras de los navíos para exponerlos en museos. En lo que coinciden unos y otros es en la necesidad de legislación, inversión en tecnología e investigación y medidas para proteger el patrimonio que se esconde en las profundidades. 

'Wasa', del fondo marino a un museo tras el tesoro 
Más allá de las complicaciones técnicas de sacar un pecio a la superficie, el mantenimiento al aire libre de un barco naufragado es extremadamente complicado. Cada uno de los materiales que han sobrevivido bajo el agua debe ser tratado hasta su estabilización. 

Uno de los buques más célebres que tuvo un final fatal fue el sueco Wasa. Su naufragio ocurrió en 1628, en el mar Báltico, cuando acababa de ser botado. El Wasa fue sacado a flote en 1961 y hoy descansa en un museo levantado en torno a él, el Wasa de Estocolmo. Sus tablas precisaron años de tratamiento a base de polieliteno glicol, un producto ceroso que penetra muy despacio en la madera y sustituye al agua salada. 




España mantiene un acuerdo con la Unesco para la investigación de los restos de la batalla de Trafalgar, pero la voz del organismo es clara al desaconsejar que los yacimientos salgan del agua. Sólo en caso de peligro de robo o destrucción estaría de acuerdo en arrancar los tesoros del abismo. 


Tras el tesoro 
• Un detector de objetos mediante vibraciones de alta frecuencia y cámaras que aguanten la presión son los elementos fundamentales para localizar un yacimiento subacuático. Una vez encontrado, será fundamental para la investigación que haya permanecido oculto a piratas y curiosos. 

• La última gran operación de la Guardia Civil contra una banda de expoliadores fue culminada en mayo con la detención de siete personas. El cabecilla consultaba la ubicación de los naufragios en libros de historia. 

• La mayor firma cazatesoros del mundo tiene sede en Tampa (Florida), se llama Odyssey Marine Exploration y es bien conocida en España por su empeño en sacar el Sussex del Estrecho. La compañía cotiza en Bolsa con una capitalización de 145 millones de dólares.





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