google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Según Moncasi de Alvear, Odyssey ve perdida su batalla por el tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes"

31 de agosto de 2010

Según Moncasi de Alvear, Odyssey ve perdida su batalla por el tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes"


Un descendiente del Almirante Diego de Alvear, segundo comandante del buque de guerra español –Nuestra Señora de las Mercedes- cree que Odyssey (OME) ve perdida su batalla por el tesoro de “Las Mercedes”. José María Moncasi de Alvear ha salido al paso de las declaraciones de Odyssey Marine Exploration descalificando tanto al tribunal de Tampa como al estado español en el litigio que les enfrenta desde mayo de 2007, año en que OME expolió 500.000 monedas de oro y plata pertenecientes a la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”.
Odyssey se presenta como victima
En documento de 39 páginas presentado ante el Undécimo Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos con sede en Atlanta, la empresa cazatesoros –que cotiza en el Nasdaq- intenta convencer al ‘equivalente del Tribunal Supremo español’ de que anule la decisión tomada por un juez de Tampa (Florida) el pasado 23 de diciembre de 2009 en el que recomendaba a Odyssey (OME) entregar a España las 500.000 monedas de oro y plata encontradas en el fondo marino pertenecientes al buque español “Nuestra Señora de las Mercedes”, barco hundido el 5 de octubre de 1804 por una flota inglesa. En dicho documento, OME alega que en primer lugar no había restos del barco ni de seres humanos en el pecio y que su actuación fue, en todo momento, ‘apropiada y legal’. Además, insiste en que el cargamento del buque era propiedad de particulares –no pertenecía al reino de España- y que, por tanto, viajaba en misión de paz’, por lo que el cargamento no esta sujeto al principio de inmunidad soberana cuando fue hundido frente a las costas del Algarve (Portugal). OME, en el mismo documento, acusa a España de utilizar un ‘lenguaje emocional y exaltado’ para defender los intereses nacionales.
Además, OME, que puso el tesoro bajo la autoridad de un tribunal estadounidense para su ‘apropiada adjudicación a los reclamantes’ –según expresa la empresa en su recurso de hoy- se queja ante el tribunal de apelaciones que la justicia norteamericana no debería de haber dejado este asunto en manos de ‘un tribunal que no tenía jurisdicción alguna’. Añade OME, en el documento de 39 páginas, que la respuesta de España ante el juez Merryday es ‘un trabajo bien escrito, pero al igual que los relatos de ciencia ficción que cuenta es sólo eso, ficción’.
Las razones objetivas de España
El descendiente del Almirante Diego de Alvear y Ponce de León, segundo comandante de la fragata española “Nuestra Señora de las Mercedes” que fue hundida por la flota inglesa el 5 de octubre de 1804, cree que OME (Odyssey Marine Exploration) ve perdida su batalla ante los tribunales y de ahí que presente su recurso ante el tribunal de apelaciones descalificando a los jueces y al estado español.
Según José María Moncasi de Alvear, descendiente directo del ilustre marino, el estado español presentó ante la justicia documentación amplia y detallada -material fotográfico y otras pruebas- que demuestran que lo expoliado por OME (monedas de oro y plata, cañones, anclas, armas y efectos personales) pertenece sin duda alguna a la fragata española “Nuestra Señora de las Mercedes”.

Moncasi de Alvear recuerda que España, en su escrito a la justicia norteamericana, invocaba su defensa en principios legales, entre ellos el derecho de una nación a proteger sus sitios y patrimonio histórico (incluidos barcos hundidos) de cualquier tipo de perturbación y expolio por cazatesoros. Asimismo alega que España defendió que “La Mercedes” esta protegida por los mismos principios de inmunidad soberana que se aplican a los barcos de Estado de todas las naciones, que prohíben la perturbación no autorizada o explotación comercial de los mismos.
Bandera española, misión militar y propiedad
Ante el argumento de OME de que el buque español navegaba en misión comercial, Moncasi de Alvear se alinea a las tesis de España que defiende que el buque hundido viajaba bajo bandera española y que esto prevalece sobre cualquier otro argumento, pues, en derecho marítimo, tiene más importancia la bandera del buque que la carga que transporta.
Por otro lado, y en cuanto a la propiedad de la carga, Moncasi de Alvear alega que el estado español permitió a las víctimas de los ataques de la marina inglesa a presentar reclamaciones, cosa que se les permitió entre 1824 y 1870. Por tanto, insiste Moncasi, el argumento de OME aparte de caerse por su propio peso demuestra el desconocimiento de la historia de España por parte de la empresa cazatesoros.
El descendiente directo de D. Diego de Alvear y Ponce de León, marino ilustre español que participó como segundo comisario de la demarcación de límites entre España y Portugal por más de 18 años aparte de ser el responsable de que la isla de León (actual San Fernando) fuera la única ciudad española dónde no entraron las tropas de Napoleón, defiende además las tesis de los profesionales de la arqueología que aducen que las operaciones de OME no cumplen los mínimos estándares arqueológicos que exigen respeto a la historia de un país y de sus ciudadanos. ‘Si fuera así, aduce Moncasi de Alvear, no se entiende porqué OME no publica sus estudios arqueológicos en revistas especializadas.
José María Moncasi de Alvear, descendiente directo de Diego de Alvear y Ponce de León, piensa que el fondo y la forma del documento presentado por OME como recurso ante el tribunal de apelaciones de su país dice mucho de su inseguridad y dudas ante lo que va a ser su futuro. Añade que ‘OME pensó que llevándose lo expoliado a Estados Unidos ayudaría en su voluntad de comercializar el tesoro encontrado, quizás, debido, a su influencia en la opinión pública e instituciones’. La pena para ellos, continúa Moncasi, es que ‘OME se ha dado cuenta que ni el gobierno de Obama ni la Corte Suprema de Justicia les apoyan en este pleito pues las autoridades han entendido que según el derecho internacional, el derecho marítimo y un tratado del año 1902, los Estados Unidos aceptaban que en cualquier barco hundido la titularidad es del país que le daba nombre’.
La historia de Diego de Alvear y Ponce de León
La historia de Diego de Alvear y el mencionado navío se remonta a 1802. Ese año el Almirante regresaba a España tras haber servido, fielmente, a la Corona y a España como Segundo Comisario de la Demarcación de Límites entre España y Portugal. La fragata partió del Callao rumbo a Cádiz transportando patrimonio de la Corona y de comerciantes españoles. Dos años más tarde, cuando la Mercedes se encontraba ya frente a las costas portuguesas, el comandante, desde otro navío, vio cómo el barco era hundido por la flota inglesa llevándose consigo a su esposa, a siete de sus ocho hijos, y toda su fortuna.
Este desgraciado episodio de la historia española se quedó ahí, bajo las aguas del Atlántico, hasta que el 18 de mayo de 2007 la empresa cazatesoros estadounidense Odyssey lo sacó a la luz y comenzó un pleito, en un tribunal de Tampa (Florida, EEUU) entre el Gobierno español y la compañía sobre la propiedad del tesoro encontrado, valorado en 500 millones de dólares.
Tributo a mi antepasado
El descendiente directo de Diego de Alvear lo único que pretende es que reconozca el legado de mi antepasado y su contribución a la historia de España, así como el apoyo la mayoría de los más de 1.500 descendientes a España ante el expolio del ingente patrimonio subacuático nacional.
Comunicado de prensa enviado ayer a los medios de comunicación en respuesta al recurso presentado por Odyssey Marine Exploration (OME) ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos (Atlanta).

1 comentario:

  1. ¿Se puede alguien imaginar que una empresa española saque del interior de los barcos de guerra norteamericanos, hundidos en la bahía de Hawái, objetos y enseres de los mismos para venderlos, o de algún barco o submarino estadounidense hundido en algún lugar del mundo? Pues lo mismo. Y no creo que todo el tesoro haya sido entregado.

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