google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: cerámica greco-púnica
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27 de octubre de 2015

Hallado armamento metálico y cerámicas helénicas del S. V a.C. en el yacimiento de Mas Castellar (Girona)

En el edificio del S. V a.C. han aparecido piezas de armamento y cerámicas de aseo en diferentes estancias. Entre los objetos encontrados destacan una lanza de hierro, dos jabalinas y una coraza de bronce. Las cerámicas aparecidas son de orígen griego.
Yacimiento ibérico de Mas Castellar en Pontós (Gerona). FOTO: ACN
Ha finalizado una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento ibérico de Mas Castellar, en Pontós (Girona) Alt Empordà. Los trabajos se han centrado en un edificio del siglo V. Según el arqueólogo Jordi Moré, el hecho de que el edificio sufriera un incendio y se derrumbara ha permitido encontrar gran cantidad de objetos en muy buen estado de conservación. Las piezas de armamento y cerámicas de aseo que se han encontrado, han aparecido en diferentes estancias, lo que evidencia que las actividades de los hombres y las mujeres estaban separadas.

El edificio del siglo V aC donde se ha trabajado en esta campaña de excavaciones se descubrió el año pasado y ha servido para demostrar que ya en aquella época los griegos explotaban este territorio bajo la influencia de Empúries. Lo demuestra el hecho de que las cerámicas de aseo que se han encontrado eran fabricadas en Grecia, por ejemplo.

Aunque ya hace 25 años que se trabaja en el yacimiento de Mas Castellar, la campaña de este año ha sido especialmente productiva ya que el edificio donde se ha trabajado, formado por un cuerpo central, tres habitaciones y dos terrazas adyacentes, estaba quemado y derrumbado. Esto ha hecho que se encontraran muchos objetos a su emplazamiento original. "Cuando descubres un edificio quemado sabes que encontrarás cosas interesantes porque el pasado se ha fosilizado allí", destacó Jordi Moré, uno de los arqueólogos que trabaja.

LANZAS Y JABALINAS

Entre los objetos encontrados destacan una lanza de hierro, dos jabalinas y una coraza de bronce, localizados en una de las estancias, y cerámicas de aseo y pequeñas joyas, en una segunda. Esto evidencia, según los arqueólogos actividades especializadas para hombres y mujeres en espacios separados del mismo edificio, un extremo que no se había observado hasta ahora en el yacimiento.

Lo que también han constatado los arqueólogos es que durante más de tres siglos hubo una polarización muy evidente entre el mundo helénico y el ibérico. Es decir, que unos y otros luchaban por ser hegemónicos. Así, por ejemplo, en el mismo yacimiento de Mas Castellar, que esencialmente era un gran centro de almacenamiento de grano con más de 1.000 silos, está dividido en tres áreas muy diferenciadas: un yacimiento del siglo III aC, de clara influencia helénica, uno de los siglo IV aC, ibérico, y el del siglo V aC donde se ha trabajado este año, con influencias griegas de nuevo. "Observamos un bipartidismo muy claro entre los colonizadores y los indígenas por el control del grano", explica Moré.

Finalizada la campaña de excavaciones, los arqueólogos se centrarán ahora en clasificar y restaurar los muchos objetos encontrados. "Hay que procesar y digerir todo este tesoro", señala Moré. En vista al próximo año, las excavaciones continuarán en este mismo edificio donde aún esperan encontrar muchos objetos que ayuden a entender un poco más cómo era la vida cotidiana de sus pobladores.

YACIMIENTO DE MAS CASTELLAR
El yacimiento de Mas Castellar de Pontós está situado sobre una pequeña elevación, entre la orilla izquierda del Fluvià y el Algama, a unos 2000 metros al norte de Pontós y cerca de la masía que lleva su nombre. El yacimiento corresponde a la edad del hierro inicial (siglo VII aC) y toda la época ibérica y desaparece en la época romana (principios del siglo II aC).

Desde 1990 se han llevado a cabo trabajos de excavación arqueológica, bajo la dirección de la Dra. Enriqueta Pons, conservadora de la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña. En todos estos años de trabajo cabe destacar el descubrimiento de un importante conjunto patrimonial que extiende por una superficie de unos 8000 m², aunque el complejo arqueológico en su conjunto ocuparía un espacio en ningún caso inferior a las cinco hectáreas. Los restos actualmente visibles están formadas por la parte frontal de un oppidum fortificado del siglo V aC, el cual, a lo largo del siglo IV aC, fue desmantelado y sustituido por un establecimiento agrícola que gestionó un inmenso campo de silos y que perduró hasta principios del siglo II a.C.

(Fuente: La Vanguardia)

29 de octubre de 2012

Localizan en Valencia el poblado íbero de Carmoxen

En la última fase de excavaciones se han localizado tres ánforas, probablemente fenicias, de los siglos IV y V a. de C. Junto con su cementerio (necrópolis) inmediato, en el Corral de Saus, el yacimiento de Moixent constituye uno de los conjuntos más completos y espectaculares del mundo ibérico.
El Dr. Aparicio Pérez con parte de su equipo examinan una de las piezas
halladas en la excavación. Foto: 
Las excavaciones arqueológicas que el Servicio de Arqueología de la Diputación Provincial de Valencia (SEAV) está realizando en la ciudad ibérica de Carmoxen, situada en término municipal de Moixent (Valencia), están dando sus frutos e iniciada la campaña de 2012, se han encontrado las primeras muestras de su trama urbana.

La ciudad, que se extiende por la ladera meridional de la Sierra de Engue elra en el Valle del Cáñoles, paraje conocido como Garmoixent o Gramogente en la actualidad, en la partida de La Solana, ocupa una superficie superior a los cien mil metros cuadrados. Junto con su cementerio (necrópolis) inmediato, en el Corral de Saus, constituye uno de los conjuntos más completos y espectaculares del mundo ibérico.

Situada en la cabecera del Río Cáñoles, valle que se extiende de oeste a este desde Albacete hasta la Ribera Alta, el paso más idóneo desde el Mediterráneo al centro peninsular y a Andalucía, de ahí que por aquí se trazara la Vía Augusta, forma conjunto con otras dos ciudades inmediatas, la Mola Torró o Sto. Domingo y el Frare. Cerca, la Bastida de les Alcusses, durante los siglos V y VI antes de Cristo, visible desde el Castellaret, compartió tiempo y debió mantener relaciones.

Paraje conocido desde principios de siglo
Desde principios de siglo es conocido este paraje por haberse encontrado en él uno de los más famosos tesoros de plata de época bárquida y, desde principios de los años setenta por las esculturas en piedra de época orientalizante, siglos VI y V antes de Cristo, que realizó la dirección del SEAV de la Diputación Provincial.

En esta necrópolis se enterraron los más pudientes habitantes del Castellaret, de ahí el interés de la Diputación Provincial por adquirir el poblado y la necrópolis por ser uno de los conjuntos más importantes del mundo ibérico.

El Castellaret ha sufrido graves alteraciones tras dos mil años de abandono y transformación en terrazas de cultivo, por ello las excavaciones ofrecen muchos inconvenientes a la hora de identificar lo que corresponde a hormas de los campos o a muros ibéricos, siendo las excavaciones labor imprescindible para su delimitación.

Su trama urbana, de asentamiento en ladera, debe ofrecer vestigios desde el siglo VI a la Romanización cuanto menos y los trabajos han ido en su busca.

Hasta el momento no había sido posible su localización. La excavación en profundidad y en extensión había permitido recoger ingentes cantidades de cerámica ibérica y de importación griega desde el siglo VI al I antes de Cristo, pero entre tierras probablemente deslizadas por la ladera.

El primer recinto amurallado
En esta campaña se ha encontrado, ya, el primer recinto murado, con tres lienzos de piedra en seco en el primer nivel, uno de los cuales forma medianera con un segundo recinto.

Con más de un metro de alzada el zócalo, el resto se levantaba hasta la techumbre con adobes, con restos claros de los mismos. Se ha datado en el siglo III-II antes de Cristo.

Un tercer nivel contiene una nueva trama urbana, bajo la primera naturalmente, datada provisionalmente en los siglos IV y V. Dos ánforas de adscripción greco-púnicas, más cerámicas ática de figuras rojas y negras nos remiten a los siglos IV y V.

La investigación, ya en curso, permitirá mayores precisiones, para la cual el Dr. Aparicio Pérez cuenta con la colaboración de Clara Zanón Pastor, Miquel Herrero Cortell, Nemesio Jiménez Jiménez, Laura Egido Alcaide y Paola Zincone.