google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Miguel Alba
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3 de febrero de 2015

La excavación del pozo del peristilo del Teatro Romano de Mérida se reanudará en abril

Los trabajos comenzaron el pasado mes de mayo y se tuvieron que interrumpir en verano por el Festival del Teatro Clásico. Ya se han alcanzado los 14 metros de profundidad y han empezado a aparecer restos de cerámica visigoda del S. VIII pero según los técnicos "aún queda por salir lo más importante y valioso arqueológica e históricamente hablando".
Las labores tuvieron que ser suspendidas por el inicio del Festival de Teatro Clásico. 
Las excavaciones del pozo del Peristilo del Teatro Romano se reanudarán en el mes de abril. Al menos, esos son los planes del equipo del Consorcio de la Ciudad Monumental que se encarga de estos trabajos.

Una vez iniciadas, estas labores tuvieron que ser suspendidas hace unos meses, concretamente el pasado verano, por el inicio de las representaciones del Festival de Teatro Clásico. No se quería interferir en su correcto funcionamiento

Miguel Alba, director científico del Consorcio, explica que hubo que hacer un paréntesis porque la complejidad de las excavaciones y la profundidad de los trabajos, estaban a unos 14 metros y medio hacia el fondo de la tierra, coincidieron en el tiempo con la cita cultural. «Como no era compatible hacer las dos cosas al mismo tiempo y, para no trabajar con excesiva penosidad, porque en el otoño el mal tiempo iba a añadir demasiada dureza a estos trabajos, decidimos que era mejor seguir con esta actuación cuando empiece de nuevo el buen tiempo».

La idea es que el equipo dirigido por el arquitecto Santiago Feijoo retome las excavaciones la segunda quincena de abril. Porque, según Alba, «la hipótesis sigue intacta». La hipótesis de que, de las profundidades de la tierra, aún queda por salir lo más importante y valioso arqueológica e históricamente hablando.

Aún no se conoce la profundidad total que se excavará, aunque se ha apostado incluso llegar a los 22 metros. Los arqueólogos han ido extrayendo la tierra y, gracias a los materiales que se sacan a la luz, se puede saber a qué época pertenecen y a qué nivel histórico se encuentra el equipo experto.

A 14 METROS DE PROFUNDIDAD
«A la profundidad que ya hemos llegado nos han empezado a aparecer vasijas que, según pensamos, pueden datar del siglo VIII. En época Visigoda tenemos casas alrededor porque las hemos excavado también. Son gente que iba al pozo a por agua y que, al intentar cogerla, se le caían sus vasijas en el interior del mismo», explica.

La mayor parte de lo que se ha excavado era un relleno de época islámica. Barajamos la hipótesis de que, intencionadamente, tal vez cegaron el pozo, una forma de dejar a los emeritenses sin agua en ese punto. Todo esto hay que encuadrarlo en el contexto histórico de las rebeliones, revueltas y represalias que se viven en esa época en la ciudad.


«Pensamos que, cuando retomemos los trabajos seguiremos sacando vasijas de época Visigoda y que llegaremos al siglo V. Las esculturas que adornaban en ese tiempo los jardines, así como todas las inscripciones, las pudieran haber arrojado dentro del pozo. Es en esta época cuando los vándalos invaden la ciudad», relata Alba.

ENIGMA BASADO EN HIPÓTESIS
Cree que la mayor parte ya ha sido excavada y ahora toca resolver el enigma, siempre basado en hipótesis. «Esta hipótesis se fundamenta, y sería un paralelo, de lo que hemos visto en el yacimiento de Morerías, donde excavamos varios pozos. Aquí lo único que pasa es que no es un pozo privado perteneciente a casas como era Morerías. Era el pozo de un espacio público. Pero pensamos que la pauta de comportamiento va a ser análoga», explica.

Cree que si comienzan en abril y prosiguen los trabajos durante mayo y junio, podrán finalizar y resolver en ese tiempo las excavaciones para no tener que detenerlas de nuevo cuando comience el festival de teatro.

Las excavaciones en el pozo del Peristilo comenzaron el 1 de mayo del pasado año. El equipo de personas que participaba en esos momentos en la excavación estaba encabezado por el propio Feijoo, con el que colaboraba un equipo técnico formado por un dibujante, un topógrafo y cuatro peones voluntarios del Consorcio, dos arriba y otros dos abajo del pozo.

El proyecto, elegido por los Mecenas del Consorcio para sufragar con sus fondos en ese año, pretende recuperar completamente este elemento hidráulico, que servía para el riego de los jardines del citado espacio, con lo que podrá volver a utilizarse para el mismo fin.

Además, con esta intervención arqueológica se tiene el objetivo de encontrar piezas, de tipo escultórico y epigráfico, que pudieran haber sido arrojadas en su interior durante la convulsa etapa que se inició en los albores del siglo V. El gran deseo de todo el equipo, además de los responsables del Consorcio, es que dentro de este pozo pudiera aparecer el cuerpo togado del Emperador Augusto. La cabeza es la que está expuesta en el Museo Nacional de Arte Romano. Ese sería, sin duda, un gran hallazgo.