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22 de agosto de 2012

Descubren en Cova Eirós las primeras pinturas rupestres de Galicia

Los investigadores han logrado documentar "líneas que dibujan motivos figurativos", como segmentos o cabezas de animales. También han apreciado la presencia de elementos "no figurativos", como "signos de puntos o grabados reticulados", que también aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico.
Parte de las pinturas halladas en Cova Eirós,
 y su representación gráfica (abajo).
Los trabajos arqueológicos desarrollados en Cova Eirós, en Triacastela (Lugo), han propiciado el descubrimiento de los "primeros restos de arte parietal paleolítico" del noroeste, en forma "de pinturas y grabados rupestres". El resultado de la investigación ha sido presentado esta mañana en Triacastela por el conselleiro de Cultura de la Xunta, Xesús Vázquez Abad, acompañado por el rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Juan Casares e integrantes del equipo responsable de los trabajos arqueológicos.


"Todavía estamos a la espera de confirmar las sólidas hipótesis presentadas con los resultados de pruebas como las de fecha radiocarbónica', explicó el conselleiro, pero también recordó que 'el excelente nivel científico del equipo multidisciplinar que se ocupa de las intervenciones arqueológicas, permitirá contar con información precisa y fiable". Uno de los coordinadores de estas excavaciones, Arturo de Lombera, recordó que la principal implicación de este hallazgo arqueológico es el hecho de que se trata "de la primera cueva en todo el noroeste peninsular" donde se han encontrado este tipo de manifestaciones de arte rupestre paleolítico, dado que las más próximas están en el centro de Asturias y en la zona del Duero. 

"Durante la campaña de excavaciones del año pasado encontramos indicios de lo que parecían pinturas y grabados en el interior de la Cova Eirós, por lo que, a lo largo de este año, estuvimos haciendo una serie de trabajos analíticos y estudios descriptivos para confirmar la presencia de arte rupestre prehistórico", explicó Arturo de Lombera.

El investigador confirmó que la campaña de excavaciones continuará este año hasta el día 9 de septiembre, por lo que todavía quedan por delante tres semanas de trabajo, para seguir profundizando en el conocimiento del sector de la entrada y en el interior de la cavidad, donde aparecen los grabados, para buscar nuevos "vestigios arqueológicos relacionados con esas pinturas rupestres".

Con respecto a los motivos de las pinturas encontradas en la Cova Eirós, el coordinador de las excavaciones reconoció que están muy difuminados, a causa del agua, el paso del tiempo o la formación de depósitos naturales de sedimentos que pueden tapar parte de las imágenes.

"Los motivos no son muy evidentes, ni tan característicos como los que estamos acostumbrados a ver en arte rupestre del Cantábrico", aclaró, aunque los arqueólogos de la expedición, en la que participan catorce personas, han logrado documentar "líneas que dibujan motivos figurativos", como segmentos o cabezas de animales. Los expertos también han apreciado la presencia de elementos "no figurativos", como "signos de puntos o grabados reticulados", que también "aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico".

Las investigaciones que están desarrollando en el entorno de la Cova Eirós arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y Rovira i Virgili (Tarragona) forman parte del proyecto 'Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño'.

Desde 2008 se han desarrollado, con la actual, cinco campañas de excavaciones en la cueva, y en la entrada ya se han localizado varios niveles de ocupación del Paleolítico Medio y Superior, con una antigüedad que oscila entre 35.000 y 85.000 años, así como restos de la Edad de Bronce y el medievo.

El director del proyecto es el historiador Ramón Fábregas, mientras que Arturo de Lombera y Xosé Pedro Rodríguez actúan como coordinadores de las investigaciones.

(Fuente: Agencias)

8 de agosto de 2012

La exploración de Cova Eirós avanza hacia dentro del monte

Los arqueólogos estudiarán zonas de la gruta no examinadas hasta ahora.
Boca del túnel de acceso a la parte más profunda de la cueva,
todavía no investigada. Foto: Alberto López.
El día 13 comenzará la quinta campaña anual de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós (Triacastela, Lugo), en la que está previsto estudiar por primera vez la parte más profunda de la gruta. En esta zona no se espera encontrar rastros de ocupaciones de tipo doméstico, pero sí podría contener otros materiales arqueólogicos de un carácter diferente a los hallados hasta el momento.

Las excavaciones en Cova Eirós se limitaron por ahora al sector de la entrada de la cueva, una cavidad abovedada de una veintena de metros de longitud por cuatro de anchura y dos de altura. En esta zona es donde aparecieron todos los restos arqueológicos encontrados hasta la fecha en el yacimiento, que abarcan desde el Paleolítico Medio época del hombre de Neandertal hasta la Edad Media.

Al fondo de esta cavidad se abre un túnel mucho más pequeño, de unos quince metros de largo, por el que solo se puede andar a gatas. Este túnel da acceso a una sala de dimensiones mucho mayores, donde nunca se realizaron prospecciones arqueológicas. La cueva tiene en total una longitud de 104 metros desde la entrada hasta su parte más profunda, según las cartografías realizadas en los años ochenta y noventa por varios grupos espeleológicos gallegos.

«Es seguro que esa parte de la cueva no sirvió de habitación, porque no presenta las condiciones adecuadas, pero es posible que se utilizase para usos de tipo simbólico, como ocurrió en otras grutas», señala Arturo de Lombera, codirector de las excavaciones.

En busca de pinturas
Los investigadores creen que en esa sala podrían conservarse artefactos vinculados a rituales de tipo mágico-religioso. Cabe también la posibilidad de que en las paredes que aún no se han examinado haya rastros de pinturas rupestres. Mientras reanudan las excavaciones en el sector de la entrada, los arqueólogos realizarán las primeras catas en la sala interior e intentarán averiguar si sus paredes fueron decoradas por los hombres del Paleolítico.

(Fuente: La Voz de Galicia / Francisco Albo)

20 de julio de 2012

Encuentran un calendario lunar magdaleniense en Becerreá (Lugo)

Se trata de un hueso, posiblemente de pájaro, grabado con incisiones con múltiplos de siete, mediante las que los antiguos medirían las fases de la luna.
Calendario lunar del periodo Magdaleniense hallado en Becerreá.
En el interior de las montañas de Becerreá se encuentran las cuevas de Valdevara en las que están sacando a la luz objetos de gran valor histórico. Estos restos primitivos son descubiertos gracias al minucioso trabajo del equipo de arqueólogos de Manuel Vaquero, que en cada campaña, desde 2007, revisa palmo a palmo la tierra de las montañas lucenses y halla objetos tan valiosos como un calendario lunar descubierto hace unos días. Las grutas esconden estratos que a cuentagotas van dando sus frutos.

En la expedición de este año, que comenzó a principios de mes, los ocho arqueólogos de las universidades de Santiago y Rovira y Virgili de Tarragona se han centrado en examinar la cámara de entrada y el interior de las cuevas. En esta zona han descubierto cientos de restos de gran valor, entre ellos, Manuel Vaquero destaca un calendario lunar del periodo Magdaleniense (18.000-8.000 a.C.), «uno de los pocos ejemplares de este tipo que se conserva en la actualidad», asegura. Se trata de un hueso, posiblemente de pájaro, grabado con incisiones con múltiplos de siete, mediante las que los antiguos medirían las fases de la luna.

25 de marzo de 2012

Galicia protege el castro costero de Foz (Lugo)

Vista aérea del castro de Foz (Lugo).
Es un castro más de los muchos que salpican la costa de Lugo, pero por sus dimensiones tal vez no sea un castro cualquiera. Patrimonio acaba de inventariar y, por lo tanto, proteger, los restos de un antiguo asentamiento costero que se extiende a lo largo de cuatro pequeñas penínsulas ubicadas en la zona de O Carreiro- Marzán, a solo 300 metros del casco urbano de Foz y frente al litoral que une las playas de A Rapadoira y Llas. El Cantábrico cavó durante siglos los cantiles y dejó al descubierto los muros de lo que posiblemente sean las paredes de viviendas y molinos, además de fragmentos de cerámica constructiva con armazón vegetal y un sistema de tres fosos y parapetos (murallas defensivas) que aíslan el poblado.

Manuel Miranda, portavoz Mariña Patrimonio, el colectivo que lo descubrió y solicitó a los técnicos de Patrimonio que estudiasen el yacimiento, cree que “hay indicios suficientes para considerarlo un castro costero”. Hasta ahora, nadie había alertado de la presencia de este asentamiento, sometido a un maltrato urbanístico de décadas. La línea de costa entre A Rapadoira y Llas puede caminarse gracias a un paseo marítimo construido en 1994 encima del propio yacimiento e incluso se han levantado cuatro viviendas unifamiliares sobre sus restos. Pese a la magnitud de las agresiones, Miranda asegura que buena parte de las seis hectáreas que ocupa este antiguo enclave a los pies del Cantábrico se conservan “presumiblemente intactas”. En A Mariña solo lo supera, con 6,5 hectáreas, el vecino castro da Atalaia (Cervo), desmantelado por una constructora en 2008 ante los ojos de Patrimonio, que paralizó la obra ya consumado el estropicio.

La comunicación de la Dirección Xeral do Patrimonio, remitida a Mariña Patrimonio el pasado 24 de febrero, no especifica a qué tipo concreto de construcción responde el yacimiento, ni tampoco su datación, pero los restos encontrados son muy parecidos a los del resto de castros marítimos de la costa lucense, no solo por la similitud de sus construcciones defensivas sino también por la presencia de indicios de una importante actividad de fundiciones, que ha dejado partes de tierra roja causadas por una combustión constante. Pero a diferencia de yacimientos como el castro de Fazouro (también en Foz) o el de As Grobas (en Ribadeo), que apenas superan las 1 y 2 hectáreas, el recién descubierto destaca, según Miranda, “por su tamaño y complejidad”. En la comarca, solo los castros de Cangas de Foz y de San Tirso de Xove se extienden por más de una península. El primero está inventariado como de una, pero era más grande, y el segundo tiene dos.
(Fuente: El País / Diana Mandía)

25 de enero de 2012

Cova de Valiña, un hito en el estudio del Paleolítico gallego

Hace cincuenta años, en 1962, una voladura con dinamita en una cantera de piedra caliza del municipio de Castroverde puso al descubierto el primer yacimiento paleolítico gallego ubicado en una cueva que fue objeto de una investigación sistemática. El hallazgo, por tanto, es el precedente más destacado de las excavaciones que se realizan actualmente en diversas cavidades de las sierras orientales lucenses, que han supuesto un avance importante en el conocimiento de la prehistoria remota del noroeste.
Excavaciones arqueológicas realizadas en los años ochenta.
Las excavaciones en este yacimiento no se llevarían a cabo hasta mucho más tarde, en la segunda mitad de los años ochenta. Pero los primeros materiales arqueológicos que proporcionó fueron recogidos poco después del descubrimiento de la cueva por el entonces director del Museo Provincial de Lugo, Manuel Vázquez Seijas, quien fue avisado por los propietarios de la cantera, que era explotada con procedimientos casi artesanales. Las piezas consistían en varias azagayas talladas en astas de cérvidos y un buen número de fragmentos de fósiles de diversas especies animales: oso de las cavernas, oso pardo, hiena, reno, zorro, ciervo, corzo, jabalí, caballo... Estos materiales fueron depositados en el museo lucense y los más importantes de entre ellos están expuestos al público desde hace bastantes años.
Estudio interdisciplinar
A partir de 1987 se llevaron a cabo tres campañas de excavación que supusieron el primer estudio interdisciplinar realizado en Galicia de un yacimiento prehistórico situado en una cueva. En estas intervenciones se utilizaron a la vez métodos de investigación arqueológica, paleontológica y edafológica.
Aunque el yacimiento había quedado muy dañado por la propia explosión que lo puso al descubierto, los trabajos dieron como resultado la recuperación de cerca de un centenar de artefactos líticos -depositados y expuestos en el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba- y de numerosos fósiles animales. Los datos obtenidos en estas investigaciones fueron difundidos en publicaciones científicas y ayudaron en gran medida a incrementar el interés por el potencial arqueológico y paleontológico de las cuevas lucenses, cuya exploración se intensificó en las dos siguientes décadas.
(Fuente: La Voz de Galicia / Francisco Albo)

17 de noviembre de 2011

Aparecen restos del lienzo original de la Muralla de Lugo

Muralla de Lugo.
Las obras de remodelación de la Praza do Cantiño, en la ciudd de Lugo, han dejado al descubierto restos del lienzo original de la Muralla romana, de forma que el Ayuntamiento tendrá que realizar un proyecto complementario para "integrar" el hallazgo arqueológico en este espacio. Además, se ha descubierto que este lienzo está remetido medio metro para atrás.  La jefa del servicio, Covadonga Carreño, señaló que "en algún momento se han comido el paramento originario de la muralla y han hecho otro más al interior", y después, en el siglo XVIII, se le pegó una escalera que si que respetó la pared original. Carreño destacó la importancia de este hallazgo para el estudio de la Muralla, dado que se trata de "un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y declarado Patrimonio de la Humanidad -por la Unesco-". 
También explicó que el descubrimiento se produjo al rebajar la tierra en los controles arqueológicos realizados y confirmó que ya le fue comunicado a la Dirección Xeral de Patrimonio, dado que la Xunta de Galicia tiene la titularidad del monumento romano. De hecho, señaló que los técnicos del servicio municipal de Arqueología y de Patrimonio han acordado realizar un proyecto complementario para integrar los restos arqueológicos descubiertos dentro de la remodelación de la Praza do Cantiño.
(Fuente: La Opinión Coruña)

2 de noviembre de 2011

Dos milenios de historia bajo el Vicerrectorado de Lugo

Entre las ruinas aparece un templo de culto a Mitra y una domus del siglo I
"Más de 2.000 años de historia comprimidos en un solar". Es la frase con la que el arqueólogo Celso Rodríguez define el hallazgo arqueológico descubierto hace 11 años a raíz de la construcción y rehabilitación de la sede administrativa del Vicerrectorado de la Universidad de Santiago en Lugo y su edificio anexo. Las obras y las investigaciones arqueológicas han permitido encontrar una 'domus' romana en la que se construyó el templo de Mitra más occidental del Imperio Romano.
Interior del templo de Mitra "oculto" bajo un edificio universitario.
Foto: Pedro Agrelo
Mitra fue un dios originario de Persia muy difundido por los romanos. Las ceremonias de culto se hacían en lugares subterráneos, de ahí que el 'mitreo' de Lugo esté embutido en el interior de una gran 'domus'. El templo estaría formado por un vestíbulo, una nave central con bancos corridos para la celebración del ritual y una sala anexa para guardar materiales y ropa. La cabecera, pendiente de excavar, contendría un podio donde estaría la escena central, el icono esencial del mitraísmo occidental.
Según la investigación realizada por los arqueólogos, la 'domus' romana dataría del primer cuarto del siglo I y se correspondería con los restos de mayor antigüedad encontrados en la parcela. La musealización aprobada por la Xunta de Galicia, cuyas obras todavía no se han iniciado, prevé recuperar los restos del inmueble que todavía se conservan, así como el recorrido por las diferentes estancias en las que se dividía la casa.
Los investigadores creen que la construcción sufrió diferentes modificaciones, algunas de las cuales no podrán conocerse, ya que parte del hallazgo permanece enterrado bajo el edificio de la Universidad. La domus pertenecería a una clase social alta como la de un centurión, de ahí su amplitud, próxima a los 600 metros cuadrados, especialmente visible a través de la dimensión de muchas de sus estancias y a varias de las ampliaciones que sufrió desde su construcción.

El altar, fundamental en la investigación

El yacimiento en pleno subsuelo.
El director del proyecto de recuperación, el arqueólogo Celso Rodríguez, destaca la cuidada geometría en sus proporciones y una depurada técnica constructiva en sus dos plantas. Los cambios en la organización espacial llegaron, previsiblemente, con la creación del templo, uno de los pocos monumentos mitraicos de España que puede ser fechado con fiabilidad como perteneciente al siglo III d.C. y que se mantiene hasta el siglo IV.
La pieza clave de todas las halladas en el templo es el ara o altar de granito, recuperada de la nave, cuyo descubrimiento permitió hacer una nueva interpretación de la introducción del mitraísmo en España. El ara puede verse en la exposición organizada por la Universidad de Santiago en el Vicerrectorado, junto con numerosas piezas exhumadas en la excavación correspondientes a diferentes épocas, como vidrio, metales o monedas.
La estatua de Mitra, labrada en bronce, no ha podido ser conservada íntegramente porque fue reciclada para otros usos. Se conserva, sin embargo, parte de su fisonomía, entre la que pueden verse pequeños trozos de la cara. Más tarde la casa fue expropiada para la construcción de la muralla de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace 11 años. En el año 350, la llegada del cristianismo arrasó el templo de Mitra, momento en el que fue posible recuperar el altar.
Los trabajos militares de construcción de la fortificación y de una calzada romana dieron al traste con parte de la estructura de la 'domus', aunque se han podido recuperar muchas de las paredes sobre las que todavía se conservan, en perfecto estado, pinturas geométricas de la época, en la actualidad tapadas con textiles para evitar su deterioro.

Restos mortales de la Edad Media

Se conservan las bases de las diferentes estancias del templo.
En la Edad Media, conforme avanzaba la ciudad, sobre la 'domus' original se construyó una calzada de cantos rodados. Al iniciarse la edificación de la catedral románica el solar pasa a ser un vertedero y, más tarde, un cementerio. Los trabajos sobre el terreno han recuperado esqueletos de adultos y niños, sobre todo mujeres, todos ellos enterrados en sepulturas sin fondo en las que se ponía el cadáver directamente sobre el terreno.
El estudio de los esqueletos por parte de la Facultad de Medicina de Santiago y de la Universidad de Londres permitió fijar la fecha de su muerte entre los siglos XIII y XIV. "De su estudio sabemos que la esperanza de vida estaba entre los 40 y los 45 años, que la mortandad infantil era elevada o que la peste afectó a muchas mujeres embarazadas", explica Celso Rodríguez.
Con la llegada de la Edad Moderna se abandona el solar como punto de enterramiento, se construye el Pazo de Montenegro, vinculado al Cabildo catedralicio, y la plaza frente a la catedral, que llega hasta la actualidad.
El arqueólogo, Celso Rodríguez, director del proyecto explicando
la historia del yacimiento.
Sobre el templo de Mitra se levanta un patio con un pozo de paredes cuadradas en el que más tarde se encontraría orfebrería medieval. Hasta el año 1930 el solar es ocupado por un aserradero. A partir de ahí se le conocen varios usos como una alpargatería y una chocolatería, hasta queen el año 1960 la Universidad compra la parcela. Aún habría que esperar 40 años más para conocer todos los secretos que atesora.
El Vicerrectorado abrió el templo y la exposición al público durante las pasadas fiestas de San Froilán, que se celebran en la capital lucense entre el 4 y el 12 de octubre. Desde entonces ya ha sido visitado por más de 3.000 personas. Una vez finalice la musealización, cuyas obras se pueden prolongar durante varios años según el arqueólogo, la parcela recuperará el esplendor del paso de 2.000 años a través de todas las ruinas que han aparecido bajo tierra.
(Fuente. El Mundo / Silvia Pena)

7 de septiembre de 2011

La Xunta de Galicia licita nuevas excavaciones en el castro de Viladonga (Lugo)

El contrato que saca a licitación la Xunta de Galicia contempla los trabajos de consolidación arqueológica y acondicionamiento del castro durante los próximos tres años, concretamente hasta el 1 de diciembre de 2013, y será cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, en el marco del programa Feder Galicia.
Vista aérea del Castro de Viladonga, próximo a Lugo.
El director del museo, Felipe Arias, ha explicado que los trabajos de limpieza que contempla el contrato plurianual abarcan toda la superficie del yacimiento, pero los de consolidación arqueológica se centrarán en "determinados barrios" del castro, especialmente en las zonas norte, centro y en la entrada.


De hecho, el contrato también incluye, ha precisado, "una parte de investigación", con nuevas excavaciones arqueológicas en la zona sur del castro, también cerca de la entrada al yacimiento.


Arias ha indicado que serán empresas especializadas en restauración y arqueología las que realizarán el trabajo de campo en el yacimiento, pero siempre "bajo la supervisión y el control del propio museo", mientras que la Xunta de Galicia ejercerá la dirección técnico-administrativa.


En principio, el presupuesto asignado en el contrato que sale a licitación establece un gasto de 55.460 euros en 2011, 85.550 en 2012 y la misma cantidad en 2013.


Con respecto al funcionamiento del museo, Felipe Arias ha confirmado que "a pesar de la crisis" se mantiene la cifra de visitantes de los últimos años, en parte gracias a la exposición temporal "Castros lucenses: investigación y puesta en valor", que fue abierta al público el pasado 18 de mayo, coincidiendo con el 'Día Mundial de los Museos'.


La muestra se podrá ver hasta el próximo 30 de septiembre y exhibe los trabajos arqueológicos realizados en doce castros de la provincia de Lugo.
(Fuente: ABC)

24 de agosto de 2011

Los arqueólogos duplican la zona a excavar en Cova Eirós (Lugo)

El grupo de arqueólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) iniciaron una nueva campaña de excavaciones en Cova Eirós, en el núcleo de Cancelo (Triacastela), que se prolongará hasta el próximo mes de septiembre. Los estudiosos duplicaron en la primera semana de trabajos la zona a excavar, llegando hasta los 21 metros cuadrados.
Algunos de los investigadores en Cova Eirós. (Foto:Porto)


Ésta es la cuarta campaña llevada a cabo en el yacimiento por este grupo de arqueólogos. Los trabajos arrancaron hace una semana, periodo en el que los diez estudiosos que trabajan en la cueva hallaron un centenar de pequeños restos de fauna y herramientas de cuarzo, similares a los encontrados en anteriores campañas, explicó el arqueólogo Xosé Pedro Rodríguez. Algunos de los huesos hallados se encontraban quemados.


Estas piezas fueron localizadas en los niveles superiores, del Paleolítico Superior, es decir, los que tienen una antigüedad de entre 17.000 y 30.000 años.


Los investigadores esperan también encontrar materiales en los niveles inferiores, del Paleolítico Medio y que están datados entre los 84.000 y 118.000 años.


Vacío


Según explicó Rodríguez, también buscan una explicación a que exista un vacío de 50.000 años, pues no se encuentran restos que tengan entre 30.000 y 84.000 años. «En todo el Cantábrico se da este fenómeno, de este vacío de restos. Esto se debe a que sería erosionado, a lo mejor por causas climatológicas, y los restos más recientes se posaron sobre los más antiguas, del Paleolítico Medio. Aquí tenemos que contar con el apoyo de geólogos para poder interpretar este vacío», señaló el arqueólogo.


Al ampliar la zona a excavar el equipo halló restos de animales y cerámica de época moderna, por lo que tuvo que sacarlos para llegar al nivel del Paleolítico. Estas piezas modernas estaban mezcladas con elementos de los niveles superiores, aunque parece que los más antiguos no se vieron afectados.


«Al aumentar el espacio excavado, de 11 a 21 metros cuadrados debemos igualar toda la superficie, regularizar la situación de excavación. Esperamos encontrar buen material. Es un yacimiento suficientemente interesante para excavar más superficie», indicó Rodríguez.


Otro grupo de investigadores se encuentra en el colegio de Triacastela, donde lava las piezas para investigarlas y estudia la tierra retirada de la cueva porque pueden existir restos de microfauna, apuntó Rodríguez, quien agradeció el interés y la colaboración económica del Ayuntamiento.
(Fuente: El Progreso)

22 de mayo de 2011

Lugo recupera la piscina romana 50 años después de su hallazgo

La piscina romana de la Plaza de Santa María se descubrió en 1960 al realizar los trabajos de pavimentación del entorno de la catedral. Ante la falta de recursos para extraerla, decidieron dejarla bajo el pavimento de la plaza. En 2004 los técnicos relocalizaron la piscina y documentaron su situación exacta. En mayo de 2011 las obras de recuperación evolucionan a buen  ritmo.

Por su cronología, temática y situación, diferentes autores la consideran como un posible baptisterio paleocristiano, aunque parece más probable que se trate de una pequeña piscina de agua fría, perteneciente a un frigidarium de un complejo termal o de un balneum doméstico. Ante la falta de recursos para extraerla, decidieron dejarla bajo el pavimento de la plaza.
La piscina romana de Lugo en su hallazgo en 1960, antes de que se sellara
con una capa de arena. 
En el año 2004 los técnicos del Servicio Municipal de Arqueología localizaron la piscina y documentaron su situación exacta. También se comprobó que la piscina no es una estructura aislada, sino que formaría parte de un complejo arquitectónico mayor.


El estado de conservación de la piscina sólo lo conocemos a través de las fotografías y dibujos de 1960. 
En aquel momento se selló con una capa de arena y se trasladaron al Museo Provincial los fragmentos de mosaico desprendidos.
Al localizarla en 2004 se desestimó su excavación para evitar que se produjesen nuevas alteraciones.
Planos de 1960 de la piscina lucense.
Por lo que podemos apreciar en la documentación de 1960, parece que perdió una parte del muro perimetral y también una parte importante del mosaico que revestía este muro y el fondo.
En las zonas conservadas de mosaico se observan importantes lagunas, fisuras y desprendimientos.
No obstante, el carácter repetitivo de los motivos decorativos permitirá su reconstrucción.
El ámbito de actuación será limitado para no interrumpir el tránsito y los usos públicos de la plaza. El acabado se ejecutará con un vidrio transparente a nivel de rasante protegido con bolardos.
Localización actual de la piscina.
El objetivo fundamental es garantizar la conservación de los restos arqueológicos en las mejores condiciones posibles y hacerlo accesible al público.
Para ello es imprescindible dotar el espacio de una cubrición transparente y un sistema de ventilación permanente.
En la restauración de la piscina se utilizarán materiales y técnicas tradicionales y compatibles con los materiales originales, basadas sobre todo en el uso de la cal.
Estado actual de la piscina y los trabajos que se realizan en ella.
En la reconstrucción de las partes perdidas se integrarán los fragmentos de mosaico conservados en el Museo Provincial; para diferenciar las partes originales de las añadidas, las lagunas se reintegrarán con mortero de cal y se reproducirá el dibujo con color.
Para la restauración de la piscina se va a seguir un tratamiento de conservación compatible con los materiales que componen su estructura. 
Para ello, antes de comenzar la intervención se analizarán las teselas de ambos colores y el mortero de asiento y se estudiará su sistema poroso, así como un análisis por termoluminiscencia del opus signinum para aproximarnos a la fecha de construcción de la piscina.
(Fuente: lugo.es y por gentileza de El Rincón del Losal)

15 de mayo de 2011

Eremitorio perdido en la Ribeira Sacra de Lugo

Excavado en la roca, tiene grabada una cruz latina sobre una especie de altar. Puede ser uno de los primeros templos de culto cristiano en suelo gallego


Muy bien podría ser uno de los primeros lugares destinados al culto cristiano en Galicia. Un eremitorio milenario, perdido y olvidado en pleno corazón de la Ribeira Sacra. Se encuentra en la parte alta de la ribera del río Cabe en Cotillón, pequeña aldea lucense de la parroquia pantonesa de San Román de Acerdre.
El altar del eremitorio de San Román de Acerde (Lugo).
Se trata de una pequeña cueva de planta cruciforme, en cuyo interior, en una reducida capilla pétrea, que semeja excavada en la roca por el hombre, puede verse grabada una cruz cristiana sobre una especie de altar o arca de la alianza, enmarcados por un arco semicircular. Todo ello resaltado en color blanco.
Formas y símbolos parecen vincular esta singular gruta a los primeros cultos cristianos en esta apartada zona, que florecieron aquí en la Alta Edad Media, de la mano de eremitas y monjes que comenzaron a poblarla en busca de sus tranquilas soledades, propicias para orar y celebrar los ritos del nuevo culto.
El monaquismo es uno de los fenómenos más claros del cristianismo de los primeros siglos. Galicia no fue ajena a este movimiento y entre los siglos IV y IX d. C. comienzan a extenderse por el suelo gallego eremitorios, cenobios y movimientos monacales estructurados y jerarquizados.
En el caso de la Ribeira Sacra, su topónimo podría proceder de época medieval y, en un principio, se atribuye su origen a la denominación Rivoira Sacrata, que podría responder a la gran cantidad de monasterios y templos ubicados en los impresionantes cañones y escarpadas laderas que jalonan los cursos de los ríos Miño, Sil y Cabe a su paso por estas agrestes tierras. De hecho, en la actualidad se pueden visitar una veintena de monasterios en estos parajes, entre los que cabe destacar el de San Estevo de Ribas de Sil, en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín (Orense) y el de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos (Lugo).
El eremitorio de Cotillón se encuentra en una casa particular, ahora cerrada, que lo utilizaba como bodega. La vivienda corona la ribera del Cabe en Acedre, poco antes de su desembocadura en el Sil. Es un lugar resguardado y aunque hoy el acceso es fácil, en sus orígenes, llegar a ese núcleo tenía que ser una tarea complicada. Una circunstancia que lo alejaba de posible visitantes no deseados. Se trata de un punto estratégico ideal para un eremitorio o una pequeña comunidad de cenobitas. Con estas señas de identidad este primitivo templo muy bien pudo haber sido uno de esos lugares de culto cristiano en la geografía gallega.
 PATRIMONIO OLVIDADO. Hoy este singular templo primitivo se encuentra olvidado y cerrado a los ojos de posibles visitantes. Es un recurso desaprovechado que podría incorporarse a la nómina patrimonial de la Ribeira Sacra como un referente destacado en ese fenómeno monacal que vivió la Ribeira Sacra entre los siglos IV y IX d.C. y que es uno de sus signos de identidad, junto con el vino, cuyo cultivo, precisamente, impulsaron las órdenes religiosas hace ahora un milenio.
Aunque esa cueva se encuentra en una propiedad privada, desde determinados sectores vinculados con el turismo en la zona apuntan a que alguna Administración debería intentar negociar la adquisición de la propiedad, cerrada desde hace algunos años, y poner en valor ese vestigio patrimonial de alto interés para la particular historia de la Ribeira Sacra. No cabe duda que esta gruta sería un atractivo interesante para la zona de cara a ese turismo rural emergente en la Ribeira Sacra, que en su gran mayoría tiene un especial interés por el patrimonio artístico, etnográfico y natural de estos parajes, que todavía son, como en tiempos de los eremitas, un remanso verde de paz y sosiego.
(Fuente: El Correo Gallego)

3 de marzo de 2011

Obras en una plaza de Lugo ponen al descubierto restos del acueducto romano

La construcción de una gran plaza frente al edificio de la Diputación de Lugo ha dejado al descubierto parte de los restos del antiguo acueducto romanos así como parte de la cimentación del hospital de Isabel II, informó hoy la responsable municipal de arqueología, Covadonga Carreño.
Restos del acueducto en un parque público de Lugo.
La representante del Ayuntamiento ha destacado en la zona la relevancia de esos hallazgos y ha mostrado el compromiso de conservarlos y de acondicionar el espacio.
El director de la excavación, Celso Rodríguez, ha precisado que la cimentación descubierta pone de manifiesto que el proyecto arquitectónico del hospital "era bastante más amplio" que el edificio actual, que ahora alberga la sede de la Diputación de Lugo.
La cimentación rompió el trazado del acueducto, del que se han podido recuperar algunos tramos y que permitirá determinar si fue utilizado a mediados del siglo XVIII para suministrar agua a la ciudad de Lugo.
"En este tramo que quedó al descubierto se podrán concretar todos esos momentos cronológicos exactos y saber si era muro corrido o pilastras y la relación con la pizarra", ha dicho el arqueólogo.
Ha añadido que en las excavaciones también han sido hallados varios restos de cerámica romana tales como sigillata y cerámica común.
Vista aérea de Lugo y su muralla romana.
Las excavaciones en esa zona han contribuido además a determinar con mayor precisión el trazado del acueducto que, en algunos puntos permanecía escondido.
Cerca del lugar donde se produjo el hallazgo se ha localizado además otro tramo del acueducto y ahora ha quedado al descubierto una parte "bastante larga", según Carreño.
"La importancia es grande y nos permite conservarlo y, quizá, en un tramo, integrarlo dentro de este espacio que se está acondicionando", ha agregado.
El alcalde de Lugo, José López Orozco, ha visitado la zona para interesarse por los hallazgos y ha considerado que hoy es "un día de alegría para los lucenses" porque permite "conocer más la historia de la ciudad".
López Orozco ha dicho que espera informes técnicos para determinar el valor de los descubrimientos pero que la intención del Ayuntamiento es que en la plaza de San Marcos "puedan quedar los restos visible a través de una ventana arqueológica, en las debidas condiciones".
Eso permitirá "la oportunidad de ver la historia del acueducto romano y, posiblemente, la historia del acueducto de Obispo Izquierdo", ha dicho el alcalde.
(Fuente: ABC)

30 de enero de 2011

Hallan un hueso de oso con grabados y cerámica en una gruta de O Courel (Lugo)

El hallazgo lo efectuaron los miembros de un club de espeleología.
Las entrañas de las tierras montañosas de O Courel (Lugo) no cesan de dar sorpresas. En esta ocasión se trata del hallazgo de unos singulares restos arqueológicos que podrían arrojar algo de más luz a la oscura prehistoria de Galicia.
Integrantes del Espeleo Club de Descenso de Cañones de A Coruña hallaron en una cueva del municipio lucense de O Courel, en una reciente expedición de exploración de la sima, un pequeño hueso de oso con grabados geométricos y restos de dos piezas cerámicas. El material hallado, según indicó un portavoz del Espeleo Club coruñés fue entregado en la delegación de la Consellería de Cultura para su estudio y análisis.
La singular pieza de hueso con decoraciones geométricas, hueca por dentro y con restos de metal, fue localizada en superficie, en la entrada de la gruta. Los restos de cerámica, hallados también en superficie, se encontraban a una veintena de metros de la boca de la cueva, según indicaron los espeleólogos.
Aunque todavía es pronto para efectuar una datación de estas piezas, en especial del hueso de oso tallado, la más peculiar por su decoración geométrica, expertos en arqueología prehistórica aventuran, en principio, que las piezas podrían situarse temporalmente en la Edad de los Metales y estar vinculadas a la cultura Castreña, con importantes restos en la zona de O Courel.