google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Juan Manuel Rojas
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20 de abril de 2015

Hallan restos de una residencia visigoda "monumental" en Guadamur (Toledo)

Son los restos de un edificio de 1.500 metros cuadrados donde podría haber estado una segunda residencia de los reyes Suitila y Recesvinto junto a un monasterio-basílica. El hallazgo estaría relacionados con el llamado 'Tesoro de Guarrazar' descubierto en 1858.
Los últimos restos hallados por el equipo de arqueólogos que trabaja en la localidad toledana de Guadamur con el hallazgo del llamado 'Tesoro de Guarrazar' indican que en la localidad pudo haber una residencia de reyes visigodos con un edificio de una planta de 1.500 metros cuadrados junto a un monasterio-basílica que pudo ser, según el propio arqueólogo del complejo, "monumental".


DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS JOYAS
Además de este edificio cuyas pruebas hacen afirmar a los arqueólogos que puede ser uno de los restos visigodos más importantes de España, los investigadores han hallado joyas de importante valor que están ligadas directamente al tesoro hallado hace 150 años (que parte de sus restos están desaparecidos desde hace décadas, robados o perdidos). Así, un zafiro que creen pudo pertenecer a algunas de las joyas de los reyes también ha sido descubierto. Pertenecería al conjunto de cruces, coronas y al tesoro original que fue un exvoto de los reyes en el reino visigodo de Toledo.

Zafiro descubierto recientemente en Guadamur. FOTO: PALEORAMA

En 1858 se recuperaron de este tesoro las coronas de Suitila y Recesvinto, reyes visigodos. Estos restos estarían en Guadamur, según las investigaciones del arqueólogo Juan Manuel Rojas, porque en la localidad había una iglesia muy rica (este edificio descubierto), concretamente en la finca de Guarrazar; se pensaba en un primer momento que habían sido llevados ahí desde Toledo en la época de la invasión musulmana para evitar que fueran robados y para ser enterrados en Guadamur. Sin embargo ahora consideran que no fue así, sino que el traslado se hizo por el monasterio que había allí. Esa teoría deja además en el aire un futuro hallazgo que podría ser histórico: el de una iglesia "muy rica" en Toledo que aún no se habría descubierto. Es la única pieza que falta para entender cómo se encontró el tesoro y por qué estaba allí. 


SEGUNDA RESIDENCIA DE LOS REYES SUITILA Y RECESVINTO
Eso explica por qué había dos coronas visigodas en Guadamur. Además explica que esos restos tan valiosos estuvieran en la localidad sin un gran edificio que lo avalara. Y por otro lado se sigue el patrón de las cortes visigodas donde los reyes solían tener una segunda residencia aparte de la propia de la corte, que habría estado situada en Toledo.

En este yacimiento trabaja un equipo arqueológico con muchos profesionales, entre ellos estudiantes y graduados que dedican cientos de hora al mantenimiento de los restos. Son también encargados de evitar posibles saqueos, desperfectos y deterioros en unos restos que son únicos en el país. A ellos se suman trabajos de expertos internacionales o del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que serán los que daten la fecha del zafiro encontrado (se estipula que podría ser el siglo VII y que podría estar engarzado en alguna de las joyas).
(Fuente: El Diario)

15 de septiembre de 2014

Documentan una gran vasija de la Edad de Bronce en unas excavaciones en Toledo

La vasija, de boca ancha, tiene unos 75 centímetros de altura, sus paredes abarcan centímetro y medio de espesor y carece de base La pieza estaba enterrada a poca profundidad, a unos 25 centímetros de la superficie y se encontraba de pie rellena con unos sesenta kilos de tierra que ahora se analizan en busca de restos de semillas y pólenes.
Los arqueólogos documentan el lugar donde ha aparecido esta singular vasija. Fito: JUAN MANUEL ROJAS.
Un equipo de arqueólogos ha encontrado en una excavación en Toledo una vasija de gran tamaño, muy bien conservada y datada a comienzos de la Edad del Bronce, que ha sido hallada de pie y en el mismo lugar en que se colocó casi cuatro mil años atrás para utilizarla como recipiente de almacenamiento.

Los arqueólogos Juan Manuel Rojas y Alejandro Vicente y su equipo encontraron esta vasija, "singular" por sus dimensiones y su estado de conservación, la pasada primavera, durante una excavación realizada en un barrio de Toledo, según ha explicado a Efe Rojas.

La pieza estaba enterrada a poca profundidad, a unos 25 centímetros de la superficie, y se encontraba de pie, llena por tierra que los arqueólogos han guardado para buscar restos de semillas y pólenes. En total, han extraído de su interior unos 60 kilos de tierra que ahora analizarán.

RECIPIENTE DE ALMACENAMIENTO
La vasija, de boca ancha, tiene unos 75 centímetros de altura, sus paredes abarcan centímetro y medio de espesor y carece de base, posiblemente para que el agua pudiera filtrarse en la tierra sobre la que apoyaba y no se estropeara el producto almacenado.


No tiene asas, pero cerca del borde se situaron unos apéndices que en este tipo de enseres está relacionado con la sujeción con cuerdas para tapar el contenido.

Uno de los aspectos destacados de este hallazgo, además de su tamaño, es que estaba "estaba enterrada de pie, en el sitio en que la habían colocado para estarla utilizando como recipiente de almacenamiento", subraya Rojas.

Los yacimientos de los comienzos de la Edad del Bronce no son frecuentes en Toledo, una ciudad patrimonio de la humanidad en la que para hablar de esta época se suele tomar como referencia el Cerro del Bú, donde, precisamente, el Consorcio de Toledo actuará en breve para acometer un proyecto de recuperación.

OTROS ELEMENTOS DE COCINA ENCONTRADOS
En la misma excavación de Toledo, los arqueólogos han encontrado otros objetos de menor tamaño -una cazuela, un puchero- que eran utilizados como elementos de cocina en el mismo período, entre 1.800 y 1.700 años antes de Cristo.

La vasija ha sido depositada, para su limpieza y tratamiento, en el Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha y de ahí pasará al Museo de Santa Cruz.

A raíz de este hallazgo, Juan Manuel Rojas explica que cada vez se va sabiendo más sobre la Edad del Bronce, en particular en Oriente Próximo y Europa, y fruto de estos conocimientos se ha avanzado en las relaciones sociales, en las jerarquías que se establecían y en el reparto de trabajos.

"Los avances tecnológicos normalmente van relacionados con un crecimiento económico, y el crecimiento económico es la sociedad la que lo soporta", destaca el arqueólogo.

(Fuente: Terra / EFE)