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18 de agosto de 2012

España está a tiempo de evitar un nuevo ‘caso Odyssey’ en Florida

Robert Bouchlas pretende extraer el tesoro del ‘San Miguel Arcángel’. Cultura no se ha presentado en el tribunal para impedir el expolio.
A la fragata "San Miguel Arcángel" se le perdió el rastro
tras salir de Cuba en 1659. Foto: La Gaceta.
El Ministerio de Cultura no se ha personado hasta el momento ante los tribunales norteamericanos para frenar la extracción de un tesoro compuesto por patrimonio español en las costas de Florida (Estados Unidos), que en caso de ser expoliado podría convertirse en un litigio semejante al que enfrentó a España con los cazatesoros de la empresa Odyssey entre 2007 y 2012.

En este caso, el cazatesoros que pretende realizar el expolio es Robert Bouchlas, que el pasado 29 de junio reclamó ante el tribunal de Palm Beach el derecho de extraer los restos del aviso (tipo de buque menor al que erróneamente denomina fragata) San Miguel Arcángel, cuyo rastro se perdió tras salir de Cuba en 1659.

Patrimonio español
En su reclamación ante el juzgado de Palm Beach, Robert Bouchlas señala que trabajará frente a la playa Juno de esa ciudad, y supone que el San Miguel Arcángel podría haber transportado hacia las costas de Florida, ante las que se habría hundido, parte de la carga del galeón Nuestra Señora de las Maravillas, hundido en 1656 frente a la isla Gran Bahama.

Bouchlas supone en su demanda, que lleva el número 12-cv-80596 en el tribunal de Palm Beach, que “el buque no ha sido abandonado por su propietario original, el Reino de España, y por tanto esta acción no cae bajo el control de la Ley de Pecios Abandonados de 1987”.

Si España se personara ante el juzgado, obligaría a reconocerle como propietario de lo que se pretende extraer, como ocurrió en el caso Odyssey. Con la diferencia de que, ahora, podría evitarse que los cazatesoros destruyeran el pecio del buque.

El Ministerio de Cultura no ha respondido aún a nuestra pregunta sobre si va a personarse en el juicio. James Goold, el abogado que llevó el caso Odyssey y al que España tiene encargado alertarle frente a posibles expolios, dijo a este diario, comentando el proyecto de Robert Bouchlas, que “estoy familiarizado con esta persona y con las muchas veces que ha reclamado haber encontrado un tesoro”.

Museo y turismo
Bouchlas tiene desde 1982 un museo en la Capilla de San Miguel de Palm Beach y organiza excursiones turísticas de buceo a los yacimientos que ha expoliado. En su página web expone su correspondencia con la Casa Real y el Ministerio de Cultura, al que donó en 2001 varias piezas extraídas del Maravillas, que se conservan en el Museo de América de Madrid.

Este cazatesoros no es el primero que dice haber descubierto los restos del San Miguel. En 1987, Peter Leo, un vigilante de la playa Jupiter, al Norte de Juno y también en Palm Beach, encontró varios cañones y anclas, y fundó una empresa, Jupiter Wreck, con la intención de explotar el pecio del San Miguel.

Al margen de cuál sea el pecio, Bouchlas puede estar tratando de obtener una legitimación para materiales que haya extraído de otros lugares. El abogado José María Lancho, uno de los que asesoró a España en el caso Odyssey, comentó a que “este tipo de procedimiento judicial privilegia el interés reconocido a la explotación económica de los buques históricos a costa de la destrucción de buena parte de su valor cultural y sin garantizar conclusión científica alguna. Si no hay intervención de terceros, los cazatesoros pueden contar la historia que quieran sin que les contradiga nadie”.

24 de abril de 2010

La micronesia española

En el colegio nos aprendimos de carrerilla que España tiene 17 Comunidades Autónomas más dos ciudades autónomas Ceuta y Melilla, y que todas las posesiones ultramarinas dejaron de existir con la perdida de Cuba y Filipinas en 1898.


Pero esto último no es del todo cierto. Tras la pérdida de Filipinas y Cuba, España aún mantuvo la soberanía sobre un puñado de territorios en las islas del Pacífico. Mantener esas islas de pequeño tamaño, gran lejanía y con ningún valor como posición estratégica, se aventuraba una empresa ruinosa por lo que el gobierno español de la época decidió vendérselas a Alemania, ya que los germanos disponían de sus propias plazas coloniales en la zona. Este fue el fin definitivo de las posesiones allende los mares españolas.

El fin de nuestras colonias salvo para cuatro pequeñas islas que no quedaron reflejadas en el acuerdo con los alemanes. Estos territorios fueron los miniarchipiélagos Guedes, Coroa, Pescadores y Ocea.

La Melanesia Española o Micronesia Española se constituye por un conjunto geofísico histórico de archipiélagos enclavados dentro de las aguas de Oceanía en el Pacífico, entre Melanesia y Polinesia. Formado por cuatro grupos de islas: Guedes, Coroa, Pescadores y Ocea. Esto se debe a que las señaladas islas no están incluidas en el Tratado hispano-estadounidense, firmado en París el 10 de diciembre de 1898, ni en el Tratado Germano-Español en el que se cede al Imperio alemán los archipiélagos de Carolinas, Palaos y Marianas, excepto la isla de Guam, realizado en Madrid el 30 de junio de 1899.

Estas islas legalmente pertenecen a España, pero en la actualidad debido a que su valor económico y estratégico es mínimo, el gobierno español no las ocupa de forma permanente ni las ha reclamado como posesiones propias. Ni tan siquiera protestó a los gobiernos japonés y los EE.UU. por la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que algunas batallas y campañas se desarrollaron cerca de estas islas.

Todo se originó en 1948 cuando el jurista Emilio Pastor y Santos, ojeando en el archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores todos los tratados por los que España vendió sus islas Carolinas, Marianas y Palaos a Alemania en 1899 tras la derrota frente a EEUU en 1898 y la perdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam, "descubrió" que algunos islotes y atolones de soberanía formal española en la zona, aunque nunca fueron ocupados y no pertenecientes estrictamente a las Carolinas, se habían "olvidado" y, en consecuencia, seguían siendo legalmente españoles.

Probablemente de todas nuestras aventuras coloniales, ésta es la más desconocida, pese a la enorme extensión marítima en que se desarrolló. Las Palaos, Marianas y Carolinas, nuestras posesiones en Oceanía, completaron en su tiempo la presencia de España en todos los continentes del planeta.

(Publicado por Manuel Álvarez Molina en http://www.memoriaespañola.com/)