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6 de marzo de 2018

El temporal también descubre restos de unas piletas de salazón romanas en Barbate (Cádiz)

Se trata de un recinto de más de 100 metros cuadrados, ubicado en la misma zona en la que se encuentran las conocidas 'piscinae' o balsas romanas de Trafalgar. La construcción descubierta aparece bien conservada, ya que la arena que hasta ahora la ha cubierto ha preservado buena parte de la estructura.
Las piletas romanas emergidas en el tómbolo de Trafalgar. FOTO: ANTONIO ARAGÓN
El paso del temporal por las costas de Trafalgar ha dejado a la vista un nuevo hallazgo arqueológico en el término municipal de Barbate, un recinto de más de 100 metros cuadrados, ubicado en la misma zona en la que se encuentran las conocidas 'piscinae' o balsas romanas de Trafalgar, presumiblemente usadas en la antigüedad como piletas de salazón.

Según ha indicado el Ayuntamiento de Barbate en una nota, los restos descubiertos por el temporal que ha azotado la costa se hallan al mismo nivel del mar, más bajo que las piletas.

Por su parte, el técnico de la Delegación de Cultura, Antonio Aragón, ha emitido un informe tras inspeccionar el hallazgo con el fin de investigar más a fondo este descubrimiento. Del documento, según ha apuntado el Ayuntamiento, se desprende que sus medidas son, aproximadamente, de 15 metros de largo por siete de ancho.

Asimismo, ha indicado que al contrario que las 'piscinae', siempre al aire libre y maltratadas por agentes erosivos y objeto de algunas conductas incívicas, la construcción descubierta aparece mejor conservada, ya que la arena que hasta ahora la ha cubierto ha preservado buena parte de la estructura.

No obstante, lo que ahora se puede ver no parece sino una sección transversal del conjunto, pues quizá se han perdido sillares que elevaban la altura de la construcción, ha indicado el Ayuntamiento, que ha explicado que de los cuatro lados que supuestamente tiene el recinto, solo tres son perceptibles a simple vista.

Uno de ellos, el más llamativo, está compuesto por sillares labrados en piedra arenisca, cuyas dimensiones son aproximadamente de 50 por 50 centímetros. Además, en la zona interior del recinto aparecen restos de tambores de columnas también labradas en arenisca.

Según ha indicado el Ayuntamiento, todos estos restos solo son perceptibles con marea baja, pues con marea alta las olas baten abiertamente el lugar, y es de suponer que las deposiciones de arena que arrastran las mareas volverán a cubrirlo con el tiempo.

(Fuente: Diario de Cádiz)

17 de julio de 2011

Joya visigoda abandonada en Barbate (Cádiz)



Tras ser sometida a un riguroso proceso de recuperación, la ermita de San Ambrosio fue dejada a su suerte en 2004

Enclavado en pleno pinar de la Breña, un paraje de singular belleza a medio camino entre la carretera que lleva de los Caños de Meca a Barbate, se levanta una de las joyas del visigodo del sur peninsular: la ermita de San Ambrosio.

 Una minuciosa obra de rehabilitación llevada a cabo en dos fases -del 98 al 2000 y de 2002 a 2004- logró sacarle todo el brillo arqueológico y constructivo, de cara a su inmediata puesta en valor. Pero, incomprensiblemente, hoy día está abandonada a su suerte y al designio de las vacas que, literalmente, pastan allí a sus anchas. Y es que en la actualidad esta propiedad del Obispado de Cádiz y Ceuta está arrendada y es objeto de pastoreo.

Así lo lamenta la arqueóloga que dirigió la excavación, Paloma Bueno, quien asegura que se le parte el alma cuando regresa por el que fue el centro neurálgico de su trabajo durante estos cuatro años que duró la intervención, junto a las dos escuelas taller que se pusieron en marcha para su recuperación.

"Lo dejamos perfecto, hicimos la obra de consolidación a través de una gran estructura enorme de metal, se limpió, se hizo el vallado, un camino de acceso y se excavó. Solo faltó techarlo". Incluso se arreglaron las naves anexas de cara a la construcción del futuro centro de visitantes. Pero la falta de entendimiento entre administraciones o la propia desidia y falta de interés que este tipo de iniciativas culturales despiertan en este país, y en esta provincia, hicieron el resto. Y eso que fue en época de bonanza económica.

¿El resultado? Puede verse en las fotos. Un bien patrimonial -fue declarado BIC en 2004- dejado a su suerte, inmerso en la vegetación que salvajemente aflora sobre el terreno y cuyo máximo fin es servir de alimento a los bóvidos. Animales que, por cierto, pisotean los restos romanos que encuentran a su paso, ya que bajo a la ermita yace una villa romana y detrás, la necrópolis.

Y no queda aquí la cosa. Según asevera la arqueóloga, una enamorada de este bello rincón al que regresa cada vez que puede, "hay restos que dejamos en el terreno porque no pudieron ser depositados en el Museo de Cádiz que han desaparecido. Aquello quedó vallado y cerrado". Pero los candados están rotos, entregando este bien a la total desprotección.

 Haciendo recuento, la coqueta ermita fue sometida a dos intervenciones de rehabilitación y de consolidación con la puesta en marcha de la Escuela Taller de San Ambrosio I y II, en una actuación que promovió la Mancomunidad de la Janda con la colaboración del Obispado de Cádiz como propietario, el Ayuntamiento de Barbate y el INEM, que subvencionó el proyecto. Este trabajo fue concebido como un proyecto multidisciplinar integrado por diferentes grupos de albañilería, carpintería, recursos forestales, turismo rural y el módulo de auxiliar de arqueología que lideró la propia Paloma Bueno.

El fin era rehabilitar la ermita y su entorno, para lo que se realizó el Proyecto de Intervención Arqueológica de Urgencia que fue aprobado por la Delegación de Cultura en abril del 99 con el fin de realizar las investigaciones arqueológicas previas a los trabajos de restauración. "Fue un trabajo muy gratificante y en el que colaboró mucha gente", rememora.

Concretamente, durante los dos primeros años se llevó a cabo la eliminación de construcciones anexas derruidas, se excavó parte de la necrópolis y la villa romana -tanto en el atrio de la ermita como en la trasera- y se localizaron importantes restos constructivos como columnas, mosaicos, pintura mural, cerámica, vidrio y numismática. La segunda escuela taller trabajó en el apuntalamiento de los arcos, el estudio paramental, ejecución del cerramiento, recuperación del acceso, mejora del entorno e instalación de paneles.

Fue tal el fervor que despertó en su momento, que el Ayuntamiento de Barbate le otorgó el nivel de protección integral, propio de los yacimientos que deben ser conservados para su estudio y disfrute cultural público. Pero de nada sirvió, ya que ni Obispado, ni Junta, ni Ayuntamiento de Barbate ni Mancomunidad de Municipios de la Janda velan hoy por su salvaguarda. La de una joya visigoda abandonada.
Foto: Imagen actual de la ermita de San Ambrosio, totalmente desprotegida y rodeada de vegetación, tras su abandono en 2004, cuando concluyó la segunda Escuela Taller encargada de su rehabilitación.

(Fuente: Diario de Jerez)