google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Arqueología submarina
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9 de febrero de 2015

Hallada la primera ánfora del Mediterráneo con indicaciones de su contenido, en Begur (Girona)

Los técnicos del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) han hallado en la cala Aiguablava del municipio gerundense de Begur la primera ánfora que aparece en el Mediterráneo con una inscripción en tinta que describe su contenido, en este caso "Oleum Dulce".
Hasta el momento nunca había aparecido un cántaro con indicaciones de su contenido. FOTO: EFE
Según el director del CASC, Gustau Vivar, este tipo de cántaro, denominado "Dressel 20 parva", es muy conocido, pero nunca había aparecido con las indicaciones del producto que transportaba.

"Esta ánfora es muy conocida, aunque hasta ahora no sabíamos qué llevaba, sabíamos que aceite, pero no sabíamos cuál ni para qué", ha explicado Vivar, quien ha relatado que "el Oleum dulce es muy fácil de encontrar en los textos en latín para hacer recetas de cocina romana".

Los responsables del CASC han presentado hoy sus hallazgos más destacados del pasado año, entre los que destaca también en Aiguablava el de la primera copa de cristal que se encuentra sumergida en el litoral catalán, ya que este material es muy frágil.

DECORACIÓN SERPENTIFORME
La pieza cuenta con decoración aplicada a hilos serpentiformes incoloros y podría ser de finales del siglo III a. C., según los exámenes de los técnicos.


Otro hallazgo en esta zona es un cesto, en un "excepcional estado de conservación", según Gustau Vivar, que servía para sacar el agua que entraba en la embarcación.

El CASC finalizó en 2014 los trabajos arqueológicos en Aiguablava, que se iniciaron en 2006 con el descubrimiento de tres barcos de época romana de entre los siglos I y II a. C.

OTROS DESCUBRIMIENTOS DEL CASC EN 2014
Los arqueólogos también intervinieron el pasado año en las excavaciones del barco Deltrebre, que se hundió en el siglo XIX en la desembocadura del Ebro y donde han aparecido una campana de bronce, un calibrador de balas y centenares de metros de cabos de diferentes grosores, algo difícil de encontrar en relativo buen estado.

El CASC también ha finalizado los trabajos de excavación del pecio de Cap de Vol, en el Port de la Selva, un embarcación del siglo I a. C. que se descubrió hace dos años y cuyos planos se han dibujado con la ayuda del departamento de robótica de la Universidad de Girona.

En la campaña de este 2015, el CASC seguirá con la excavación en Deltebre y se trabajará en un nuevo pecio hundido bajo las aguas del litoral de Port de la Selva, no muy lejos de Cap de Vol, pero a mayor profundidad.

(Fuente: La Vanguardia / EFE)

5 de diciembre de 2014

La Guardia Civil trabaja con el Archivo de Indias de Sevilla para localizar a posibles cazatesoros en sus salas

"El Correo de Andalucía" entrevista a Jesús Gálvez, teniente coronel jefe del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, que asegura que los científicos contratados por Odyssey "pensaban que estaban haciendo un trabajo completamente legal". 
Teniente Coronel Jesús Gálvez.
Sevilla fue Puerto de Indias en la época del Descubrimiento. De aquel momento glorioso nos queda en la ciudad, entre otras cosas, un archivo en pleno Centro, desconocido para muchos sevillanos, que alberga en sus salas miles de documentos de incalculable valor. Algo, que, desgraciadamente, sí que conocen las empresas que dedican su tiempo, y esfuerzo, a localizar los tesoros de aquellos barcos que, hace siglos, nunca llegaron a puerto y que en sus maderas hundidas en el mar esconden, además de una historia, un botín

«El de Indias es el archivo más importante del mundo para conocer ese tráfico de barcos, no sólo a América sino a Asia», asegura Jesús Gálvez, teniente coronel jefe del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil.

«Lo primero que hace un expoliador es acudir a los archivos. Por eso trabajamos estrechamente con el de Sevilla», dice.«Es fundamental localizar a los sospechosos», muchos de ellos están identificados, e intentar controlar «si realizan ellos las consultas o las hacen a través de otros». Esta no es una tarea fácil. 

«En el caso de Oddisey se valieron de una tercera persona, asentada aquí en Sevilla, de buena reputación, para contratar a unos científicos que pensaban que estaban haciendo un trabajo perfectamente legal», apunta Gálvez. Por ello, la arqueología subacuática es una de las áreas donde más trabaja este grupo de la Guardia Civil en Andalucía.

600 ACTUACIONES ANUALES
Además, particularmente en Sevilla se produce «muchísimo el expolio de arqueología terrestre». De hecho, se dan tantos robos, que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) realiza «500 o 600 actuaciones anuales» en todo el país, principalmente de personas que localizan con el detector de metales intentando expoliar un yacimiento.

Para Gálvez, lo «fundamental» es la prevención. «Una vez que se produce el daño sobre el bien cultural y se descontextualiza, es muy complicado saber su origen», explica. En Andalucía, por ejemplo, «se expolian desde monedas a torsos romanos. Bienes que se venden muy fácilmente a nivel internacional».

UN MERCADO GLOBALIZADO
Y es que el mercado de obras de arte se ha globalizado. Por este motivo, la Guardia Civil mantiene reuniones internacionales, como la que tuvo lugar ayer en Sevilla, «para estrechar lazos de colaboración». Las obras de arte se mueven en los grandes mercados internacionales, que están en EEUU, Reino Unido y Bélgica, principalmente. Es decir, «países ricos» y en el caso de los estadounidenses, «con poca historia y mucho interés por tener antigüedades».

Aún así, el trabajo desarrollado durante estos años da su fruto. Y de lo conocido, puesto que hay mucho patrimonio que no está catalogado, «se recupera en torno al 70-80 por ciento tras muchos años de trabajo». Prueba de ello es que entre los mayores logros que cuentan en su haber, junto a la recuperación del medio millón de monedas del Oddysey, está la reciente localización de un tapiz sustraído en un pueblo de Huesca en 1979 por Erik el Belga, autor del robo de más de 6.000 obras de arte sacro.

22 de octubre de 2014

Arqueólogos griegos hallan un barco español del siglo XVI hundido en el mar Jónico

El pecio español está hundido cerca de la isla de Zakynthos, en el mar Jónico. Data del siglo XVI y en él se han encontrado un gran número de monedas de plata de la época de Felipe II.  Los arqueólogos aplican en la nave un método de conservación in situ
Fotografía facilitada por el Ministerio de Cultura de Grecia del barco español hundido cerca de la isla de Zakynthos, en el mar Jónico. 
El descubrimiento de estas monedas ha sido decisivo para la identificación de la nacionalidad del buque, en el que los expertos han hallado también objetos de cerámica y fayenza, utensilios de cocina en muy buen estado de conservación y restos de alimentos como una gran cantidad de avellanas.

La jefa de las excavaciones, la arqueóloga Katerina Delaporta, precisó que, a pesar de que la excavación submarina lleva varios años en marcha "hasta ahora no se podía confirmar si se trataba de un barco español, veneciano u de otro origen". "Es el único naufragio español de este periodo hallado en aguas griegas y es unos años posterior a la batalla naval de Lepanto", explicó Delaporta. 

El lugar del naufragio se sitúa cerca del escenario de la batalla naval de Lepanto, donde el 7 de octubre 1571 la armada de España, Venecia, Malta y los Estados Pontificios destruyó la flota del imperio otomano.

El esqueleto del buque se conserva en buen estado, lo que ha permitido a los arqueólogos estudiar las técnicas de construcción naval de aquel periodo. 

CONSERVACIÓN IN SITU DEL BARCO 
Sin embargo, los restos de la embarcación no se pueden sacar a flote, por lo que los arqueólogos aplican, desde su descubrimiento, un método de conservación in situ. 

Por otro lado, Delaporta denunció la falta de fondos para realizar los trabajos de excavación. "En tiempos de crisis es muy difícil encontrar los fondos necesarios. Este año pudimos trabajar gracias al patrocinio de la Autoridad Portuaria de El Pireo, que cubrió completamente el coste", destacó. Pero de cara al próximo año, la arqueóloga aseguró que no saben si contarán con los fondos necesarios para continuar con las excavaciones.
(Fuente: 20 Minutos / EFE)

25 de septiembre de 2014

Hallan una ciudad romana sumergida en Isla Cristina (Huelva)

Un equipo de investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) y de la empresa Ánfora Arqueología ha descubierto un importante asentamiento romano sumergido en la ría del Carreras, que separa los municipios onubenses de Isla Cristina y Ayamonte, durante una intervención cautelar llevada a cabo ante las labores de dragado realizadas a lo largo de este año en el acceso marítimo del puerto de Isla Cristina.
Una ánfora señalada con una regla en el fondo de la ria. FOTO: ÁNFORA ARQUEOLOGÍA
El yacimiento subacuático reposa a ocho metros de profundidad y, según las primeras estimaciones, podría tratarse de los restos de una ciudad romana del siglo I después de Cristo que quedó sepultada por una serie de 'tsunamis' o a causa de los cambios experimentados en la línea de costa. Isla Cristina, como tal, nació tras el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755.

Los vestigios hallados en un área de cinco hectáreas de extensión, como ánforas, cerámicas, mármoles, fragmentos de grandes columnas y hasta restos humanos, no dejan lugar a dudas de que éste es uno de los yacimientos subacuáticos más relevantes de toda Andalucía.

Así lo destaca Diego González, de Ánfora Arqueología, quien asegura que este hallazgo "constituye el estrato arqueológico de un asentamiento poblacional que, al menos, discurre de época romana hasta la Edad Moderna, siglos XV y XVI".

"ES NECESARIA UNA INTERVENCIÓN PROFUNDA"
Para el catedrático por la UHU y jefe de equipo de la intervención arqueológica, Claudio Lozano, hay restos constructivos que demuestran la envergadura del yacimiento encontrado bajo las aguas de la ría del Carreras, como así ya ha podido comprobar 'in situ' los expertos del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática. Especialmente la necrópolis, los restos de piezas de mármol "y seis segmentos de columnas de un diámetro de 70 centímetros y de un porte que indican la presencia de una construcción relevante".

"Estamos ante la parte sumergida del poblado romano de la Punta del Moral, pero en estos momentos desconocemos su extensión y ante qué estamos pues es necesaria una intervención profunda e interdisciplinar para desentrañar y extraer toda la información que acumula este yacimiento", señala Diego González.


En este sentido, Claudio Lozano lo tiene claro y tienen que ser las autoridades competentes, principalmente la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, quienes intervengan "para delimitar correctamente el yacimiento y sus horizontes culturales, evaluar en profundidad los elementos constructivos hallados y establecer una correlación entre lo encontrado bajo agua y lo que hay en tierra".


EN PELIGRO DE DESTRUCCIÓN POR EXPOLIO
A juicio de ambos investigadores, la actuación para salvaguardar y analizar este yacimiento debe realizarse de forma "urgente", una vez que ya se logró proteger la zona de las labores de dragado y la Junta ya dispone desde el pasado mes de mayo de un informe señalando la relevancia de los restos localizados bajo las aguas de Isla Cristina.

La urgencia para acometer estos trabajos no es baladí. Tanto desde la Universidad de Huelva como desde la empresa Ánfora se alerta del riesgo real de que el yacimiento pueda perderse. "El yacimiento está en peligro de destrucción porque las tareas de dragado han dañado su entorno y se ha alterado la dinámica de la ría, lo que acelera su desaparición, perdiéndose así la información que contiene", advierte el catedrático de la Onubense.

Pero también existe una segunda amenaza, tal y como avisa Diego González: "La cercanía a la costa y su escasa profundidad, apenas ocho metros bajo el agua, hace que el yacimiento se pueda expoliar fácilmente, ya que no es necesario ninguna infraestructura para acceder a él".

De esta forma, la intervención se hace imprescindible y apremiante, sobre todo teniendo en cuenta que hasta la fecha toda la información que existe aún permanece sumergida y la que se destruya o se expolie se perderá para siempre.

15 de mayo de 2014

Arqueólogos de la UHU trabajarán para la recuperación del puerto y el castillo de Palos de la Frontera

La Universidad de Huelva (UHU) y el Ayuntamiento de Palos de la Frontera (Huelva) han firmado un convenio para llevar a cabo la segunda fase del estudio integral para la recuperación y puesta en valor del Puerto Histórico y del Castillo de San Jorge del municipio. Por otra parte, el arqueólogo estadounidense Barry Clifford dice haber localizado los restos de la nao "Santa María" en aguas de la costa norte de Haití.
Réplicas de las carabelas que llevaron a Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo en el puerto de Palos de la Frontera.
Juan Campos, catedrático de Arqueología en la UHU y director del grupo de investigación 'Urbanitas: Arqueología y Patrimonio'  ha recordado que hace algo más de un año, en marzo de 2013, se realizaron sobre el terreno unas proyecciones geofísica, por parte de una empresa alemana, que contrastaron la existencia de "bastantes estructuras" del puerto antiguo, que es del que partieron las carabelas hacia América. 

PROSPECCIONES Y EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS
Está previsto que estos trabajos de excavación se prolonguen durante dos meses, aunque posteriormente el trabajo de laboratorio será más duradero. El Consistorio palermo financiará esta segunda fase del estudio integral, dada la importancia histórica y referencial de los elementos, y a través de este grupo de investigación, la institución académica realizará un análisis de la documentación histórica, prospecciones geofísicas con georradar, prospecciones y excavaciones arqueológicas y estudio geomorfológicos y de reconstrucción de paisaje en los citados ámbitos. 

Por su parte, el rector de la Universidad de Huelva, Francisco Ruiz, agradeció al Ayuntamiento de Palos de la Frontera "el esfuerzo" por recuperar unos espacios con "tanta simbología" para la provincia como son el Castillo de San Jorge y el Puerto de Palos. Asimismo añadió que los resultados de este estudio integral serán de "gran utilidad en el futuro para ámbitos de interpretación de toda la zona". 

ESTRUCTURAS DE ÉPOCA COLOMBINA DISEMINADAS EN EL PUERTO
Ya en diciembre de 2012 Ayuntamiento y Universidad firmaron un convenio muy parecido a éste para abordar la primera fase de este estudio integral publicándose los frutos de aquellos trabajos en la edición de un libro, del que se hicieron 500 copias, que se presentó el pasado mes de marzo en el marco de la celebración de las Jornadas de Historia sobre el Descubrimiento. 

Esas primeras aproximaciones, que se hicieron con prospecciones geofísicas, sacaron a la luz una serie de anomalías que vienen a verificar, según el director del estudio, que "hay muchas estructuras diseminadas de época colombina en la ensenada del puerto histórico". Asimismo se ha conseguido recopilar también mucha documentación histórica inédita y ahora, con esta segunda fase del estudio, se podrá obtener un conocimiento más profundo de cómo era todo entonces y podrá hacerse una reconstrucción virtual que dará muchas pautas en la posterior recuperación del puerto y el castillo y la relación de estos elementos entre sí y con el entorno. 

RESTOS DE LA "SANTA MARÍA" HALLADOS EN HAITÍ 
Por otro lado, y preguntado por el posible hallazgo en aguas de la costa norte de Haití de los restos de la nao Santa María, una de las embarcaciones en las que viajaba la expedición de Cristóbal Colón cuando descubrió América en 1492, que uno de los principales investigadores arqueológicos submarinos de Estados Unidos, Barry Clifford, asegura haber encontrado, según ha explicado el propio investigador al diario 'The Independent', el catedrático de Arqueología de la Onubense ha asegurado que "no resulta extraño, pero otra cosa es que pertenezcan a la Nao Santa María". 

En esta línea, ha señalado que se trata de un lugar donde se vivió un intenso tráfico de barcos, por lo que habrá que esperar al resultado de las pruebas "para conocer realmente si se trata de esta embarcación". No obstante, asegura que por el lugar en el que se han hallado estos restos podría tratarse de este barco, ya que se encuentra frente al 'Fuerte Navidad', un asentamiento que Cristóbal Colón y sus hombres comenzaron a construir en la costa norte del actual Haití en la Navidad de 1492 y "nunca se ha creído que este asentamiento fuera creado con restos de la Nao Santa María".

6 de septiembre de 2013

Arqueólogos de ARQUA rescatan un pecio romano del S. IV y otro del S. XVIII en el puerto de Cartagena

En el barco romano, datado entre los años 380 a 420 d.C., había ánforas de origen africano que contuvieron vino y aceite, y otras béticas y lusitanas para el transporte de conservas de pescado así como objetos de la tripulación, algunos con símbolos cristianos. Del pecio del S.XVIII destaca una "magnífica" colección de pipas para fumar bellamente decoradas.
Buzos de ARQUA durante la prospección en la dársena del puerto. Foto: ARQUA
No son doblones de oro ni monedas de plata, pero su valor arqueológico es tan importante como el tesoro de La Mercedes que descubrió la empresa Odyssey frente a la costa portuguesa. Al menos lo es para conocer la historia, sobre todo, la de Cartagena. Y es que los fondos de la dársena de la ciudad portuaria escondían un barco romano del siglo IV después de Cristo que ha sido descubierto por los buzos del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua).

Además, los trabajos que se han llevado a cabo durante los últimos cuatro meses como parte del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático Español también han permitido localizar otro buque de finales del siglo XVIII o principios del XIX, informó el Gobierno.

Los arqueólogos han recuperado en sus prospecciones numerosos objetos de gran valor arqueológico en tres yacimientos distintos situados en plena dársena de Cartagena, justo enfrente de donde se encontraba la antigua sede del museo, cerca del faro de Navidad. «Están aquí mismo», resaltó el director del Arqua, Xavier Nieto.

Símbolos cristianos
El pecio romano cubre un déficit de restos del Bajo Imperio romano que existía en el museo, admitió Nieto. De hecho, se han localizado en el barco algunos objetos de la tripulación con símbolos cristianos. Los arqueólogos apuntan que el navío del siglo IV transportaba un cargamento heterogéneo con ánforas de origen africano que contuvieron vino y aceite, otras de origen bético y lusitano para llevar conservas de pescado, además de lucernas y materiales diversos para el uso de la tripulación. Los profesionales creen que se trata de un barco que redistribuía productos desde un puerto andaluz hasta Cartagena.



Por su parte, el hallazgo del buque de finales del siglo XVIII constata el auge del puerto de Cartagena tras la construcción del Arsenal Militar en ese mismo siglo. Los arqueólogos continúan analizando lo encontrado, aunque parece que en los primeros sondeos han localizado la cocina del navío, dada la abundancia de ollas con marcas de fuego, fuentes, vajilla de mesa, cubiertos, botellas de vidrio, aceiteras y hasta un tonel.

Evolución de la línea de costa
Las prospecciones han servido también para situar un tercer yacimiento con numerosos objetos perdidos o arrojados voluntariamente por los marineros a lo largo de los años. Destaca una colección de pipas para fumar bellamente decoradas, desechos de alimentos como huesos de animales o semillas de frutas, vasijas de cocina. Los técnicos creen que eran tirados al mar por los marinos durante los periodos de fondeo. Este yacimiento posibilita profundizar en un estudio que junto al que está desarrollando la Universidad de Murcia desde tierra, permitirá avanzar en el conocimiento de la evolución de la línea de costa.


Equipo de trabajo
El equipo de trabajo está formado por tres arqueólogos de ARQUA (David Munuera, Ana Miñano y Rocio Castillo), dos arqueólogos de la empresa Arqueomar (Juan Pinedo y Felipe Cerezo), el patrón de embarcación de ARQUA (Emilio Peñuelas), el fotógrafo David Balcázar, 'Balky' y la supervisión del director del museo (Xavier Nieto).

26 de junio de 2013

Cultura protegerá los pecios fenicios de Mazarrón 25 años después de su descubrimiento

Es el primer yacimiento subacuático de la Región de Murcia que obtiene la declaración BIC. Se trata de dos barcos fenicios descubiertos en 1988 por el Centro Nacional de Investigaciones Arqueologías Submarinas que documentó gran cantidad de material cerámico repartido por la Playa.  Los expertos creen que podría haber toda una flotilla fenicia hundida.
Barco fenicio de Mazarrón (Murcia).
Veinticinco años después de que el Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas localizara el yacimiento de la playa de La Isla, donde se hallaron dos barcos fenicios del siglo VII antes de Cristo, la Consejería de Cultura ha iniciado el expediente para protegerlo como bien de interés.

La resolución la firmó ayer el director general de Bienes Culturales, Francisco Giménez, apenas unas horas antes de que el Pleno del Ayuntamiento de Mazarrón aprobara una moción del alcalde Ginés Campillo solicitando esta misma protección.

Toda una flotilla fenicia hundida
El expediente incoado declara bien de interés cultural (BIC) el yacimiento subacuático de La Isla en la categoría de zona arqueológica. La protección afecta a casi toda la playa, pero sin tocar las edificaciones de alrededor. 
Es el primer yacimiento bajo el agua de la Región que obtiene esta declaración, según aclaran desde Cultura. 

Hasta que se resuelva definitivamente el expediente, nada se podrá hacer en la zona sin el visto bueno de la Consejería. La playa de La Isla está pendiente de un proyecto de regeneración, que Costas quiere acometer el próximo año. Los expertos creen que podría haber toda una flotilla fenicia hundida.
Proa del barco fenicio de Mazarrón.
El descubrimiento y excavación del yacimiento subacuático de Playa de la Isla ha supuesto una revolución en el conocimiento de la construcción naval protohistórica. Se trata de dos barcos de los más antiguos conservados bajo la superficie del mar. El yacimiento ya era conocido desde el año 1988, gracias a las prospecciones que había realizado el Centro Nacional de Investigaciones Arqueologías Submarinas que documentó gran cantidad de material cerámico repartido por la Playa. Poco tiempo después se descubrió una estructura de madera asociado a estos restos que comenzaron a ser excavados sistemáticamente a partir del año 1993. 

Como resultado de estos trabajos, que se han desarrollado de manera casi ininterrumpida durante diez años, se ha producido la hallazgo de dos barcos fenicios y la recogida de un amplio repertorio de materiales cerámicos que corresponde a la misma tipología de otros asentamientos excavados en tierra, todos ellos adscribibles a la segunda mitad del siglo VII a.C.

Aunque el yacimiento no puede ser visitado, sí se puede acceder a los resultados de las excavaciones, expuestos en la actualidad en el Museo Nacional de Arqueología Marítima de Cartagena, que muestra en sus vitrinas un amplio repertorio de los hallazgos cerámicos encontrados durante las prospecciones y excavaciones. 

Los dos barcos aún están en proceso de extracción, consolidación, restauración y adecuación para su exposición en el Museo.
Vídeo: El Barco Fenicio de Mazarrón

28 de mayo de 2013

La Armada expulsa de aguas de Málaga a otro buque cazatesoros de "Seaway Offshore"

El  "Endeavour" pertenece a la compañía cazatesoros norteamericana Seaway Offshore, la misma propietaria del "Seaway Invincible", que ya fuera expulsado de aguas españolas el pasado diciembre cuando hurgaba frente a la costa de Marbella.
Actualmente el "Endeavour" se encuentra en el puerto de Algeciras.

El patrullero de la Armada 'Infanta Elena', apoyado por el 'Serviola', interceptó al buque de investigación 'Endeavour', con bandera de Togo, que supuestamente se encontraba realizando sondeos con el objetivo de localizar navíos hundidos en aguas frente a la costa de Málaga.

Según ha informado este lunes la Armada en un comunicado, efectivos de la Armada identificaron y visitaron al buque, que venía siendo vigilado desde hace meses, y le ordenaron interrumpir sus actividades en las aguas españolas del mar de Alborán, en su plataforma continental.

El 'Endeavour' venía siendo seguido desde el Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de Cartagena desde septiembre del año 2012 y la semana pasada se detectó que se dirigía hacia el Estrecho de Gibraltar.

En la madrugada del día 26, tras analizar sus movimientos y "comprobar que se correspondían con los patrones clásicos de búsqueda de pecios", se ordenó a los patrulleros que le interceptaran. Tras la visita al buque para comprobar sus actividades, se le ordenó abandonar la zona.

El 'Endeavour' se dirigió entonces hacia Algeciras acompañado por el patrullero 'Infanta Elena', donde fue transferido a la Guardia Civil con la que se coordinaron las actividades realizadas por los patrulleros de la Armada.

Ya se le detectó en octubre
El 'Endeavour', al que ya se detectó realizando tareas similares el pasado mes de octubre, pertenece a la misma compañía que el 'Seaway Invincible', buque que también fue visitado y expulsado de la misma zona el pasado mes de diciembre por el patrullero 'Infanta Cristina' por la misma razón.

Entonces, fuentes de la Armada explicaron que la empresa a la que pertenece el 'Seaway Invincible', con bandera panameña, es norteamericana, pero no es Odyssey, la compañía condenada por un tribunal norteamericano a devolver a España el tesoro de la fragata hundida 'Nuestra Señora de las Mercedes'.

Este tesoro se encontraba en la zona de donde se ha expulsado ahora al 'Endeavour'. Entonces, la empresa 'cazatesoros' aseguraba estar buscando un pecio británico.

La expulsión del "Seaway Invincible" el pasado diciembre
Para saber lo que pretendía el Seaway Invincible el pasado mes de diciembre bastaba con haber leído lo que publicó Ouest France el 9 de mayode 2012: "El Seaway Invincible estaría preparando la caza de un tesoro". El periódico francés precisaba que la empresa propietaria de este barco es Seaway Offshore, propietaria del Seaway Endeavour, por entonces también en Brest. Los piratas prestan atención a la prensa, así que este barco cambió de bandera (la tenía panameña en Brest) y de nombre: ahora se llama Endeavour a secas y luce bandera de Togo.

Seaway Offshore esconde algo, o desde luego no actualiza demasiado su web, ya que en ella no figura el Endeavour, y sí en cambio el Seaway Rover, que ya no se llama así, sino Seaway Agbamu, está registrado en Nigeria y anclado frente a Lagos.


Estas operaciones de la Armada son una prueba de que algo va cambiando en la administración española en cuanto a tolerar las andanzas de los ladrones de patrimonio.

6 de marzo de 2013

Inician la búsqueda del mayor navío de la Armada Invencible en aguas de El Ferrol

La "Ragazzona", nave capitana de la Escuadra de Levante, capitaneada por Don Martín de Bertendona, se hundió en el viaje de regreso de la maltrecha flota el 8 de diciembre de 1588, la noche antes de entrar en el Puerto de La Coruña
"La Armada Invencible" de Aert van Autum, Rijksmuseum, Amsterdam.
La costa gallega es una especie de museo sin catalogar. En sus fondos marinos descansan cientos de navíos que a lo largo de los siglos fueron quedando varados, escribiendo su relato alternativo de la historia. En la costa de Ferrol, en concreto, uno de ellos ha llamado la atención de un grupo de arqueólogos: La Ragazzona. De propiedad veneciana, esta nave del siglo XVI fue una de las muchas que alquiló el rey español Felipe II para engrosar las filas de la que se dio en llamar como Armada Invencible, en 1588. Fue el navío de mayor envergadura de la expedición y la nave que capitaneó la Escuadra de Levante, a las órdenes de don Martín de Bertendona.

Encallada en El Ferrol
Su últimos meses en activo fueron un cúmulo de despropósitos. Tras la sonrojante derrota en los mares de Inglaterra de la expedición española, La Ragazzona regresó de vuelta a la Península Ibérica refugiándose de los temporales en la ría de Muros. Ante los requerimientos de su dueño, la República de Venecia, la tripulación recibió órdenes de llevar a reparar el navío a A Coruña para ser devuelto en condiciones. La noche antes de entrar en el puerto, el buque fue sorprendido nuevamente por la tormenta, perdiendo el ancla y dañando gravemente las velas. A partir de ahí, la tripulación perdió el control de su destino y acabó encallando en la costa ferrolana.

Ahora, 425 años después de aquel episodio, este grupo de arqueólogos de la Universidade de Santiago (USC), ha decidido rescatar de las profundidades el recuerdo de aquel naufragio. David Fernández, es el director de la expedición y uno de los principales autores intelectuales de la aventura. Investigador de la USC, participó ayer en la primera de las inmersiones del proyecto, que se prolongarán hasta el domingo. El objetivo: encontrar algún resto de La Ragazzona en forma de munición, piezas de artillería, cerámicas o, incluso, concentraciones de maderas procedentes del casco.

Primer acercamiento
Por el momento, el equipo arqueológico solo cuenta con un perímetro acotado a partir de las referencias de crónicas y documentos históricos en los que se narra como el barco, sin ancla y con las velas destartaladas, acabó varando en la costa y partiendo en dos. Lo de ayer simplemente fue la primera toma de contacto. "Estuvimos viendo la zona y cerrando el área de búsqueda. Es el primer acercamiento y en los próximos días continuaremos en la procura de algún resto que nos permita verificar que ahí está el barco", arguye David Fernández.

La expedición, autofinanciada por los investigadores, cuenta también con el apoyo de la unidad de buceo de la Armada española, con base en A Graña, y de la empresa de arqueología Argos, de la que también forma parte Fernández. En el futuro, con todo, no se cierra la puerta a la financiación pública. "Si después de esta primera búsqueda hay alguna Administración interesada en apoyar el proyecto sería perfecto", comenta.

Entre ocho y doce metros de profundidad
Las estimaciones del grupo sitúan a La Ragazzona a unos ocho o doce metros de profundidad pero, pese a ser relativamente accesible, no prevén extraer ninguna pieza. Simplemente documentarán el hallazgo y darán parte a la Dirección Xeral de Patrimonio. "Conservar este tipo de descubrimientos en tierra tiene un coste enorme. Al sacarlos de su entorno natural, la velocidad a la que se degradan si no se tratan adecuadamente es muy grande", asegura.

Durante esta semana continuarán las labores de búsqueda. Confiados en que las condiciones meterológicas ayuden, el equipo que dirige David Fernández persistirá en su intento de cerciorar que La Ragazzona, el gigante de la armada española que intentó tomar Inglaterra, descansa en el fondo de los mares de Galicia.

(Fuente: La Opinión A Coruña / Miguel Rodríguez)

1 de febrero de 2013

La Armada documenta 1580 pecios desde el Siglo XIII al XX

La Armada ha creado una base de datos de naufragios para registrar todos los barcos hundidos de los que existe constancia en sus archivos navales, con la identificación de 1.580 naufragios de buques españoles o de otra nacionalidad sumergidos en aguas jurisdiccionales españolas desde el siglo XIII, según ha informado el Ministerio de Defensa.
Ánfora procedente de un pecio romano en aguas de Mallorca descubierto recientemente. Foto: Mizona TV
Este proyecto comenzó en 2011 y ha continuado, en una segunda fase, durante el último trimestre de 2012. Entre los resultados recogidos, destaca que las zonas de mayor presencia de pecios son las costas de la Península Ibérica y del Caribe, consecuencia en este último caso del intenso tráfico marítimo mantenido con América durante más de tres siglos.

De los 1.580 naufragios registrados hasta ahora existe referencia de la localización en el 75 por ciento de los casos (1.176). Por áreas geográficas, Europa acumula el 59,3 por ciento de los registros documentados y, solo España, aporta, la mitad con 596 naufragios.

A estas zonas les siguen América del Norte, Central y el Caribe, donde se han identificado el 26,7 por ciento de barcos hundidos (314), la mayor parte de ellos en las costas de Cuba (176). En América del Sur se han catalogado el 6,8 por ciento del total (80); en Extremo Oriente y Australia, el 5,4 %, en especial en las costas de Filipinas, donde se concentran 50 naufragios y, por último, en el norte de África existe constancia de 21 hundimientos.

El informe señala que en ocho de cada diez de los registros se conoce la fecha del naufragio. Por siglos, es el XVIII el que se han documentado mayor número de hundimientos, con 390, mientras que le siguen en orden descendente los siglos XX (307), XIX (239), XVI (238) y XVII (147).

Entre los siglos XIII y XV se han catalogado 16 naufragios, si bien los archivos de la Armada custodian documentación original desde 1767, por lo que Defensa afirma que las entradas anteriores a esa fecha son menores y proceden de fuentes documentales secundarias y bibliográficas. Entre estas últimas destacan las obras del marino e historiador naval Cesáreo Fernández Duro, publicadas en la segunda mitad del XIX.

Otra referencia significativa presente en la base de datos es la tipología del barco, un dato conocido en el 84 por ciento de los casos, y que comprende más de 50 modalidades diferentes, desde pequeñas embarcaciones pesqueras hasta barcos comerciales y de guerra.

Gran número de pecios del S. XVIII
Así, el navío, buque de combate por excelencia del siglo XVIII, es del que se han consignado mayor número de naufragios, con 182; seguido por el laúd (141), una embarcación pesquera; el vapor (140), en sus distintas configuraciones como correo, trasatlántico, mercante o de ruedas; la nao (101), que formó la base de las flotas que aseguraron la navegación con las Indias hasta la segunda mitad del siglo XVII; y la fragata (98), buque de menor porte que los navíos, que apareció en el siglo XVII y se adaptó en los siglos posteriores a la aparición del vapor y a la navegación moderna.

Defensa ha resaltado que los datos recogidos pueden ser de gran valor para futuras investigaciones sobre la búsqueda e identificación de pecios, y también servirán como medida preventiva para proteger el patrimonio subacuático de la amenaza del expolio.

Así se ha puesto de relieve recientemente en el litigio contra la compañía Odyssey Marine Exploration. La aportación del Archivo General de la Marina contribuyó a que un tribunal estadounidense fallara hace un año a favor del Gobierno de España

Financiado por la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural del Ministerio de Defensa, el trabajo ha sido coordinado por el Subsistema Archivístico de la Armada y se ha llevado a cabo inicialmente en tres de los siete archivos de la Armada: el Archivo General de la Marina Alvaro de Bazán, en Viso del Marqués (Ciudad Real); el Archivo del Museo Naval, en Madrid; y el Archivo Naval de Cartagena, en Murcia.

(Fuente: La Razón)

1 de diciembre de 2012

ARQUA custodiará y expondrá el tesoro del "Nuestra Señora de las Mercedes"

Aunque el Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQUA) será su sede expositiva final, a partir del segundo semestre de 2013 una exposición itinerante podría recorrer varias comunidades autónomas.
El tesoro del "Nuestra Señora de las Mercedes" irá definitivamente
a Cartagena. 
El tesoro de la fragata española hundida Nuestra Señora de las Mercedes, que fue expoliado por la compañía de rescate de tesoros estadounidense Odyssey, se expondrá de manera permanente en el Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQUA), anunció el viernes el Ministerio español de Cultura y Deportes.

El tesoro de monedas, valorado en 500 millones de dólares (unos 380 millones de euros), formará también parte de una exposición itinerante que se ofrecerá a las comunidades autónomas antes de pasar a su ubicación definitiva en el Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQUA).

"Al Ministerio (...) no le interesa el valor económico del tesoro sino su valor cultural o arqueológico", dijo Jesús Prieto, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, en una rueda de prensa en Madrid. "Es un bien al servicio de la humanidad"

El navío español fue hundido en 1804 por la Armada británica frente a las costas del Algarve portugués, y fue descubierto por Odyssey en 2007. Tras cinco años de batalla legal en Estados Unidos, el Estado español consiguió los derechos sobre la embarcación y su carga, que regresó  a España en febrero.

"Es el sitio lógico, pudiera parecer que se hubiera creado, en su día, para albergar este cargamento", declaró Prieto sobre el ARQUA, según fue citado por medios.

El ARQUA fue inaugurado en 2008 en el paseo del muelle de la antigua Cartago Nova y está considerado un centro de referencia nacional e internacional en la protección del patrimonio subacuático.

"Ninguna institución ni organismo cultural, tanto a nivel nacional como internacional, se había enfrentado nunca a un reto patrimonial de este calado".

El tesoro, que consta de 14 toneladas de monedas de oro y plata, se trasladará al museo murciano antes de final de año cuando termine de catalogarse y digitalizarse, anunció el Ministerio a través de una nota de prensa.

La exposición itinerante podrá verse a partir del segundo semestre de 2013.

"Haremos lo máximo por compartir esto no solo con los españoles, sino con el mundo entero", declaró José Ballesta, portavoz del Gobierno regional de Murcia.

(Fuente: La Información / Reuters)

31 de octubre de 2012

¿El primer barco íbero?

Una nave en Cap de Creus (Gerona) construida con técnicas inéditas sorprende a los arqueólogos. El encaje de la quilla, una moneda íbera y la técnica constructiva levantan sospechas.
Medio barco fue desenterrado y se calcula que hay 48 hileras de travesaños.
Foto: Gustau Vivar.
Estar hundido no siempre es un problema. Al barco que naufragó frente al Cap de Vol, en El Port de la Selva, entre los años 10 antes de Cristo y 10 después de Cristo aproximadamente le ha ido la mar de bien tocar fondo. Porque pese a haber sido expoliado en 1967 por una banda de submarinistas belgas, que se llevaron cuantas ánforas encontraron, su conservación en el fondo mientras tecnología y conocimiento arqueológicos avanzaban permite anunciar que la nave era posiblemente no romana sino... íbera: no hay otra nave identificada de este pueblo que ocupaba la península antes de la llegada de los romanos. Como pueblo costero, los íberos con toda seguridad eran marineros, pero no existe hasta hoy constancia arqueológica de ello.

El expolio de 1967 no impide que en el pecio se conservaran restos de ánforas romanas. Los belgas sólo se llevaron las que estaban enteras, pero quedaron los pedazos. Son del tipo que los arqueólogos llaman Pascual 1 y por las inscripciones que llevan se sabe que se fabricaban en el taller que estuvo en lo que hoy es la estación de metro de Badalona Centro, la romana Baetulo. Por eso se sabe que el barco naufragó en esa veintena de años alrededor del cambio de milenio. Por eso se ha creído siempre que el barco era romano. Y no está probado que no fuera así, aunque numerosos indicios sugieren que el barco no era de esta factura, si no, al menos, heredero de la tradición íbera. "El problema de los íberos es que sólo se los ha excavado en tierra, no en el mar. Y eran un pueblo de costa: ¿cómo es posible que no sepamos nada de su vertiente marinera?", apunta Gustau Vivar, codirector de la operación y responsable del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC), dependiente de la conselleria de Cultura. "En el mar, los cambios tecnológicos son muy lentos, porque un mal experimento te mata. Por eso no sería extraño que los barcos íberos fueran como este, aptos para esta costa, aunque los llevaran los romanos".

  •  "Trabajamos con la hipótesis de que el barco es de tradición ibera porque tiene algunos elementos definitorios tan claros que quizás estamos hablando de que representa la tradición ibera. Pero no podemos asegurar nada con rotundidad", admite Vivar.
Hace un par de años, el CASC, situado en Girona, decidió volver a investigar aquel barco, en un proyecto -cuyos otros codirectores son Rut Geli y Carlos de Juan, y que ha contado con el apoyo del ayuntamiento del Port de la Selva- que profundizara en el conocimiento de la que se considera la primera industria "catalana" exportadora: la del vino romano.

El barco de Cap de Vol transportaba vino barato para las tropas romanas de las Galias y Germania. En un momento en que las esperanzas de supervivencia de las empresas pasan en parte por la internacionalización, visitar aquel momento de la historia económica local tenía su interés.Por las ánforas se conocía la datación aproximada del viaje y lo que transportaba. Las naves que partían de Baetulo o de la Tarraconense tenían por destino Narbona, desde donde se distribuía el vino a las tropas. En la investigación que se ha desarrollado este verano han aparecido, en el fondo del mar, algún cuello de ánfora con el tapón de corcho... horadado. El vino era de baja calidad y proseguía su fermentación en el ánfora, de manera que se dejaba un orificio para la evacuación de gases. No por malo fracasó. Este vino acabó llegando a Roma. "Es el primer momento de exportación desde aquí, pero no de un producto sobrante, sino de un producto que se hace para exportar", añade Vivar.

El barco fue someramente investigado en 1979 y 1980. En la actual campaña fue localizado de nuevo, enterrado bajo 60 centímetros de arena, y la sorpresa ha llegado cuando se ha empezado a analizar sus detalles. Varios de ellos no son de factura romana, sino de origen incierto. De entrada, la quilla es casi plana. La costa catalana de la época era muy similar a la de la actual Camarga francesa, con marismas (de ahí Maresme), lagunas, ríos transitables. De este modo no hacía falta construir puertos, porque los propios ríos permitían amarrar y cargar. Con el ahorro inversor que eso implicaba. Pero para eso se exigían calados leves, y las naves romanas los tenían altos, porque la costa itálica, más profunda y con corrientes más fuertes, así lo exigía.

Hay más detalles no-romanos en la nave: algunas cuadernas están interrumpidas; el sistema de punzones con que se aguantan las maderas es propio; una reparación en el casco, en forma de hexágono, presenta una técnica extraña; hay algunos rebajes en las traveseras de madera, posiblemente para atarlas, y eso es nuevo; el sistema de construcción era de casco previo, es decir, primero se armaba el forro y luego se le insertaba la estructura... Y el detalle más llamativo: bajo el mástil colocaron una moneda -que sobrevivió a los belgas y más de dos mil años de aguas- apotropaica (aquel objeto que se usa simbólicamente para algo ajeno a su función real) que es, con toda certeza, íbera. "Trabajamos con la hipótesis de que el barco es de tradición ibera porque tiene algunos elementos definitorios tan claros que quizás estamos hablando de que representa la tradición ibera. Pero no podemos asegurar nada con rotundidad", admite Vivar. Tres especialistas en cultura ibera, Yaacov Kahanov, de la universidad de Haifa, Patrice Pomey, de la de Marsella, y Eric Rieth, de París están empezando a sostener que los iberos tuvieron una sólida formación y tradición marinera.
(Fuente: La Vanguardia / Ignacio Orovio)

28 de octubre de 2012

El "tesoro" romano de la isla de Tabarca

Las prospecciones realizadas por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) en aguas de la isla localizan el cepo de un ancla del Alto Imperio, de 1,40 metros y 130 kilogramos de peso. Estos datos van a permitir actualizar la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de las costas de la provincia de Alicante.
Han sido unas de las primeras prospecciones subacuáticas realizadas en los fondos marinos de Tabarca. Y su principal objetivo pasaba por confirmar las informaciones orales, los materiales sustraídos y los hallazgos casuales que han tenido lugar en este entorno, catalogado como Reserva Marina, a lo largo de los años. El Museo Arqueológico de Alicante acometió esta tarea del 1 al 15 de octubre y el principal resultado ha sido el hallazgo del cepo de un ancla romana. 
Rafael Azuar (sentado a la izquierda), director del MARQ junto a otros
 miembros del equipo. Foto: La Información
Con 1,40 metros de largo y un peso aproximado de 130 kilogramos, esta pieza de plomo correspondía, según los primeros estudios, al ancla de un navío mercante romano, muy probablemente del Alto Imperio. La pieza se encontraba oculta bajo las hojas secas de la posidonia, en una zona de intenso fondeo de embarcaciones que llegan a la isla, por lo que se optó por informar del hallazgo a la Conselleria de Cultura y solicitar su extracción para garantizar su conservación. De esta manera se procedió a sacar del agua el cepo, con la ayuda del barco Punta Falcó, con el que se consiguió recuperar la pieza de plomo, que posteriormente se traslado al MARQ donde permanece para su tratamiento y posterior estudio.

Este hallazgo viene a confirmar la importancia de la isla en las rutas de navegación de la antigüedad, ya que se ha comprobado la información que existía hasta ahora sobre pecios hundidos y se han documentado nuevos hallazgos, aunque se trata de restos puntuales y no de estructuras de barcos. Todos estos datos van a permitir actualizar la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de las costas de la provincia de Alicante que está llevando a cabo el MARQ, según los acuerdo de la Convención de la Unesco 2001.
Momento del izado del cepo del ancla romana.
Foto: La Información.

Las prospecciones se han realizado en más de una treintena de puntos de la isla, entre otros, los Farallones, el Campo de Ánforas, citado en los escritos del padre Belda, y frente a la Puerta de la Trancada. Así, se han localizado, identificado y referenciado diversas concentraciones de ánforas, lugares de fondeo y las dos anclas fenicias de piedra -cuya existencia se conocía y que se han documentado in situ-, así como restos de hundimientos y naufragios de finales del siglo XIX.

Esta campaña se ha realizado bajo la dirección del arqueólogo del MARQ Rafael Azuar, José Lajara y Omar Inglese, con un equipo integrado por Arturo Rey, técnico para la convención de la Unesco; Sergio Moreno, de la Universidad de Málaga; César Martínez, de la Universidad Autónoma de Madrid; Daniel Calatayud, fotógrafo subacuático; Alberto Bravo-Morata, de la Universidad de Alicante; Carlos Monfort, de la Universidad de Valencia, y Daniel Sirvent, profesor asociado de la Universidad Alicante, entre otros.

Además, este equipo ha contado con la colaboración de José Manuel Pérez Burgos, director del Museo Nueva Tabarca, y de Felio Lozano, técnico de la Reserva Marina, así como de la Concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Alicante que ha puesto a disposición del equipo el Aula del Centro de Educación Ambiental de Tabarca.

24 de agosto de 2012

Hallan seis nuevos lingotes de plata del pecio del S. XVIII hundido en Cádiz

Los arqueólogos también han encontrado tres planchas de cobre para acuñar monedas, una campana de bronce fechada en el año 1671, numerosas piezas de cerámica y restos de aparejos marítimos. Estos objetos podrían pertenecer al barco del siglo XVIII que se encuentra hundido en la zona.
El tesoro escondido bajo el fondo del muelle gaditano va en aumento. El yacimiento ha arrojado nuevos descubrimientos que se suman a los encontrados a principios de año, y que obligaron a retrasar los trabajos de construcción de una nueva terminal de contenedores. 
Uno de los lingotes de plata encontrados pesa 37 kilos.

Entre los objetos encontrados destacan seis lingotes de plata, uno de ellos de 37 kilos de peso, que se añaden a los tres aparecidos anteriormente. Junto a ellos, los arqueólogos han dado con tres planchas de cobre para acuñar monedas, una campana de bronce fechada en el año 1671, numerosas piezas de cerámica y restos de aparejos marítimos. Según las primeras hipótesis, estos objetos podrían pertenecer, por la situación en la que han sido hallados, al barco del siglo XVIII que se encuentra hundido en la zona. El hallazgo se completa con un cráneo humano que está en fase de estudio.

Estos descubrimientos incrementan el interés de un yacimiento en el que ya se habían documentado tres lingotes de plata con un 99,2% de pureza, dos planchas de acuñar monedas, varias monedas, un trozo de madera americana y un peto de hierro, además de restos de dos embarcaciones. Para continuar con el estudio de estos pecios, a principios de esta semana, la dirección general de Bienes Culturales de la Junta otorgó permiso al puerto de Cádiz para trasladar el pecio alrededor del cual se han hecho estos descubrimientos. La operación cuenta con el informe favorable del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, cuya sede se encuentra en Cádiz.

El barco, hundido unos doce metros, se moverá a 500 metros de su actual ubicación y a una profundidad de cinco metros. De este modo, las obras de la nueva terminal de contenedores del muelle podrán retomarse sin estorbar a los trabajos arqueológicos que deben llevarse a cabo en los dos barcos. El segundo, sin embargo, no necesita ser trasladado porque su situación no afecta a las obras, que se reanudarán en mes y medio.

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz ha adjudicado este jueves a Caminos, Canales y Puertos los trabajos de extracción del pecio. La empresa construirá una estructura metálica que sujetará y elevará la nave para poder trasladarla mediante una pontona. Los trabajos para fabricar la estructura, con un plazo de 20 días, comenzarán la próxima semana. El barco, hundido en el fango del fondo del muelle, tiene unas dimensiones de 21 metros de eslora y 7 metros de manga. Tendrá que ser trasladado junto al fango que lo protege, y no podrá salir del agua salobre por daños en su estructura.

El interior del pecio no ha podido ser examinado. Pero a la vista del material encontrado en su entorno, no se descarta que aparezcan nuevos objetos. Los hallazgos han sido posibles gracias a que los arqueólogos han utilizado un mecanismo conocido como “de cuchara”, una forma de excavación poco invasora que ha servido para remover el fango que rodeaba al barco.

(Fuente. El País / Libertad Paloma)

23 de julio de 2012

El MARQ prepara la primera excavación subacuática en Tabarca

El equipo del Museo Arqueológico de Alicante iniciará en septiembre las prospecciones en la zona de la reserva marina.
El MARQ prepara la primera excavación subacuática en Tabarca.
Fue el padre Belda quien en los años 60 analizó las ánforas y objetos que los pescadores habían ido rescatando de manera fortuita de los fondos marinos de Tabarca. Sus trabajos de investigación le llevaron a concluir que las aguas de esta isla escondían uno o dos pecios. Desde entonces poco más se ha sabido. La declaración de Reserva Marina en 1986 de 1.400 hectáreas ha protegido los restos pero siguen sin estar localizados y documentados. Con este objetivo, el Museo Arqueológico de Alicante afrontará en el mes de septiembre la que será la primera prospección acuática en esta isla.

Una de las finalidades de esta campaña, según apunta Manuel Olcina, director técnico del MARQ, es "actualizar la carta subacuática y la reserva marina", para ver "los hallazgos que se pueden encontrar en la zona".

El arqueólogo Rafael Azuar es el encargado de dirigir esta campaña, que cuenta con un presupuesto, en principio, de 12.000 euros, y cuyos primeros pasos ya se dieron el pasado año. "En 2011 hicimos la primera fase de documentación y este año vamos a empezar los trabajos en el agua".

La zona en la que se realizará esta prospección se encuadra en la parte exterior de la reserva, en la parte oriental de la isla, la más alejada de la costa, cuya jurisdicción depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Es zona de máxima protección y máxima riqueza biológica con praderas de posidonia de alto valor. La otra parte, de aguas interiores, depende de la Conselleria de Medio Ambiente. Se trata por tanto de unas excavaciones que tienen "una mayor complejidad", ya que "hay que verificar los equipos de submarinismo, los seguros, ver cuántos voluntarios se necesitan y, sobre todo, los permisos al tratarse de una reserva", afirma Olcina.

Por eso, se va a trabajar con el ministerio y con la colaboración del Ayuntamiento de Alicante y el Museo de Tabarca. "El plan es empezar en septiembre y en principio trabajaremos durante tres semanas", asegura Azuar. "Vamos revisar los yacimientos de los que se tiene información y ver en qué condiciones se encuentran, además de recorrer la zona por si hay nuevos hallazgos, aunque no sabemos si hay uno o dos pecios".

De hecho, por los estudios previos, "contemplamos la posibilidad de que haya un antiguo pecio romano, ya que, según los datos del padre Belda, se encontraron cepos de anclas que ahora están en el MARQ". Además, "también nos consta que puede haber barcos hundidos desde la I Guerra Mundial y vamos a intentar localizarlos y situar su ubicación".

A Azuar le acompañarán en este proyecto José Lajara, Omar Inglese y Roberto Ferrer, además de algunos voluntarios de la Universidad de Alicante.

(Fuente: Diario Información / Cristina Martínez)

13 de marzo de 2012

El naufragio de 1724 que hizo emerger la arqueología subacuática en España

Carlos León recuerda cómo logró financiar una excavación y la muestra sobre la Flota de Azogue que recibió 350.000 visitas
Carlos León, arqueólogo subacuático, en una imagen de archivo.
Además del caso Odyssey, un desastre de permisividad que acabó en expolio, hay un naufragio, acontecido en 1724, que cambió las cosas y demostró que en España se puede hacer buena arqueología subacuática sin tirar de dinero público. Hubo hace más de una década una gran exposición, financiada con dinero privado y que supuso el primer acercamiento científico a los métodos de construcción de losgaleones. Su responsable, Carlos León, arqueólogo y buzo profesional, rememora aquella experiencia, mientras prepara su siguiente y maravilloso proyecto.

León se lamenta: «Tanto caso Odyssey, tanto pirata y tanto tesoro de monedas para un lado y para otro, ha desvirtuado la esencia de laarqueología: una actividad científica cuyo objetivo es la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio histórico y arqueológico, ya sea en medio de una ciudad en forma de catedral gótica o bajo el mar en forma de barco hundido».

Pero como responsable de uno de los proyectos más ambiciosos llevados a cabo en España, y con financiación privada, sabe que «el éxito de la arqueología submarina está en la equilibrada combinación entre la iniciativa estatal y la privada».

Ancla del galeón hundido en 1724 por un huracán
 en República Dominicana.
Cultura-Defensa: el ejemplo de Francia
A través de la colaboración entre el Ministerio de Cultura y el de Defensa, León espera que imitemos el caso francés: «el barco de investigaciones arqueológicas submarinas Archeonaute es militar mientras que losarqueólogos pertenecen al CNRS, algo así como nuestro CSIC». Es lo mismo que ocurre con el Hesperides en la investigación oceanográfica española. «Este esquema funciona, tiene buenos resultados a medio y largo plazo y un óptimo aprovechamiento de los recursos económicos y los medios técnicos».

Además, subraya el arqueólogo, «genera una excelente imagen de España fuera de nuestras fronteras y entre la comunidad científica, como las antiguas expediciones ilustradas del siglo XVIII». Para él esto no es ajeno al Plan Nacional de Arqueología Subacuática y el famoso Libro Verde.

«La iniciativa privada también puede funcionar»Nadie como Carlos León para saber la verdad que subyace en esta afirmación: «La iniciativa privada es más complicada pero también puede funcionar. Al menos a mi me ha funcionado en varios casos. Uno de ellos fue el de los Galeones de Azogue. Para ello me remonto al año 1994, cuando el gobierno dominicano contacta con nosotros, Cruz Apestegui, Manu Izaguirre y yo, para que estudiemos la construcción naval de dos galeones españoles hundidos en la bahía de Samaná, excavados legalmente por un buscador de tesoros americano en el año 1975».

A pesar de ir a excavar el pecio después de que un cazatesoros lo hubiera explotado, el proyecto valía la pena «tanto por la cantidad y calidad de los restos conservados bajo el agua, como por la excelente información escrita que localizamos en el Archivo General de Indias de Sevillasobre las dos embarcaciones: San José alias La Tolosa y Nuestra Señora de Guadalupe».

¿Y cómo se involucró la iniciativa privada? «Por la Fundación La Caixa, a través de su director Luís Monreal, y el Museo de la Ciencia de Barcelona, con el profesor Jorge Wagensberg a la cabeza». El potencial de este hallazgo superó las expectativas y se decidieron a apoyar, primero, las dos campañas de investigación bajo el agua; en segundo lugar, varias publicaciones junto a la prestigiosa editorial Lunwerg con los resultados, y finalmente, «y ahí es donde realmente centraron susesfuerzos económicos -recuerda Carlos León-, generando la exposición temporal “Huracán, 1724”, que permaneció un año en el Museo de la Ciencia de Barcelona y otro en el entonces recién inaugurado CosmoCaixa de Madrid».
La tragedia de dos galeones
Muchos cientos de miles de visitantes disfrutaron de la historia naval recuerada y la aventura y desventura de aquellos marinos empujados por un huracán nocturno hacia el naufragio. Vajillas, utensilios y todo dipo de detalles sobre la vida a bordo evocaban para el público la tragedia.

León recuerda que, después de dos años buceando, «trajeron las mejores piezas halladas en ambos galeones: joyas, monedas, ánforas, armas, objetos religiosos, instrumentos de navegación, utensilios de la tripulación ... Se hicieron grandes maquetas, se creo una reconstrucción a escala real de la popa del Guadalupe, se instalaronacuarios recreando la fauna y flora de la zona, se construyó una escenografía del camarote del capitán del barco antes y después de su hundimiento, y otra del pañól de la pólvora con ratas de verdad». Quien la visitó no la ha olvidado.

Fue una exposición inolvidable. Se vendieron más de diez mil ejemplares de los tres libros de la exposición (el catálogo de Lunwerg, un cómic de la editorial Sinsentido y una novela publicada por Plaza y Janés), hubo conferencias y un enorme impacto en la prensa, radio y televisión.

Lo más importante, para el arqueólogo: «terminada la exposición, las piezas de estos dos barcos españoles volvieron sanas y salvas a Santo Domingo, donde siguen expuestas en el Museo de las Casas Reales y en el Faro a Colón, y nadie se plantea, ni se planteó en su momento, si las piezas debían quedarse en España, en la República Dominicana, en la Fundación La Caixa, o en casa del buscador de tesoros que localizó los restos en 1975». Están donde tienen que estar.
Importa la historia
 Lo que queda es el mejor ejemplo de colaboración entre una fundación sin ánimo de lucro con fines sociales y culturales, un equipo de investigadores de dos países y un gobierno dominicano que supo aprovechar la oportunidad para formar a sus profesionales en esta disciplina científica. Nada que ver conOdyssey y el Nuestra Señora de las Mercedes, ni con Frank Goddio y el San Diego, donde lo importante no es la historia ni la conservación del patrimonio arqueológico sumergido sino los dólares que generó su venta.
(Fuente: ABC / Jesús García Calero)

6 de marzo de 2012

Las obras del puerto de Cádiz sacan a la luz dos pecios con tres lingotes de platas y monedas

Se amplían a tres las zonas arqueológicas del Puerto de Cádiz.
De los siglos XVI o XVII y procedente de México. Esas son las primeras hipótesis a cerca de los dos pecios encontrados durante las obras de construcción de la nueva terminal de contenedores del muelle de Cádiz. No son pocos datos teniendo en cuenta la fecha de los primeros hallazgos, hace menos de un mes, y sobre todo, a tenor de las dificultades técnicas que conlleva realizar las investigaciones arqueológicas a 12 metros de profundidad.
Uno de los lingotes encontrados. Foto: Eulogio García.
 La delegada de Cultura, Yolanda Peinado, el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra, y la directora del Centro Arqueología Subacuática, Carmen García Rivera, han presentado esta mañana los detalles de este yacimiento, delimitado por la zona de uno de los dos diques que estarán a los lados del futuro muelle. Así, hay tres elementos muy diferenciados dentro de este yacimiento: la llamada zona 1, donde a principios de febrero, la draga sacó un lingote de plata y varias monedas que podrían ser de ocho reales y datadas en tiempos de Carlos II. Poco después se hallaron otro par de lingotes en el mismo lugar, lo que da indicios suficientes para que ahí este enterrado un pecio. A mediados del mes pasado se delimitó la zona 2. En ella se constató la presencia de otro barco, al tocar la cabeza de la draga, la estructura de madera del mismo. Por último, se ha establecido una Zona 3, donde únicamente se ha extraído un armazón, un peto de hierro del que aún se desconoce su fecha y su origen. Además, y según ha confirmado Carmen Rivera, se están analizando 2 planchas de cobre de más de siete kilos cada una y varios troncos de madera de un árbol mexicano.
Poco a poco se va conociendo más sobre estos importantes hallazgos. Las hipótesis del CAS a cerca de las planchas es que éstas eran utilizadas para acuñar monedas como las halladas, porcedentes de la Ceca de México. Tanto el peto como los barcos podrían ser de los siglos XVI y XVII y los lingotes, de 11, 22 y 26 kg respectivamente, tienen una pureza de más del 99%.
Este pasado sábado los buzos del CAS y de la empresa de tecnología encargada por la Autoridad Portuaria hicieron una inmersión para estudiar unas anomalías magnéticas halladas anteriormente.
(Fuente: La Voz Digital)

27 de febrero de 2012

Los tesoros arqueológicos del Museo del Mar de Vigo ven al fin la luz

Piezas desde el paleolítico al siglo XX aparecidas en toda la costa gallega permanecen custodiadas por el centro de Alcabre y podrían formar parte de las que se expondrán
La preparación de la nueva gran sala de arqueología en el Museo do Mar saca a la luz los tesoros que custodiados en el almacén, permanecen ocultos a las visitas. Con una cronología que abarca desde la prehistoria hasta el siglo XX, los restos, cuya cantidad no se ha facilitado, tienen un valor documental incalculable y en muchos casos se trata de piezas únicas.
En primer término, anclas prerromanas y piezas reutilizadas. 
De las últimas prospecciones subacuáticas realizadas en el río Ulla corresponde unas de las joyas del catálogo. Se trata de dos espadas de la Edad del Bronce, datadas entre el 700 y el 800 a.c. (una de ellas en proceso de recuperación). Junto a las piedras talladas del paleolítico, son las piezas más antiguas. En la península se conservan pocas,de procedencia gallega y de la costa de Huelva. Las investigaciones arqueológicas las relacionan con los ritos funerarios. El río Ulla constituye uno de los principales orígenes de los hallazgos de esta época, tal y como señaló el arqueólogo del Museo, Vicente Caramés: “Los cauces de los ríos y las Rías Baixas, fundamentalmente la de Vigo y la de Arousa, son zonas de gran acumulación de yacimientos”.

De época prerromana destacan las anclas encontradas en las aguas del parque nacional de las Illas Atlánticas. Se almacenan junto a las ruedas de molinos de agua que han sido reutilizadas por los pescadores como fondeo de las embarcaciones.

Los fondos del Museo do Mar se han enriquecido con los hallazgos de las tres expediciones arqueológicas realizadas este verano en la ensenada de San Simón, en la Costa da Morte y en la Mariña lucense. A la Edad Moderna o postmedieval pertenecen naufragios de buques de distinta naturaleza: desde naves comerciales hasta embarcaciones de guerra.

En San Cibrán (Lugo) se descubrió un pecio de origen flamenco, de mediados del siglo XV. Portaba un cargamento de lujo con destino al obispado de Mondoñedo. Se recuperaron fragmentos de cerámica con el sello de la casa Tudor, así como un trozo de ballesta.

De los trabajos realizados en Fisterra, se conservan restos de la flota de Padilla, escuadra que se hundió en 1596 cuando se dirigía a invadir Inglaterra. A estos barcos pertenecen curiosidades como los lingotes de plomo o las jeringuillas de distinto tamaño que también se conservan en Alcabre.

El privilegio de contar con un yacimiento en el propio centro

El Museo do Mar cuenta con un valor añadido: dentro del recinto museístico se ubica un yacimiento castrexo. Para el arqueólogo del centro, Vicente Caramés, es de donde proceden las piezas más interesantes que alberga por el momento el museo. Documenta un periodo largo de población, desde el siglo VIII a.c. hasta el siglo I d.c., pasando por distintas fases. Se considera uno de los asentamientos de esta tipología más antiguos en el término municipal de Vigo. A esta primera fase corresponden las hachas rituales realizadas con un kilo de bronce, guardadas en los fondos museísticos. Otra pieza castrexa digna de mención es un vasija del siglo VII para cocinar en el fuego (en la imagen superior): “Destaca los orificios por donde discurría la cuerda con la que se colgaba, alejándola del fuego para que no se quemase”, indica Caramés. Colgantes, armas, ánforas y un pote con forma única (potiño de Alcabre) se hallaron en el castro.

(Fuente: Atlántico / Ana Baena)