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27 de septiembre de 2022

El hallazgo de la Dama de Cádiz cumple 42 años

Su hallazgo no solo supuso un punto de inflexión en la historia de la arqueología y su protección, sino que está repleta de curiosidades como que el interior contenía el esqueleto de un hombre
Los arqueólogos que excavaron el sarcófago antropoide femenino / JOAQUÍN HERNÁNDEZ KIKI

Este 26 de septiembre se cumplen 42 años de uno de los descubrimientos más reveladores de la historia de Cádiz. Los 80 estaban aterrizando y sería una década cargada de sorpresas arqueológicas para la ciudad. Nuestro pasado emergió para contarnos que Cádiz siempre tuvo un gran peso en la historia de Occidente y uno de los secretos que reveló nuestro subsuelo fue el rostro de la Dama de Cádiz, que en realidad era el de un caballero.

En el solar de la calle Ruiz de Alda no daban crédito cuando la pala de la máquina excavadora se topó con los sillares que cubrían la silueta esculpida de una bella dama, que durante siglos aguardaría los restos de un personaje de gran poderío económico que, curiosamente, resultó ser masculino, tal y como demostraron hace dos años profesores de historia de la UCA.

"Ésta sí que era una tía guapa", fueron las palabras que 42 años atrás recibían al entonces director del Museo de Cádiz, Ramón Corzo, nada más llegar al terreno tras el aviso del hallazgo. Entonces supo que algo muy grande estaba a punto de ocurrir. En aquellos tiempos ni siquiera existía la Ley de Patrimonio Histórico, así que no hubo más control arqueológico que el de aquel golpe de suerte que permitió encontrar el bello sarcófago que pronto formaría la pareja eterna del sarcófago masculino en el Museo.

Y es que Cádiz también supo conectar muy pronto con este hallazgo y su propia historia. De hecho, fue tan sonada la noticia, que el traslado del sarcófago al Museo de Cádiz fue celebrado en todo su recorrido, desde que fue depositado en la cuba del camión, hasta llegar a su actual casa. La gene no paraba de saludar y vitorear al que sin duda sería uno de los hallazgos más importantes del siglo XX.

De vaciar aquel sarcófago se encargaron ya en el museo aparte de Corzo, los entonces jóvenes arqueólogos Carmen García Rivera; Ángel Muñoz; Francisco José Blanco; Lola López de la Orden; Antonio Sáez; Antonio Álvarez y Luis Parodi. Y lo hicieron con sumo cuidado, pues con cucharas del café lo vaciaron de arena hasta dar con el cuerpo que contenía aquel maravilloso sarcófago con el rostro esculpido de una bella mujer, que resultó esconder el cuerpo de un hombre.

El secreto mejor guardado: era un hombre
Uno de los hechos más sorprendentes, aparte del propio hallazgo, fue la manera en que durante décadas se mantuvo silenciado que el sarcófago femenino contenía el cuerpo de un hombre. Fue un equipo de investigadores de la UCA el que hace unos años lo demostró científicamente para terminar de dar sentido a aquellos estudios iniciales, y que ya puso sobre la mesa en el año 2020 que, efectivamente, era un señor. Eran huesos de un hombre, "no hay más que verlos", decían las investigadoras de la UCA que concluyeron el estudio -Mila Marcías y Ana Niveu-, como también lo comentó 42 años atrás un joven arqueólogo colaborador que luego fue director de la pinacoteca, Antonio Álvarez, quien señaló que "que se trataba de un esqueleto muy robusto que parecía claramente el de un hombre".

¿Por qué se ocultó a la sociedad?
Inicialmente en los años 80 se hizo un minucioso estudio de la osamenta que avalaban y compartían médicos y catedráticos, pero la verdad es que nunca trascendió ni lo ha hecho de forma oficial a la prensa ni a la opinión pública hasta 40 años después. El por qué se desconoce, y aunque Ramón Corzo dijo hace unos años que “entonces no le dimos importancia a este dato, ni hubo ningún interés en no decirlo”, puede que la verdad hubiera eclipsado el mágico hallazgo en el solar de Ruiz de Alda, cuando el maquinista que tuvo la suerte de toparse con los sillares que lo cubrían.

Un antes y un después en la arqueología
Aquel descubrimiento aquel 26 de septiembre de 1980 del sarcófago antropoide femenino, el mismo que hoy posa en el Museo de Cádiz junto al que en 1887 fue hallado en Punta de Vaca, el masculino, marcó un antes y un después en la historia de la arqueología.

Y no sólo por la trascendencia del hallazgo en sí, sino por los avances logrados en la metodología de trabajo. Y es que este descubrimiento fue un hecho fundamental de cara a la nueva normativa de excavaciones arqueológicas que se puso en pie dos años después, pues en 1985 se aprobó la Ley de Patrimonio que hoy conocemos.

Sin duda, la forma en que la maquinaria impactó con aquellos sillares que cubrían el sarcófago fenicio fue la prueba evidente de la necesidad de excavar un solar antes de construir y fue el momento en que la gente tomó conciencia de ello.
1980: Un año cargado de sorpresas

Apenas habían terminado de hacer el vaciado de aquel bello sarcófago en las dependencias del Museo de Cádiz cuando llegó otra historia increíble: el hallazgo de la galería semicircular del Teatro de Gades, el que podría ser el más grande y antiguo de toda Hispania. Meses antes se había descubierto la colosal estatua de Trajano de unos tres metros de altura en la basílica de Baelo Claudia.

1980 fue por tanto un año mágico, en el que Cádiz demostró su poderío histórico cuando era Gadir y cuando fue Gades, cuando los fenicios decidieron que éste era el punto ideal desde donde marcar un auténtico entramado comercial con el resto de ciudades fenicias de todo el Mediterráneo, y cuando el propio Balbo quiso proyectar en este enclave del sur del sur una ciudad que fuera el espejo donde la mismísima Roma pudiera mirarse.

27 de abril de 2017

Un trabajo de investigación permite unir la cabeza y el cuerpo de una estatua romana en el Museo de Cádiz

El trabajo de los arqueólogos José Beltrán y María Luisa Loza, en colaboración con el restaurador Luis Carlos Zambrano, ha permitido ensamblar las dos piezas de la estatura de Livia Drusila. Durante casi 60 años la cabeza estuvo expuesta mientras que el cuerpo permanecía almacenado en los fondos del Museo.
Estatua dedicada a Livia Drusila, cuya cabeza apareció hace 57 años en el castillo de Medina Sidonia y que ahora se ha podido ensamblar con el cuerpo que se almacenaba entre los fondos del Museo de Cádiz. FOTO: EFE.
José Beltrán y María Luisa Loza son los nombres propios de esta historia que tiene como protagonista a Livia, madre del emperador Tiberio. Las investigaciones que estos dos arqueólogos, él de la Universidad de Sevilla y ella del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, realizaban sobre la escultura romana en la zona de Medina Sidonia desembocaron en el hallazgo en los almacenes del Museo de Cádiz del cuerpo de una estatua sin cabeza que correspondía al retrato de la emperatriz Livia que se exponía, junto a los de Germánico y Druso Minor, en la sala romana del centro. Ambas piezas llegaron al Museo en la década de los 60 del siglo XX, procedentes de las excavaciones arqueológicas en el Castillo de Medina Sidonia, pero no ha sido hasta ahora cuando las investigaciones han permitido encajarlas y mostrar la estatua de cuerpo entero. El restaurador del museo, Luis Carlos Zambrano, ensambló el conjunto y permitió que Livia "sentara la cabeza".

Las redes sociales fueron uno de los cauces por los que se difundió la noticia, de la que informó oficialmente la Consejería de Cultura a través de una nota de prensa.

Junto a las tres cabezas halladas en 1960 en Medina se encontraron, y también por entonces, se llevaron al Museo gaditano trozos de mármol de otras estatuas y un cuerpo de mujer casi entero. Las tres cabezas fueron expuestas y las otras piezas se depositaron en el almacén, donde quedaron fechadas y catalogadas pero, evidentemente, separadas de sus originales. Al menos el cuerpo de Livia.

CONFERENCIA
Fue el año pasado cuando José Beltrán y María Luisa Loza, que darán próximamente una conferencia sobre su investigación, llegaron al Museo de Cádiz para estudiar las piezas halladas en la excavación asidonense, tanto las expuestas en la sala romana como las guardadas en el almacén. Sus investigaciones les llevaron a relacionar la cabeza de Livia con la estatua del almacén. Como explica el propio museo en Twitter, "observan que el tamaño y la tipología de la estatua corresponde a la iconografía de Livia y comprueban que encajan perfectamente". La restauración se hizo en el propio museo.

Pese a permanecer durante 57 años en el depósito del centro de la plaza de Mina, el cuerpo de la estatua de Livia mantenía aún restos de azules y dorados, los colores originales de la escultura.

La delegada territorial de Cultura, Remedios Palma, mostró ayer la "emoción" que el hallazgo ha causado en todo el personal del museo: "Llevamos disfrutando la noticia varias semanas. Ahora está teniendo repercusión y esto va a ser importante para el número de visitantes del museo. "Decía nuestro restaurador que había sido emocionante el momento en el que la cabeza y el cuerpo encajaban. Y ha sido muy gratificante para los arqueólogos, que lo han vivido de una manera muy profesiona"l. "Un sótano de un museo es siempre un baúl de sorpresas. Las instituciones estamos obligadas a custodiar todo lo que se encuentra", concluyó la delegada..

Nunca se sabe qué más puede salir, es necesario una investigación, y nuestros museos están abiertos siempre, siempre a los investigadores".

17 de abril de 2015

"Desamparo legal y discriminación" en la entrega de materiales arqueológicos al Museo de Cádiz

El Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras critica "la situación de desamparo legal, discriminación y arbitrariedad manifiesta" a la que se enfrentan los profesionales de la Arqueología "cuando hacen entrega de los materiales arqueológicos para su depósito en el Museo de Cádiz una vez finalizada la excavación".
En una nota de prensa, el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras explica que, "desde hace algún tiempo", el Museo de Cádiz "viene planteando una serie de exigencias que obstaculizan y dificultan el proceso de entrega y depósito de los materiales, fruto de las distintas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Cádiz y su provincia".

Estos materiales "se llevan al Museo de Cádiz debidamente embalados, embolsados e inventariados, según dicta la legislación vigente destinada a todos los arqueólogos que trabajen en la Comunidad Autónoma Andaluza y que son, el Decreto 168/2003 de 17 de junio, que aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas de la Junta de Andalucía, y la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía", afirma el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras.

"No obstante, la dirección y técnicos del Museo de Cádiz vienen exigiendo, desconociéndose desde qué fecha, el cumplimiento de un régimen interno denominado 'Protocolo de entrega de materiales arqueológicos depositados en el Museo de Cádiz' sin visos de legalidad, dado que carece de firma o sello, y lo más importante, sin estar publicado de manera oficial en Boletín Oficial del Estado, de la Junta de Andalucía o de la provincia", sostiene.

"ENORME COSTE"
Indica que dicho protocolo "es de aplicación exclusiva para los arqueólogos que depositen materiales en el Museo de Cádiz, y exige una serie de requisitos que suponen un enorme coste económico que debe asumir el profesional libre que trabaja en las intervenciones arqueológicas" y que, según el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras "debe afrontar el propietario de los bienes, es decir, la Junta de Andalucía, como ocurre en el resto de los museos andaluces".

"Es importante tener en cuenta que los arqueólogos tienen que cumplir una serie de requisitos administrativos para que nos den un nuevo permiso para poder trabajar", recuerda, al tiempo que cita al respecto "un acta de depósito de los materiales de la intervención arqueológica anterior firmada por la dirección del museo".

El Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras dice que "es sencillo: si no te firman el papel, no puedes trabajar".

Defiende que, actualmente, la normativa aplicable es el artículo 39 del Reglamento de Actividades Arqueológicas, "que literalmente expresa: las condiciones en las que deberán entregarse los bienes en la institución museística donde se realice el depósito definitivo serán detalladas por la Dirección General de Instituciones del Patrimonio Histórico mediante resolución".

"No obstante, aunque han transcurrido doce años de espera desde la publicación del Reglamento, dicha resolución no existe, de manera que la dirección del Museo justifica la imposición de dicho protocolo como una manera de cubrir este vacío legal", expone el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras.

"AGRAVIOS COMPARATIVOS"
Este requisito contenido en el artículo 39 del Reglamento Actividades Arqueológicas, que es igualitario para toda Andalucía, "se vuelve un problema grave en Cádiz, exclusiva y particularmente en la ciudad de Cádiz y en aquellos términos municipales que carecen de museo propio, produciéndose agravios comparativos dentro de una misma profesión, dentro de la misma provincia y, asimismo, dentro de la propia comunidad autónoma".

Al hilo, señala que "el protocolo obliga a realizar costosos tratamientos de conservación y sitúa al arqueólogo que trabaja en la ciudad de Cádiz en inferioridad de condiciones, a la hora de ejercer su labor, perdiendo competitividad y empobreciéndolo, al tener que asumir los costes del almacenamiento y conservación en el Museo de Cádiz de unos materiales arqueológicos que forman parte del Patrimonio Histórico Andaluz, función que le compete en exclusividad al Museo, no al profesional de la arqueología".

"En una de las provincias más castigadas por la crisis y el paro, la dirección y técnicos del Museo de Cádiz exigen que los profesionales y los ciudadanos asuman costes que no le corresponden por Ley, y colocan a los arqueólogos de Cádiz y su provincia en una difícil situación, dado que si no asumen la aceptación de dicho protocolo no se firma el acta deposito por parte de la dirección del Museo y, por ende, no pueden volver a trabajar", lamenta.

Apunta el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras que "ya a varios arqueólogos se les ha negado la recepción de los materiales mientras no los lleven en las cajas especificadas de normativa europea, siendo esto además de dudosa legalidad al establecer la Ley 14/2007 la obligatoriedad de la institución museística de recibir los materiales arqueológicos".

En este sentido, sostiene que "es necesaria una regulación que unifique los criterios de entrega de material arqueológico a nivel autonómico para que no exista discriminación entre los distintos museos provinciales andaluces, incluso dentro de la misma provincia".

Así, exige frente a esta "clara imposición" la "inmediata retirada" de "esta norma ilegal impuesta por la dirección y técnicos del Museo de Cádiz, así como la restitución del derecho al trabajo a los arqueólogos a los que se les ha negado en función de la misma", al tiempo que indica que en la página web del Museo de Cádiz sigue apareciendo el referido protocolo.