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13 de febrero de 2023

Encuentran restos del recinto de la medina y de la fortaleza medieval de Uceda (Guadalajara)

Los trabajos de investigación dirigidos por los profesores de la Universidad de Alcalá, Manuel Castro-Priego y Lauro Olmo-Enciso, confirman el asentamiento islámico en la provincia de Guadalajara. Se trata de un conjunto medieval muy interesante. A principios del siglo XVI se abandonó. La nueva villa se extendió fuera del recinto amurallado. Aunque gran parte de la antigua ciudad medieval fue expoliada durante siglos se encuentra, en gran medida, enterrada.
Restos el alcázar de Uceda.

– ¿Qué hallazgos han encontrado en Uceda? ¿Qué tipo de técnicas/instrumentos en la investigación utilizan?

– En esta primera fase, los elementos más importantes que hemos podido documentar han sido, por un lado, el recinto de una medina y por otro una importante fortaleza bajomedieval que se abandonó a partir de mediados del siglo XVI. Uceda tenía una importancia estratégica en el control de la sierra de Guadarrama. Por ello, se trata de un yacimiento con diversas e intensas fases de ocupación. Lo que tenemos claro es que en un momento entre el siglo VIII-IX (periodo andalusí), se comienza a utilizar como espacio fortificado, que debía de ser un castillo muy bien defendido a finales del siglo XI, cuando el rey castellano Alfonso VI, conquista la Taifa Toledana en 1085.

Las excavaciones se están centrando en la última gran reforma del castillo, que podemos situar en la segunda mitad del siglo XV. Hemos conseguido identificar el acceso al alcázar, así como observar la existencia de un segundo piso en el interior de la fortaleza, que todavía se conserva. También hemos localizado un gran aljibe que aseguraba el aprovisionamiento de agua en momentos de asedio y un gran patio central que vertebraba el resto del recinto. Estamos pudiendo distinguir diversas fases constructivas, y podemos asegurar la existencia de una construcción previa del siglo XIII, con un importante conjunto torreado.

Para la caracterización y la documentación de la fortaleza hemos combinado una excavación arqueológica en extensión en el recinto exterior, con una amplia prospección en la que hemos empleado metodología arqueológica no invasiva, mediante un georradar 3D. Además, hemos empleado dos drones, uno de ellos con tecnología LIDAR, que nos han permitido delimitar el espacio de la medina. Esta se extendía a lo largo de 12 hectáreas.
Imagen LIDAR del Alcázar y de la Medina de Uceda.

– ¿Cuál es su importancia?

– Se trata de un conjunto medieval fosilizado muy interesante. En gran medida, porque a principios del siglo XVI se abandonó. La nueva villa se extendió fuera del recinto amurallado. Aunque gran parte de la antigua ciudad medieval fue expoliada durante siglos se encuentra, en gran medida, enterrada.

La fortaleza de Uceda era, además, uno de los castillos avanzados en la defensa de la Marca Media (espacio de frontera entre los territorios castellanos y andalusíes). Existen otros ejemplos en las provincias de Guadalajara y Madrid, pero sin ninguna duda, Uceda puede convertirse en uno de los más significativos, por su gran amplitud cronológica. Todavía era una fortaleza importante perteneciente al arzobispado de Toledo bajo el gobierno del Cardenal Cisneros, a principios del siglo XVI. De hecho, era uno de los puntos neurálgicos donde las autoridades eclesiásticas concentraban el cobro de impuestos y parte del ‘tesoro’, por considerar el recinto casi inexpugnable.

– ¿Cómo era esta medina? ¿Cómo se fue modificando?


– Uceda se integraba dentro de una red más amplia. No muy lejos se encontraba Talamanca del Jarama, Guadalajara, la propia Madrid. Tendría probablemente unas características bastante similares a otros conjuntos del periodo califal y taifa, como el de Alcalá la Vieja y sus arrabales. Sabemos, por las fuentes, la existencia de un recinto amurallado muy complejo, con barbacanas, torres albarranas, una gran puerta de acceso, que todavía se mantenía en pie durante el siglo XIX. Dentro del conjunto de la medina destacaba la iglesia románica de la Varga, uno de los ejemplos más notables de románico tardío de la provincia de Guadalajara. Conocemos también dos arrabales fuera del recinto amurallado, donde se concentraba una importante producción textil y también metalúrgica.

Está claro que uno de los problemas que tuvo la medina en la Baja Edad Media era su tamaño, y la necesidad de ampliarse más allá del recinto militar de la ciudad. Es el motivo principal por el que se fue construyendo extramuros una nueva villa.Vista aérea del Alcázar de Uceda.

– ¿Cuáles son los próximos pasos a seguir en esta investigación?

– A lo largo de las siguientes campañas seguiremos caracterizando la fortaleza bajomedieval, y definiendo también la posible existencia de un recinto andalusí. Pretendemos en 2023 iniciar la excavación del acceso principal. El objetivo es diseñar un modelo de difusión y musealización de los restos aparecidos a medio plazo. Esto significará que a partir de este año tendremos también que profundizar en una perspectiva interdisciplinar, que permita asegurar una protección de los restos, al mismo tiempo que aseguramos el acceso a ellos de manera sostenible. El papel de la UAH será crucial en esta fase. Al mismo tiempo, estamos realizando una intensa labor de Arqueología Pública, en la que participan activamente los habitantes de Uceda que se están convirtiendo en uno de los ejes fundamentales del proyecto. 
(Fuente: La Crónica)

23 de diciembre de 2022

Uceda, una medina oculta a los pies de Somosierra

Un proyecto arqueológico que lidera la Universidad de Alcalá ha permitido confirmar la secuencia histórica del asentamiento poblacional de época islámica en esta zona a caballo entre las provincias de Madrid y Guadalajara
Excavación del espacio extramuros del castillo-alcázar de Uceda (Guadalajara) Imagen: Universidad de Alcalá

Bajo el pueblo de Uceda, en la provincia de Guadalajara, hay todo un mundo. Los pobladores se han ido sucediendo desde la fundación de una ciudad árabe que, según los primeros cálculos, se habría extendido en unas diez hectáreas de territorio. Sobre sus restos crecería después una población medieval que mudó de aspecto hasta hoy.

“Estamos encontrando una gran diacronía, una secuencia histórica en la zona que nos permite saber cómo se fue trasladando la población desde la primera medina original”, explica Lauro Olmo, codirector del proyecto junto a Manuel Castro. Ambos investigadores son profesores en la Universidad de Alcalá (UAH) y buscan saber cómo han cambiado los poblamientos a los pies de la Sierra Norte de Madrid en lo que hoy es el límite con Guadalajara.

Parten de los datos del cercano yacimiento del Pontón de la Oliva. “Fue saqueado por los furtivos y explotado como cantera desde el siglo XIX”, asegura Manuel Castro. Seguramente sirvió para la construcción de la presa que hay en esta parte del río Jarama, que hoy está en desuso.

“No hay ninguna fase anterior al siglo VI, en época visigoda, así que lo lógico es pensar que la población se trasladó posiblemente a Uceda y que se convirtió en el asentamiento dominante en la zona durante época islámica y muy vinculada a la medina de Talamanca del Jarama”, cuenta Castro.

“Uceda ofrece una oportunidad muy significativa porque gran parte de la medina está fosilizada”, abunda el arqueólogo, aunque en la excavación todavía no han llegado a los niveles en los que están los restos islámicos que se conocen gracias al georradar. La medina tuvo una extensión de entre 10 y 12 hectáreas y, aunque en parte está ocupada por construcciones modernas, todavía conserva intacta una amplia zona.

En 2018 ya se llevó a cabo una primera prospección y en este 2022, durante tres meses, han excavado en el espacio extramuros de lo que primero fue alcazaba árabe y después castillo-alcázar, en las proximidades de la puerta que daba acceso a la fortificación.

En el siglo XV sitúan los investigadores el último momento de una gran reforma en el edificio antes de iniciar su declive. Fue intensa y supuso el desmantelamiento de la fortaleza medieval articulada entre los siglos XIII y XIV.

Los resultados han permitido confirmar que el momento de abandono de la fortaleza se inició a finales del siglo XVI, para convertirse en cantera. Pero, ¿qué paso a lo largo de ocho siglos?

La medina islámica
El origen de este pueblo de Guadalajara cercano a Torrelaguna (Madrid) está en la época de Al-Andalus. “Es uno de esos asentamientos urbanos de nueva planta que se fundaron en época andalusí”, explica Lauro Olmo.

Su nacimiento coincidió, además, con “la aparición de un nuevo modelo de ciudad en el siglo IX, durante la consolidación del Emirato omeya de Córdoba que incluía aldeas o alquerías como las llamaban los árabes. La de Uceda era la típica ciudad. Nuestra provincia siempre ha estado muy ligada al mundo árabe, incluso en la toponimia”, recuerda el arqueólogo que cita por ejemplo otros movimientos de población como el éxodo de los habitantes de la ciudad visigoda de Recópolis a la vecina Zorita de los Canes, la fundación de Madinat al-Faray (hoy Guadalajara), o los nuevos asentamientos de Sigüenza y Atienza.

El lugar de surgimiento de la medina no se elige al azar. Los romanos ya estuvieron allí antes, en un asentamiento a apenas dos kilómetros de lo que hoy es el pueblo de Uceda. Y además, muy cerca de allí hay otras dos importantes referencias poblacionales: el yacimiento de la Dehesa de la Oliva, en Patones o el de la medina de Talamanca del Jarama, ambos ya en la provincia de Madrid. “Es posible que desde ambos se produjera un éxodo de población hacia Uceda”, señala Olmo-Enciso quien destaca además la importancia de la vida en torno al río Jarama.

“Me gusta recordar que uno de los legados árabes fueron los grandes cultivos de huerta que es evidente en Uceda”, añade para matizar que “todo eso cambió con el efecto del Corredor del Henares, que ha dejado una estructura económica muy distinta en la actualidad”.
El alcázar y la ciudad medieval: el Arzobispado de Toledo guardaba allí su recaudación

Lauro Olmo-Enciso lamenta que la arqueología de Al-Andalus “no se prodiga demasiado en los proyectos de investigación ni tampoco la post medieval y resulta que en Uceda tenemos referencias de los siglos XIV, XV y XVI de gran trascendencia”.

De hecho, el proyecto investigador abarca varios momentos de la historia. Uceda era una amplia ciudadela medieval de 10 hectáreas y un punto estratégico en el control del paso de Somosierra que permitía el acceso entre la meseta sur y la norte. Era todavía un importante núcleo militar a principios del siglo XVI, momento en el que conservaba un importante arsenal y fue uno de los centros defensivos más importantes del Arzobispado de Toledo.

En el conjunto urbano destacaba la alcazaba, que en el lugar siempre se ha conocido como el Alcázar y después el castillo medieval.

Se conserva todavía parte de una imponente torre albarrana junto a los restos de un camino de origen medieval que permitía el acceso desde el Jarama y que aporta al castillo un importante valor paisajístico y ambiental para conocer el entorno a los pies de la Sierra Norte entre Madrid y Guadalajara.

“Las fuentes textuales nos hablan de diversas reconstrucciones y ampliaciones de la fortaleza entre los siglos XII-XV, sobre una fundación islámica”, explican los investigadores. Su función estratégica fue reforzada en el siglo XV por los sucesivos arzobispos que “convirtieron a la fortaleza en uno de los puntos fuertes donde se guardaba la recaudación fiscal”.

Aunque el castillo sufrió diversas reconstrucciones entre los siglos XIII-XIV, destacan las obras emprendidas por el díscolo arzobispo Alonso Carrillo de Acuña (1410-1482), que encargó que el alcázar se reforzara, preparándolo intensamente para el fuego de artillería además de ampliar su foso. Y es que “en el siglo XIII hubo un cambio en el concepto de las construcciones ofensivas”, detalla Olmo-Enciso.

Con la llegada de los Reyes Católicos, tras imponerse en la Guerra de Sucesión (1475-1479), se inició un largo periodo de abandono de un lugar que, por cierto, sirvió de encierro para personajes ilustres como el cardenal Cisneros a finales del siglo XV, y “tal vez” para el duque de Alba (1579-1580).

Las excavaciones realizadas en el interior del recinto han puesto de manifiesto la existencia de suelos que formaron parte de un segundo piso y un gran aljibe.

De momento, se ha trabajado en la identificación de algunos de los elementos más significativos de la alcazaba a través de una extensa prospección geofísica, mediante georradar. Eso ha permitido a los investigadores reconocer parte de la planta y el diseño original del castillo que permanece enterrado. Se ha confirmado, por ejemplo, la organización del edificio en torno a un gran patio central.

Después y gracias a drones de alta resolución, se ha podido identificar gran parte del espacio de la medina, mediante la creación de modelos 3D. Todo ello ha permitido encontrar un recinto amurallado que debió tener unas dimensiones de, al menos, 1,40 kilómetros.

Una iniciativa ciudadana
El pasado islámico de la provincia, arqueológicamente, ha permanecido siempre en un segundo plano, reconoce Lauro Olmo-Enciso. Con Uceda ha llegado la excepción y además gracias a la iniciativa ciudadana local: “Partió del propio Ayuntamiento de Uceda y eso no suele ser habitual”. El Consistorio financia parte del proyecto, además de la Junta de Castilla-La Mancha, la Universidad de Alcalá y no se descarta que se pueda sumar la Diputación de Guadalajara.

Además del ayuntamiento, los vecinos de este pueblo que no llega a los 3.000 habitantes se han volcado con los investigadores: “Los arqueólogos y los historiadores nos basamos en documentación científica, pero la colaboración de las gentes del lugar que te vienen a contar cosas, incluidas las tradiciones, es algo muy notable. Ha sido un entorno de trabajo muy agradable y potenciador”.

Ya les esperan para la próxima campaña que está prevista para la primavera de 2023. Se centrarán en la excavación de la puerta de acceso y en la identificación de la primera configuración de la fortaleza, cuya fundación se debió producir en época emiral (siglos VIII-IX) y ligada estrechamente con la medina de Talamanca del Jarama.

9 de mayo de 2017

Recópolis llega a la Universidad de Harvard

La ciudad visigoda está cambiando la idea sobre la ciudad europea de comienzos de la Edad Media (siglos VI al VIII d. C.), época considerada hasta el momento como decadente y oscura. Los expertos analizan los últimos descubrimientos en el yacimiento.
Los hallazgos en la ciudad han sido posibles gracias al empleo de nuevas tecnologías y herramientas metodológicas.
La Universidad de Harvard ha sido la sede de un encuentro internacional de expertos dedicado a analizar los excepcionales hallazgos realizados en el yacimiento arqueológico de la ciudad visigoda de Recópolis en Zorita de los Canes, (Guadalajara) durante los años 2015 y 2016.

Dicho encuentro ha sido organizado por la propia Universidad de Harvard y la de Alcalá de Henares (UAH) que, junto a la Universidad de Frankfurt y más recientemente el Instituto Tecnológico de Massachusetts, son las entidades encargadas de llevar a cabo la investigación arqueológica, ha informado hoy la UAH en una nota.

Investigadores procedentes de los campos de las ciencias naturales, humanísticas, aplicadas y nuevas tecnologías han presentado los resultados de este proyecto internacional, que contribuyen a resaltar cómo Recópolis está cambiando la idea sobre la ciudad europea de comienzos de la Edad Media (siglos VI al VIII d. C.), época considerada hasta el momento como decadente y oscura.

En este sentido, el profesor de la UAH que codirige el proyecto, Lauro Olmo, ha indicado que «estas investigaciones confirman cómo Recópolis fue una ciudad excepcional, con una densidad de edificios inusual para la Europa de la época, y muestran la importancia del trabajo interdisciplinar y con nuevas tecnologías para el estudio del pasado».

NUEVAS TECNOLOGÍAS
Y ha abundado que los hallazgos únicos localizados en esta ciudad visigoda han sido posibles gracias a la aplicación de nuevas tecnologías y herramientas metodológicas, como la prospección arqueológica geomagnética, la extracción de muestras por vibracoring, la espectroscopia de fluorescencia de rayos x (XRF) o las analíticas arqueobiológicas, y al trabajo de arqueólogos, historiadores, geólogos, biólogos, químicos e ingenieros.

Así, ha detallado que la prospección geomagnética, una técnica no intrusiva, ha revelado la existencia de nuevas zonas palaciales con relevantes construcciones, manzanas de viviendas de grandes dimensiones junto a otras más modestas de diferentes tipos.

DENSO TRAZADO URBANO
Todo esto documenta lo que fue «un denso trazado urbano», según Olmo, quien ha precisado que también en las áreas suburbanas, al exterior de la muralla, se ha descubierto la presencia de construcciones de la época alineadas con las vías de salida de la ciudad, así como obras de infraestructura ligadas a antiguos cauces del río Tajo.

«El hallazgo de nuevos poblados, aldeas y granjas construidas en el entorno de la ciudad, unido a datos sobre la organización del espacio agrario, ayudan a entender cómo la fundación de Recópolis vertebró una nueva organización del hábitat y de los espacios productivos», ha agregado el arqueólogo.

Asimismo, la investigación realizada por sondeos por vibracoring, por XRF y analíticas radiocarbónicas ha ampliado la visión del paisaje a través del hallazgo de nuevas estructuras, existencia de cambios en la morfología del terreno, posibles cauces antiguos de un curso cambiante del río Tajo y una nueva organización de los espacios agrarios y ganaderos.

Los análisis sobre las técnicas constructivas presentes en la ciudad han ofrecido datos sobre la composición y lugar de procedencia de los materiales, pero también sobre su posible aplicación en la fabricación de materiales actuales, como ladrillos, desde criterios sostenibles.

(Fuente: ABC)

11 de noviembre de 2015

Salen a la luz unas grandes dependencias palatinas del S. VI en Recópolis, Zorita (Guadalajara)

Las excavaciones se han centrado en el edificio sur de la zona palatina en el que se ha documentado un potente nivel de destrucción e incendio del mismo. Este espacio, por ahora es el de mayores dimensiones y el mejor conservado de los inicios de la Alta Edad Media europea.
Ahora se abre una nueva fase de estudio de los materiales y restos. FOTO: EL LIBERAL DE CASTILLA.
La campaña de excavaciones en el Parque Arqueológico de Recópolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara), ha terminado con importantes hallazgos que permiten conocer más en profundidad tanto la época visigoda como el posterior periodo andalusí.

Las excavaciones han sido desarrolladas por el grupo de investigación del área de Arqueología de la Universidad de Alcalá de Henares con la colaboración de la Fundación General de dicho centro académico, ha informado este martes en nota de prensa la Diputación de Guadalajara.

El equipo, dirigido por Lauro Olmo Enciso, catedrático de la Universidad de Alcalá y director de las excavaciones, ha realizado los trabajos en el edificio sur de la zona palatina.

MAYORES DIMENSIONES
Los hallazgos en este espacio, por ahora el de mayores dimensiones y el mejor conservado de los inicios de la Alta Edad Media europea, siguen aportando una información determinante tanto para la época visigoda (s. VI-VII d.C) como para el primer periodo andalusí (S. VIII-IX d. C.).

Las tareas, financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, avanzan en el conocimiento de unas dependencias palatinas únicas, su estructura, funcionamiento y significado, concretamente a partir del análisis de un potente nivel de destrucción e incendio del edificio, cuya excavación está aportando datos cada vez más precisos.

Se cierran así dos meses de excavación por la que han pasado además numerosos visitantes del Parque que se han interesado en los avances de la investigación.

Ahora se abre una nueva fase de estudio de los materiales y las muestras obtenidas.