google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Juanjo Bienes
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14 de noviembre de 2021

Una ruta recorrerá los yacimientos del Valle del Queiles (Navarra)

De izda. a dcha., los arqueólogos Mari Cruz Pérez Omeñaca, Juanjo Bienes Calvo, José Ángel García Serrano, Carlos García Benito, Óscar Sola Torres, Héctor Arcusa Magallón y Marta Gómara Miramón. BLANCA ALDANONDO

Crear una ruta que una los distintos yacimientos arqueológicos existentes en el Valle del Queiles, desde Tudela a Tarazona (Zaragoza), permitiendo a vecinos y visitantes conocer in situ lo hallado en cada uno de ellos. Esta fue la propuesta con la que se cerró ayer el III Encuentro de Arqueología del Valle del Queiles que, bajo la organización de UNED Tudela, tuvo lugar en la Casa de Cultura de Ablitas con la presencia de cerca de 50 personas.

La jornada contó con la presencia de los arqueólogos Juanjo Bienes Calvo, quien expuso los hallazgos logrados en el cerro de Santa Bárbara de Tudela, lugar donde se encontraba el castillo medieval de la ciudad; y Óscar Sola Torres, responsable de los trabajos en la necrópolis musulmana de la Torre Monreal de Tudela. Además, tanto Bienes como Sola resumieron los avances conseguidos hasta la fecha en el yacimiento de El Villar de Ablitas.
También participaron en la cita Mari Cruz Pérez Omeñaca, quien habló sobre el conjunto amurallado de Tudela; Marta Gómara Miramón, responsable de las excavaciones de la época romana en Cascante; y Héctor Arcusa y Carlos García Benito, en representación de los equipos de investigación zaragozanos del yacimiento romano de Chicharroya, en Novallas; y del enclave celtíbero-romano de Tarazona, respectivamente.

A todos ellos se unió en la mesa redonda final José Ángel García Serrano, representante del Centro de Estudios Turiasonenses, quien expuso la posibilidad de crear la citada ruta, “principalmente enfocada a recorridos en bicicleta”, entre los distintos yacimientos del Valle del Queiles.

“El hecho de contar con un eje como el que marca el curso del río; con los yacimientos que tenemos a lo largo de él; y con el grupo de arqueólogos que trabajan en ellos nos hace pensar en la posibilidad de establecer algún tipo de ruta que conecte todos estos puntos de interés”, afirmó García, quien fue un paso más allá en su propuesta. “Quizás tengamos que sentarnos, preparar un proyecto y buscar fondos interautonómicos o europeos para desarrollarlo”, apuntó.

MUCHO MÁS QUE TURISMO
El arqueólogo de Tarazona Carlos García Benito destacó la necesidad de iniciativas como la de la ruta para divulgar el patrimonio arqueológico de la zona. “Como profesor de instituto que soy, sería algo increíble acercar lo que se está descubriendo a mis alumnos de la ESO y que no se quede solo en reuniones de arqueólogos o en revistas especializadas”, afirmó García, quien deseó que “esta idea cale en la sociedad y en los políticos”.

Así lo indicó también la arqueóloga Mari Cruz Pérez Omeñaca. “El apoyo de los políticos es importantísimo para el desarrollo de la arqueología. Lo que ocurre es que para ellos la arqueología es un problema, ya que no ven que pueda aportar nada a la gente”, explicó.
Por su parte, la cascantina Marta Gómara Miramón también se mostró a favor de la creación de la citada ruta, pero pidió hacer una reflexión más profunda sobre los objetivos últimos de la labor de los arqueólogos.

 “Entiendo que muchos Ayuntamientos, cuando se plantean realizar una excavación, piensen en hallar unos restos que poder mostrar y que sirvan para atraer a miles y miles de turistas, pero hay que tener en cuenta que la reversión social de algo así no tiene porqué ser solo económica”, dijo Gómara, quien continuó con su argumentación. “Más allá de esa reversión económica hay que tener en cuenta otros aspectos como el educativo, generando ciudadanos y ciudadanas con pensamiento crítico; o el cultural, que sirva para elevar la autoestima de aquellas poblaciones que, gracias a los hallazgos arqueológicos, ven cómo se recupera parte de su pasado y de su historia”, indicó la cascantina.

23 de febrero de 2015

El taller de arqueología descubre un mosaico en la villa romana de Ablitas (Navarra)

Se trata de un mosaico geométrico y policromado que parece seguir el esquema de círculos secantes que imitan rosetas de cuatro pétalos. La cata realizada tan sólo desenterró un metro cuadrado de los aproximadamente 20 m2 de pavimento de mosaico que podría tener la estancia donde se ha encontrado.
Las excavaciones realizadas por el equipo del taller de arqueología se han guiado por un estudio de georradar. 
Desde que comenzaron en el año 2010, cada una de las campañas de excavaciones realizadas en la villa romana de Ablitas, próxima a Tudela (Navarra),  ha deparado hallazgos que han elevado la categoría de este yacimiento, cuyos primeros restos datan del siglo I. Pero en la recientemente finalizada los integrantes del Taller de Arqueología del Ayuntamiento de Ablitas han conseguido lo que llevaban buscando desde el inicio de los trabajos: encontrar un mosaico.

La citada quinta campaña se prolongó desde octubre a diciembre bajo la dirección de los arqueólogos Juanjo Bienes Calvo y Óscar Sola Torres. En esta ocasión, las excavaciones realizadas se guiaron a través de los datos aportados por un estudio de georradar, que sirvió para dotar a los investigadores de un plano de las estancias del núcleo central de la villa.

DIECIOCHO SONDEOS
Así, la campaña se basó en la ejecución de 18 sondeos, de un metro cuadrado cada uno, en puntos muy concretos de la villa donde, a tenor del plano del georradar, pudieran encontrarse las estancias principales de la villa.


Fue en la realización de una de esas 18 catas, a poco más de un metro de profundidad, cuando se localizó el mosaico. “Hicimos el sondeo y nos topamos con el suelo de la estancia en cuestión, tal y como había ocurrido en todas las catas llevadas a cabo hasta entonces..., pero cuando lo limpiamos nos dimos cuenta de que aparecían las teselas de un mosaico. Fue un momento muy emocionante, porque era lo que llevábamos esperando desde hacía cinco años”, recuerdan los directores de la excavación.

Concretamente, se trata de un mosaico geométrico y policromado que parece seguir el esquema de círculos secantes que imitan rosetas de cuatro pétalos. La cata realizada tan sólo desenterró un metro cuadrado de los aproximadamente 20 m2 de pavimento de mosaico que podría tener la estancia donde se ha encontrado.

EN BUSCA DE MÁS MOSAÍCOS
Según explican Bienes y Sola, el descubrimiento del mosaico eleva la categoría de un yacimiento que, ya de por sí, cuenta con un enorme potencial al tratarse de una de las villas romanas mejor conservadas que existen en Navarra.

En cualquier caso, los directores de la excavación se muestran esperanzados en hallar nuevas estancias con mosaicos en próximas campañas. “Se trata de una villa muy grande -unos 6.000 m2-; propiedad de una persona pudiente; y ubicada en una zona ya rica de por sí como era la Ribera, con lo que no es descabellado pensar que pudiera haber más mosaicos, como ocurre en otras villas navarras como la del Ramalete de Tudela, la de Arellano o la de Liédena”, afirma Bienes.

13 de febrero de 2015

Encuentran tres enterramientos boca abajo "por castigo" en la iglesia de San Nicolás de Tudela (Navarra)

Los arqueólogos destacan que no es nada habitual encontrar tres enterramientos de este tipo en una parroquia tan pequeña, ya que, por ejemplo, en la catedral sólo se descubrió uno de los más de 750 que aparecieron durante las obras de rehabilitación
Según el técnico de la excavación "se trataría de una forma de castigo por la vida que llevaron".
Las excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en la antigua iglesia de San Nicolás de Tudela de forma paralela a las obras de consolidación del edificio han sacado a luz un descubrimiento nada habitual. Se trata de tres enterramientos que, curiosamente, están boca abajo y no boca arriba como es común y ha ocurrido con el resto de los hallados -algo más de 40 en total-.

El arqueólogo que está llevando a cabo los trabajos, Juanjo Bienes, puso algo de luz a la razón por la que estas personas fueron enterradas al revés que el resto. “No es casualidad, sino que lógicamente se trata de alguna forma de castigo. Puede ser gente que se suicidó o que llevaba mala vida, como maleantes o prostitutas. A pesar de todo, se les enterraba en la parroquia porque era allí donde se les había bautizado, aunque de esta manera como forma de castigo por la vida que habían llevado”, señaló.

ALGO POCO HABITUAL
El arqueólogo destacó que no es nada habitual encontrar tres enterramientos de este tipo en una parroquia tan pequeña, ya que, por ejemplo, en la catedral sólo se descubrió uno de los más de 750 que aparecieron durante las obras de rehabilitación que se llevaron a cabo entre 2002 y 2006.

Dos de ellos se han encontrado en las últimas semanas y corresponden al siglo XIX, mientras que el tercero apareció en agosto y se data hacia los siglos XVI o XVII, aunque a este sólo le quedaba la zona del tórax y fue al ver las fotos de los dos últimos cuando se percataron de que también estaba boca abajo.

Todos han aparecido en la zona más cercana a la puerta de entrada a la iglesia, donde ahora se están llevando a cabo las obras de consolidación de la estructura.

NO SE TRATA DE BRUJAS
Pero este tipo de enterramientos se han relacionado también en otros lugares con la brujería. Se les daba sepultura de esta manera, según explicó Bienes, por dos razones principales. Una era que si el alma les salía por la boca iría hacia abajo y no hacia la superficie, y lo mismo ocurriría si intentaban escapar excavando, ya que lo único que conseguirían es profundizar hacia el subsuelo.

Bienes explicó que en los encontrados en San Nicolás no sería este caso. “En las épocas de las que datan los enterramientos en Tudela no había este tipo de procesos contra las brujas. Además, lo normal es que las enterraran con sus amuletos y no ha aparecido ninguno”, dijo.

Estos trabajos arqueológicos se prolongarán durante este mes, cuando se pondrá fin a las obras de consolidación del edificio. Bienes añadió que no se descarta retomar el taller de arqueología que se llevó a cabo en agosto, cuando se encontraron 26 enterramientos. En la nave donde se está trabajando ahora han aparecido 72 cajeados para enterramientos, de los que se han excavado 16 y quedan otros 6, por lo que se trabajará en un tercio del total. Además, quedan pendientes los que puedan aparecer en las capillas laterales.

7 de agosto de 2014

Buscan los restos de una iglesia del S. XII y la tumba de Sancho el Fuerte en Tudela (Navarra)

El principal motor de la excavación se centra en buscar los restos de una iglesia que data de los siglos XII y XIII y de la que hoy en día sólo se conserva el tímpano y los dos leones de la entrada. Los arqueólogos tratarán de encontrar la tumba de Sancho VII "el Fuerte" que estuvo enterrado por primera vez bajo esta antigua iglesia durante cuatro años, antes de que se trasladasen sus restos a Roncesvalles.
Dos alumnos durante las labores de excavación en San NIcolás. Foto: JAVIER FRÍAS.
Las excavaciones, dirigidas por el arqueólogo Juanjo Bienes, se dividen en cinco turnos semanales hasta el próximo 29 de agosto y dan una oportunidad única a los tudelanos de poder trabajar en la histórica iglesia. Este taller está organizado por el área de Centros Cívicos, cuenta con un presupuesto de 4.100 euros y se han apuntado un total de 30 alumnos.

El principal motor de la excavación se centra en buscar los restos de una iglesia que data de los siglos XII y XIII y de la que hoy en día sólo se conserva el tímpano y los dos leones de la entrada. Este templo fue destruido en el siglo XVIII debido al deterioro que ocasionaba la humedad al encontrarse construido sobre el río Mediavilla. 

Su orientación debería ser distinta a la realizada posteriormente, lo que dificulta su hallazgo. La excavación también resultará interesante para conocer más información sobre el poblamiento islámico anterior a la ocupación cristiana, que se produjo en el año 1119, e incluso para descubrir elementos del romano.

SANCHO EL FUERTE
Lo más relevante, aunque también lo más improbable, sería encontrar la tumba de Sancho el Fuerte. El que fuese rey de Navarra estuvo enterrado por primera vez bajo esta antigua iglesia durante cuatro años, antes de que se trasladasen sus restos a Roncesvalles. “Es algo muy complicado”, confesó el propio Bienes.
Un bombero contempla la suciedad acumulada
en el interior de la iglesia.
Foto: DIARIO DE NAVARRA

La sepultura debería ser sencilla, ya que se trataba de una estancia provisional, pero sin olvidar su rango de monarca. Lo que sí es más probable encontrar es alguno de los numerosos enterramientos que se hallan bajo el suelo de la iglesia de San Nicolás, algo que según el arqueólogo “sería muy interesante, sobre todo para los que no han tenido contacto con la arqueología previamente”. Por ello, la intención es tratar de “conocer el número aproximado de estos enterramientos excavando una parte de la nave central”.

El taller ha contado con buena afluencia de público durante los dos primeros días, ya que a las nueve personas apuntadas al primer turno, hay que añadir otros curiosos que se han acercado para observar las excavaciones, que llegarán hasta los dos metros de profundidad.

La zona donde se centra el trabajo arqueológico es en el ábside, aunque no se descarta en un futuro intervenir en otras zonas de la iglesia como las capillas. Hasta el momento se ha levantado ya una parte del suelo y todavía no se ha podido encontrar nada de valor.

HISTORIA
Nacimiento. No se tiene documentación de su construcción, pero ya en el año 1131 existía como monasterio benedictino.

Sancho el Fuerte. Durante los primeros años del siglo XII se convirtió en uno de los templos más emblemáticos. Tanto es así que allí fue enterrado Sancho el Fuerte en 1234, durante casi cinco años.

Declive. Por la cercanía del río Mediavilla la iglesia se deterioró rápidamente. En 1279 ya se pedían limosnas para su reparación, en 1520 necesitó una restauración parcial, en 1604 se cambió la torre por otra nueva y en 1729 se decidió derruirla.

Nueva iglesia. En 1733 se abrió la nueva iglesia, aunque siguieron los problemas. En 1902 y en 1936 se volvió a cerrar por obras. Finalmente, desde hace más de 40 años sigue sin utilizarse.

LA CIFRA
1,9 Millones de euros costará el proyecto de remodelación de San Nicolás.