google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: José Manuel Galán
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12 de junio de 2014

Arqueólogos del CSIC hallan una tumba de la enigmática dinastía XI en Luxor

Excavando un pozo funerario de la Dinastía XVII se ha localizado un agujero en una cámara al que se accede a una gran galería subterránea. El tamaño y la disposición de este pasillo indican, según el equipo de arqueólogos, que se trata de una tumba de la dinastía XI, que por sus dimensiones debió pertenecer a un miembro de la familia real o a un cortesano de alto rango”. Para poder proseguir la excavación se tendrá que descubrir la puerta de entrada a la tumba.
La tumba de la Dinastía XI está llena de escombros de la Dinastía XVII y que corresponden a restos humanos y de cerámica funeraria. Foto: PROYECTO DJEHUTY
Hace unos 4.000 años Egipto se encontraba inmerso en una lucha interna por el poder, que acabaron ganando los belicosos tebanos, en concreto, Mentuhotep II, el quinto soberano de la que acabaría convirtiéndose en la dinastía XI. Poco se sabe de la guerra de unificación que abrió paso al Imperio Medio y clausuró el Primer Período Intermedio del antiguo Egipto. 

El último hallazgo del Proyecto Djehuty, liderado por el investigador del CSIC José Manuel Galán, del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo, puede ayudar a arrojar luz sobre este periodo oscuro de la historia egipcia, cuando Tebas se convirtió en la capital del reino unificado del Alto y Bajo Egipto.

El descubrimiento se ha producido casi por casualidad en la colina de Dra Abu el-naga, en Luxor (la antigua Tebas). Excavando un pozo funerario de la Dinastía XVII se ha localizado un agujero en una cámara al que se accede a una gran galería subterránea. El tamaño y la disposición de este pasillo indican, según el equipo de arqueólogos, que se trata de una tumba de la dinastía XI. “Las dimensiones de esta estructura subterránea son considerables, lo que no deja duda de que la tumba perteneció a un miembro de la familia real o cortesano de alto rango”, indica Galán en un comunicado de prensa.

REUTILIZADA EN LA DINASTÍA XVII
“El suelo del pasillo y del pasadizo en rampa están cubiertos de restos humanos y vasijas de cerámica que datan de la dinastía XVII, lo que parece indicar que la tumba fue reutilizada en aquella época”, añade el investigador. “El pasillo, muy bien tallado, tiene dos metros de alto y dos de ancho. Discurre a lo largo de más de 20 metros y gira en un ángulo de 50 grados para descender en rampa durante 20 metros más, hasta llegar a una cámara sepulcral cuadrangular”, detalla. Para poder proseguir la excavación, Galán comenta que antes se tendrá que descubrir la puerta de entrada a la tumba.


Este hipogeo se suma a otras dos tumbas más de la Dinastía XI halladas en el transcurso de los trece años que está en marcha el Proyecto Djehuty, que tiene como principal objetivo excavar e investigar las tumbas de Djehuty, supervisor del Tesoro durante el reinado de la mujer faraón Hatshepsut (Dinastía XVIII) y Hery, que vivió medio siglo antes. Estas tres sepulturas anteriores están poniendo de manifiesto que bajo los enterramientos de las dinastías XVII y XVIII se encuentra una necrópolis perteneciente a la dinastía XI con tumbas todavía intactas.

OTROS HALLAZGOS
La misión en Dra Abu el-Naga ha resultado muy fecunda a lo largo de las trece campañas de excavaciones. Entre algunos de los descubrimientos destaca la conocida 'Tabla del Aprendiz', un pizarrín de escuela que se utilizaba para aprender a escribir y dibujar. También han llegado hasta el siglo XXI otros objetos cotidianos, como una tela de lino con una inscripción que indica su fecha exacta de confección: el año 2 del reinado de Amenhotep II; o cincuenta ramos de flores secas de hace 3.000 años.

También es significativa la decoración de la cámara sepulcral de Djehuty, enteramente escrita con una de las versiones más antiguas conocidas del Libro de los Muertos.

Actualmente, los trabajos de la misión arqueológica se centran en una área que hasta 2007 estaba poblada y que corresponde al patio que conduce a la tumba de Djehuty. Para proseguir con la excavación, los habitantes fueron realojados en otro pueblo y en casas construidas especialmente para ellos. Los hallazgos realizados desde entonces se sitúan en el subsuelo de estas antiguas viviendas.

(Fuente: La Vanguardia / Silvia Colomé)

31 de enero de 2013

Arqueólogos del CSIC encuentran en Egipto el sepulcro intacto de un niño de la XVII dinastía

El pequeño habría sido envenenado hace unos 3.500 años y fue venerado por los habitantes del antiguo Egipto.  El sarcófago ha sido localizado en el transcurso de las excavaciones que el equipo  realiza en la necrópolis de Dra Abu el‐Naga, en la orilla occidental de Luxor, antigua Tebas.
El féretro intacto del niño en el lugar original de su aparición.
Foto: Ministerio de Estado Egipcio para las Antigüedades.
Arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto en Luxor, Egipto, el sarcófago intacto de un niño que vivió durante la época de la dinastía XVII, alrededor del año 1550 antes de nuestra era. Las radiografías realizadas apuntan a que el niño podría haber fallecido a la edad de 5 años. El hallazgo se engloba dentro de la XII campaña del Proyecto Djehuty, coordinado por el investigador del CSIC en el Instituto de Filología José Manuel Galán.

El ataúd, elaborado en madera, mide 90 centímetros de largo y carece de decoración pintada o escrita. El estilo de la talla y la fina capa de pintura blanca que lo recubre son similares a las ocho figuras de madera, 'shabtis', que han sido encontradas en las inmediaciones de la sepultura. El sarcófago ha sido localizado en el transcurso de las excavaciones que el equipo liderado por Galán realiza en la necrópolis de Dra Abu el‐Naga, en la orilla occidental de Luxor, antigua Tebas.

"Este descubrimiento es de especial importancia ya que se trata de un ataúd intacto y, junto los objetos que lo acompañan, puede aportar gran cantidad de información sobre una época de la historia del antiguo Egipto sobre la que se sabe muy poco", explica desde la zona de excavaciones el investigador del CSIC.


La identidad del niño es aún desconocida
Tanto los shabtis como unas piezas de lino desenterradas junto a ellos contienen el nombre de Ahmose o Ahmose‐sa‐pa‐ir, un príncipe heredero que vivió en transición de la dinastía XVII a la XVIII y que murió siendo niño. Por razones que se desconocen, Ahmose fue venerado como un santo de la necrópolis, recibió culto durante 500 años y fue incluido dentro de las listas de reyes que se confeccionaron muchos años después.

"Por los objetos encontrados creemos que este lugar de enterramiento podía estar reservado a miembros de la realeza, sin embargo aún desconocemos la identidad de la momia encontrada, ya que el sarcófago no contiene ninguna inscripción", añade Galán.

Según los investigadores, la ubicación de esta tumba en esta zona de Dra Abu el-Naga podría explicar el hallazgo de un enorme depósito de más de 2.000 vasijas de cerámica halladas entre las capillas de adobe, así como el porqué de la ubicación del monumento funerario de Djehuty en este extremo de la necrópolis.

El proyecto toma su nombre de Djehuty, supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos de la reina Hatshepsut, una de las pocas mujeres faraón del antiguo Egipto y cuyo reinado se extendió durante 22 años en la dinastía XVIII, en torno al año 1470 antes de nuestra era. Además de la excavación y restauración del monumento funerario de este escriba real,los trabajos arqueológicos se centran también en la tumba de Hery, fechada por los expertos alrededor de 50 años antes que la de Djehuty.

Las 12 campañas de excavaciones llevadas a cabo hasta el momento por Galán y su equipo han dado numerosos frutos, como la denominada Tabla del aprendiz, el ataúd del guerrero Iquer o la cámara sepulcral del propio Djehuty, decorada por completo con dibujos y jeroglíficos del Libro de los Muertos, entre muchos otros.
(Fuente: El Mundo)