google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Esperanza Martín
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7 de noviembre de 2023

Claves para la datación de la villa romana de Flavia Augusta (Burgos)

La Facultad de Química de la Universidad de Valladolid colabora con el proyecto y se encargará de llevar a cabo los análisis de las pinturas murales de la conocida como "Casa de las Flores", mientras que un laboratorio de Vilna (Lituania) datará la villa romana con el carbono 14.
Hallan en Flavia Augusta la clave para descubrir su antigüedad - Foto: VALDIVIELSO.

La actual campaña de excavación en el yacimiento de la ciudad romana de Flavia Augusta, en concreto en una habitación de la denominada Casa de las Flores, finalizará en los próximos días y deja al equipo de expertos implicados con mejor sabor de boca del esperado. Además de haber comprobado que la vivienda se vino abajo de manera natural y no fue derribada -han aparecido caídas las placas de pinturas y sobre ellas el muro- han dado con la fórmula -mejor dicho elemento químico- que resolverá el misterio que envuelve la datación del momento de su construcción.

El importante hallazgo tiene nombre y apellido: carbono 14, y según explica la directora del proyecto y arqueóloga, Esperanza Martín, es un «isótopo radioactivo del carbono que se puede emplear como testigo de la antigüedad de una muestra de origen orgánico» y determinar la edad de materiales que lo contienen hasta unos 50.000 años atrás. «Lo hemos encontrado por todas partes de la casa porque el suelo lo construyeron con materia orgánica, pero el carbono 14 en concreto apareció en una de las paredes de la construcción», expone. Al tratarse de piezas tan antiguas en espacios altamente maltratados «en ciertas ocasiones resulta bastante complicado descifrar la fecha que levantaron un edificio y nos guiamos por cuestiones estéticas, ya que cada modelo decorativos está englobado en una época concreta de la historia», añade. La Facultad de Química de la Universidad de Valladolid colaborará con el proyecto y se encargará de llevar a cabo los análisis de las pinturas, mientras que un laboratorio de Vilna (Lituania) lo hará del carbono.

Por otro lado, entre los restos de la pequeña estancia -de unos nueve metros cuadrados de dimensión- han desenterrado por primera vez muestras pintadas que imitan mármol, un resultado que ha sorprendido al conjunto del equipo porque este tipo de reproducciones «no son como las que vemos aquí. Considero que las de esta edificación cuentan con unas características bastante raras, con líneas pintadas en zigzag y puntos. Normalmente esta imitación no es así, sino con líneas más rectas y rojas», explica. Asimismo, sostiene que aunque los propietarios de la vivienda tuvieran un nivel adquisitivo alto, «el hallazgo de piezas simulando a otros modelos de mármol del resto de Hispania indica que no tanto como pensábamos».

Martín confía en que los trabajos de campo y laboratorio continúen en los próximos años con ayuda de las administraciones porque «obtendremos todas las piezas para el puzzle final. Nos están saliendo todo tipo de motivos iconográficos que abundan en el conocimiento de la pintura mural en zonas rurales, a pesar de que Flavia Augusta fue un asentamiento de primera importancia». Además de las imitaciones de mármol, han brotado entre lo más profundo de la tierra pinturas simulando flores que «hasta el momento permanecían desconocidos en este mundo, un hecho que implica continuar acumulando más granitos para conocer la historia romana de este espacio», aclara.

Un artista muy observador. 
Entre las figuras dibujadas que han aparecido a lo largo de estas semanas, «motivos totalmente únicos», dejan entrever que el artista, además de inventar, plasmaba lo que le rodeaba en el entorno.

Limpiar y digitalizar las piezas del puzzle
Durante la pasada campaña de excavación, los arqueólogos y voluntarios consiguieron dar con la pintura mural que decoraba hace unos 2.000 años una de las habitaciones de una casa en Flavia Augusta y sustraer parte de las piezas, pero no todas, por lo que las actuaciones en la nueva intervención se han centrado en recuperarlas, limpiarlas y analizarlas al completo. Los más de mil fragmentos de pintura mural rescatados de la profundidad de una finca de La Bureba y en torno a los 200 de cerámica que pasaron por las manos de Lucía Anta, la restauradora, ahora se han multiplicado. La experta confirma que «salen miles de piezas y a pesar de que tengo el apoyo de otra restauradora, Sofía, desconozco hasta cuando se alargarán los trabajos de recuperación porque todavía me quedan restos que tratar de la campaña de 2021 y 2022. Hasta que no acaben con la excavación no me veo capaz de calcular un plazo», comenta mientras coloca uno de los fragmentos en las nuevas estanterías, donde los mantienen clasificados.

Su labor implica paciencia y delicadeza, teniendo en cuenta que la limpieza de una pieza de aproximadamente cinco centímetros cuadrados se puede prolongar entre 15 y 30 minutos, y el tratamiento de las pinturas solo lo pueden llevar a cabo expertos, al igual que el análisis digital previo a las copias en 3D. En marzo de este año se dedicó junto a Esperanza Martín exclusivamente durante un mes a eliminar todo tipo de restos que envolvían a los fragmentos y trasladarlos por cuestión de seguridad y espacio a la planta superior del laboratorio, ubicado en el Centro de Interpretación de las Salinas, un espacio cedido por el Ayuntamiento que actualmente cumple funciones de almacén.

En la dependencia de al lado se ha instalado Zoilo Perrino con su equipo de fotografía y escaneado. Su función comienza ahora, una vez que las piezas se van limpiando. Como cada una es diferente y hay miles, su objetivo persigue realizar una reconstrucción de la estancia y sus pinturas sin la necesidad de manejar las piezas reales. Para ello, y contando con la circunstancia excepcional de los delicados colores, ha montado un sistema diferente para ejecutar el registro y su virtualización. «La digitalización la empezaremos ahora. Es ideal realizar el 3D de las piezas, pero lo que realmente nos interesa es el puzle», explica.

A su vez, continúa fotografiando los fragmentos. «Este trabajo consiste en rotar el objeto con una iluminación controlada y hacer el registro de varios anillos para tomar imágenes de distintos ángulos y, a continuación, comenzar con la reconstrucción». Todas estas piezas irán formando parte del museo virtual, que puede visitarse a través de la plataforma Sketchfab.

27 de octubre de 2023

Descubren una suela de sandalia romana de hace 2.000 años en Asturias

Los trabajos de excavación en el interior de un pozo descubierto en el año 2021 en la población asturiana de Lugo de Llanera han sacado a la luz la suela de una sandalia de cuero romana de dos mil años de antigüedad. Además de conservarse en perfecto estado, los investigadores afirman que este es el único ejemplo procedente de la Hispania romana que cuenta con elementos decorativos.

Suela de la sandalia romana localizada en el interior de un pozo en la que se pueden observar los grabados que la hacen única. Esperanza Martin

Lucus Asturum (actual Lugo de Llanera, en Asturias) fue un asentamiento romano que aparece mencionado como mansio (un lugar donde los viajeros pasaban la noche durante un viaje) en el Anónimo de Rávena, un texto compilado por un cosmógrafo cristiano. Lucus Asturum formó parte de una división judicial romana perteneciente a la provincia Tarraconense y, desde época de Diocleciano, de la provincia de Gallaecia. La ciudad fue un importante centro neurálgico en la Asturias de los siglos I y IV d.C. Desde allí partía una vía romana que la unía con Cantabria y otra que llevaba hasta Asturica Augusta (Astorga).

A partir del año 2016, un equipo de investigadores, dirigidos por la arqueóloga Esperanza Martín, y con financiación del Ayuntamiento de Lugo de Llanera, empezaron a explorar un yacimiento situado en la Eria de La Castañera, una finca localizada a las afueras de la población. Ha sido aquí, en el interior de un pozo localizado en 2021, donde los arqueólogos acaban de hacer un sorprendente hallazgo: la suela de una sandalia de cuero de época romana de unos dos mil años de antigüedad.

Una pieza de calzado "única"
En 2018, los arqueólogos emplearon en sus prospecciones el sistema LiDAR, gracias al cual pudieron localizar en la zona un complejo termal en una finca contigua a la que están excavando actualmente y allí sacaron a la luz vajillas de vidrio y restos de cerámicas que, según los investigadores, se habrían fabricado en la Bética, el valle del Ebro, el sur de la Galia y en la propia Lucus Augusti.

Ahora, en 2023, el descubrimiento de esta suela de sandalia ha venido a completar todos estos importantes hallazgos. Y es que a pesar de que pueda parecer modesto, en realidad se trata de un descubrimiento único ya que la suela está decorada con círculos, óvalos y figuras falciformes. Son estas decoraciones las que la hacen realmente destacable puesto que solo se conservan veinte sandalias de época romana en Hispania y ninguna de ellas está decorada.

Y ¿cómo se quedó la suela de sandalia dentro del pozo? Según los investigadores, este tesoro de incalculable valor ha llegado hasta nosotros gracias a que a alguien que estaba trabajando en el interior del pozo se le quedó atrapada la sandalia y no la pudo recuperar. "Encontrar cuero conservado es algo absolutamente anómalo, muy excepcional", ha declarado con entusiasmo Esperanza Martín, la directora de la excavación.

Pero ¿cuál es es el motivo de su excelente conservación? Los investigadores explican que la razón fundamental es la anaxia o ausencia de oxígeno, que impide la proliferación de microorganismos lo que ha propiciado que la suela de sandalia se halle perfectamente preservada.

Preservada para ser expuesta
Además de la sandalia, los arqueólogos también han desenterrado durante la presente campaña de excavaciones jarras de época romana, un pequeño caldero de bronce conocido como acetre o sítula, restos de madera así como numerosas semillas de castañas, nueces, piñones y restos de mejillones, berberechos, ostras, almejas de río y huesos de vaca y de équidos. Todo ello ha permitido a los investigadores conocer la dieta de quienes allí vivieron.

En cuanto a la importancia de los hallazgos, la directora del proyecto manifiesta que "muchas veces la gente piensa que lo más importante son los objetos espectaculares y no lo son; muchas veces lo son este tipo de resultados; solo con la semillas ya nos dábamos por contentos. La arqueología es una ciencia humana, que trata de seres humanos, y para nosotros es realmente fundamental", dice Esperanza Martín.

¿Y ahora qué? Pues hasta que la suela de sandalia pueda ser restaurada y expuesta en el Museo Arqueológico de Asturias, esta delicada pieza de calzado se ha dispuesto en un sistema de refrigeración para evitar su degradación. Una vez restaurada, esta sencilla, pero valiosa pieza podrá contar a los visitantes la historia de cómo hace dos mil años alguien, que al parecer llevaba un calzado de calidad, descendió al interior de un pozo para extraer el barro que contaminaba el suministro de agua de su casa, y allí perdió la suela de una sus sandalias, que nunca logró recuperar. Afortunadamente para los arqueólogos.

24 de julio de 2023

La sequía deja al descubierto 1.700 yacimientos arqueológicos en las marismas españolas

Según el Ministerio de Cultura y Deportes, en este trienio han surgido casi 1.700 sitios arqueológicos a causa de la prolongada sequía. Muchos de estos eran desconocidos. Sus ubicaciones no públicas ya están almacenadas en una base de datos abierta para este propósito.

Desde hace tres años, los pantanos españoles están al mínimo. A mediados de diciembre de 2019 se descubrieron en el embalse de Valdecañas (Bohonal de Ibor, Cáceres) los restos de la ciudad romana de Augustóbriga por primera vez desde la década de 1990. En 2022, el llamado Stonehenge español, el dolmen de Guadalperal, un monumento megalítico de hace 5.000 años, también fue engullido por el embalse de Valdecañas. Por su parte, Pintia, la gran ciudad Vaccea de Valladolid, ha mostrado el entramado de sus calles y un posible templo romano porque el suelo se ha secado como nunca. Según el Ministerio de Cultura y Deportes, en este trienio han surgido casi 1.700 sitios arqueológicos a causa de la prolongada sequía. Muchos de estos eran desconocidos. Sus ubicaciones no públicas ya están almacenadas en una base de datos abierta para este propósito. “El miedo es saquear”, dice Ángel Villa, coordinador del Plan Nacional de Arqueología. “Cuando llegamos al embalse de Iznájar [entre Córdoba, Málaga y Granada]El detectoristas ya lo habían saqueado. Y que nadie sabía de su existencia. Por ello, las autoridades trabajan a fondo en la elaboración de un protocolo de actuación, que deberá estar finalizado el próximo mes de diciembre, “con el fin de sistematizar las medidas contra los yacimientos emergentes”.

Más información
La falta de lluvia no sólo provoca un descenso del nivel de los embalses y la lógica aparición de sitios inundados, sino que aumenta el efecto de lo que los arqueólogos llaman crecimiento diferencial. Este es un contraste de color muy pronunciado en la misma área de cultivo. Cuando la capa de suelo fértil es muy profunda y, por lo tanto, se retiene mejor la humedad, las plantas tienen un color verde o verdoso, mientras que en suelos poco profundos, debido a las estructuras de piedra cerca de la superficie, el tono es más marrón. Este efecto siempre ha permitido a los arqueólogos ver muy fácilmente dónde se ocultan estructuras de edificios desconocidas en primavera y verano. Sin embargo, desde hace varios años el fenómeno se viene produciendo con mayor frecuencia y contraste en el norte peninsular.

Esperanza Martín, directora de varios yacimientos del norte de España, reconoce que debido a la falta de lluvias, recientemente pudo documentar un «edificio monumental» en Dessóbriga (ciudad de vacaciones entre Palencia y Burgos) gracias a un crecimiento diferencial. “La sequía, que obviamente no es un fenómeno nuevo, en realidad se ha vuelto muy rara en los últimos años. Llueve menos o en el momento equivocado, lo que resulta en un crecimiento de plantas poco frecuente. Esto me ha pasado en cinco o seis lugares este año, incluido un campamento romano muy visible”.

Por ejemplo, el arqueólogo –que se niega a indicar la ubicación de los hallazgos más recientes por motivos de saqueo– menciona que el descenso del nivel del agua en el embalse de Luna (León) permite ver un nuevo tramo de la calzada romana. “Conozco la zona desde que era niño y nunca la había visto así. Llámelo sequía o cambio climático, no importa. Pero no puedo recordar nada de eso.

Mimí Bueno Ramírez, catedrática de prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares, recuerda que inició un intenso trabajo de prospección del hallazgo junto a Enrique Cerrillo, de la Universidad Complutense, cuando las previsiones de la Unión Hidrográfica del Tajo, la Junta de Extremadura y el Ministerio de Cultura alertaban de un importante descenso del nivel de las aguas del embalse de Valdecañas. Así se encontró el llamado dolmen de Guadalperal (finales del V y III milenio aC). “Durante muchos siglos, esta parte de Extremadura fue zona de paso y asentamiento de muchas culturas. El pantano apenas ha reaparecido, lo que ha permitido localizar en él 200 yacimientos de todas las épocas posibles, entre monumentos megalíticos, asentamientos neolíticos y calcolíticos, menhires y elementos del paleolítico, la prehistoria y la edad del hierro.

El arqueólogo explica que cuando se construyó el embalse en la década de 1960, no se realizó ningún reconocimiento arqueológico previo para determinar si algún sitio estaba afectado. “Afortunadamente eso ya no sucede.” Y recordar que una vez encontrado el dolmen se hizo un inventario de las ubicaciones del embalse utilizando el mapa arqueológico (documento oficial que indica los yacimientos arqueológicos), referencias históricas, fotografías aéreas antes de la construcción del embalse y, lo más importante, datos de imágenes LIDAR (fotografía láser), que se pudieron comprobar dada la continuidad de la sequía en 2020 y 2021. La obra en el Guadalperal finalizó con una lógica excavación del arco que ha permitido establecer los criterios de conservación y relleno para que se conserve la estructura.

Por su parte, Ángel Villa explica que los embalses son responsabilidad de las asociaciones hidrográficas, lo que permite al Ministerio de Cultura y Deporte coordinar los trabajos en los mismos. “Casi todos los embalses son zonas muy antropizadas, ya que coinciden con históricos vados, collados o zonas muy fértiles como los embalses de Iznájar, Serena o Valdecañas. Cada vez que los visito me sorprendo porque tienen un nivel de sucesión arqueológica muy alto”, afirma el coordinador del plan nacional.

Villa espera que el protocolo de actuación esté finalizado a finales de este año. «Cuando se trata de inmuebles, se consolidan de forma que el agua no los dañe, como ocurrió en Guadalperal hace dos años, o se controla la subida y bajada del agua. En el caso de los restos móviles, se llevan al Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) para su restauración y luego se depositan en museos, como ocurrió en el embalse de Valdecañas».

«Pero lo que realmente daña los depósitos no es tanto la subida y bajada de los niveles del agua como la recolección». detectoristas están delante de nosotros. El agua que fluye hacia abajo limpia la capa superior. Desafortunadamente, lo que es maravilloso para los arqueólogos también es maravilloso para los saqueadores porque les facilita la destrucción de los sitios. Cuando llegamos a Iznájar ya lo habían saqueado, aunque ni siquiera se sabía el paradero. Es terrible.»

30 de enero de 2023

Los hallazgos en Lucus Asturum confirman presencia romana estable durante 400 años

Martín en Lugo de Llanera.P. NOSTI
Se trata de una zona con gran potencial. El Ayuntamiento de Llanera proyecta la creación de un espacio museístico y el Principado de Asturias tramita la declaración BIC de la excavación arqueológica. Los trabajos en el enclave, ya citado por el geógrafo Ptolomeo en el siglo II, han permitido comprobar que supuso un nexo de las grandes vías que comunicaban la zona cántabra con Astorga a través de la vía Carisa.

La arqueóloga responsable de las excavaciones en Lucus Asturum, Esperanza Martín, dio el pasado viernes un repaso a lo que es la historia del yacimiento. Lo hizo primero en el IES de Llanera y, por la tarde, en la Casa de Cultura de Lugo, donde ofreció una explicación de lo que se ha estado haciendo en los últimos años, al amparo del patrocinio del Ayuntamiento de Llanera, incidiendo en la excavación de la finca de la última campaña.

La primera excavación en el terreno reconocido como centro neurálgico de un posible asentamiento romano de grandes dimensiones, identificado como Lucus Asturum, se llevó a cabo en 2018. Fue un conjunto termal. En la parte occidental se documentó una piscina, una gran canalización y una sala hipocaustada también de grandes dimensiones. La cronología de las termas se establece por el material cerámico entre el siglo I y el IV d. C. Pero las intervenciones relacionadas con el proyecto comenzaron en 2015, realizando los trabajos de arqueología no intrusiva mediante detección aérea, prospección y estudios de datos Lidar (Light Detection And Ranging).

La pandemia interrumpió las intervenciones, retomadas en 2021. «Aprovechamos para seguir avanzando con la prospección geofísica, para documentar el subsuelo en varias zonas de las fincas», explica Martín. Para ello contaron con la Universidad de Oviedo y el equipo de Paulino Fernández, del Área de Prospección e Investigación Minera. «Todos los lugares sondeados dieron resultado en el subsuelo. Se ven estructuras en todas las fincas que fueron cedidas por los propietarios. Se trata de estructuras infrayacentes a la superficie actual», detalla la arqueóloga. La magnitud real del asentamiento romano que se encuentra enterrado bajo el suelo del concejo es una de las grandes incógnitas de la arqueología asturiana. Se desconoce su extensión, pero lo que se puede deducir es que está diseminado. «Aparece un resto aquí, otro resto allá, y no tiene por qué aparecer nada en un espacio intermedio entre uno y otro», precisa Martín.

Vivienda y pozo
En 2021 se localiza una vivienda con distintas estancias, además de un pozo relleno de material y sellado. Los últimos hallazgos, los del verano pasado, apunta, «confirman la cronología que nos ofreció la casa en la que empezamos a excavar el año anterior». En esta ocasión, el equipo de arqueólogos no ha encontrado basureros como ocurrió en la campaña previa, los cuales «definen de una manera extraordinaria y precisa lo que estás excavando». Martín explica que «en la zona inferior, a la altura de las cimentaciones, en los primeros niveles de ocupación, hay material de cronología Flavia». Apunta Martín que el edificio se mantiene durante varias centurias. Además se localiza un canal de evacuación de aguas del interior de la casa hacia el exterior y lo que para los investigadores parece ser una pequeña calzada que podría comunicar los lugares diseminados. En el extremo noroccidental aparece un nuevo pozo para adquisición de aguas amortizado y reaprovechado como basurero, que fue donde apareció un molino romano del siglo I.

Se trata de una zona con gran potencial. Tal es así que el alcalde de Llanera, Gerardo Sanz, proyecta la creación de un espacio museístico, mientras que el Principado trabaja para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la excavación arqueológica. Los trabajos en el enclave ya citado por el geógrafo Ptolomeo en el siglo II han permitido comprobar que supuso un nexo de las grandes vías que comunicaban la zona cántabra con Astorga a través de la vía Carisa.

La gran ciudad romana del centro de Asturias se confirma cada día que pasa como uno de los yacimientos romanos más extensos de la región, si no el que más. Otra de las cuestiones que se han demostrado es que tuvo presencia romana estable durante cuatro siglos, como prueban las más de 2.000 piezas halladas por el equipo que lidera Martín.

8 de febrero de 2019

El georradar desvelará los secretos de la villa romana de Fuente Álamo

El Instituto de Estudios Giennenses, con colaboración de la Universidad Complutense, llevará a cabo una prospección geofísica con esta técnica innovadora y no invasiva en el yacimiento de Alcalá la Real (Jaén)
Vista aérea de la Zona Arqueológica de Fuente Álamo.
El Ayuntamiento de Alcalá la Real ha acogido la presentación del estudio arqueológico que se va a desarrollar sobre las ruinas de la villa romana ubicada en la pedanía alcalaína de Fuente Álamo, una iniciativa en la que colabora el Instituto de Estudios Giennenses a través de su convocatoria de subvenciones a proyectos de investigación.

El diputado de Cultura y Deportes, Juan Ángel Pérez, ha presentado junto al alcalde de Alcalá la Real, Carlos Hinojosa,el arqueólogo municipal, Carlos Calvo, y David Expósito,el autor de este proyecto, centrado en los asentamientos rurales de época romana en el sur de la provincia de Jaén.

El primer edil, Carlos Hinojosa ha adelantado que se trata de una nueva intervención sobre los recursos patrimoniales de Alcalá la Real, “para ponerlos en valor y conocer mejor nuestra historia, lo que conlleva generación de empleo y desarrollo económico en la zona”.

“Esta actuación consistirá en la elaboración de un georradar en la villa romana de Fuente Álamo. Desde el Ayuntamiento se aportarán los medios humanos y materiales necesarios con compromiso para financiar la continuidad del proyecto y seguir avanzando en el conocimiento de recursos potentes. La recuperación del patrimonio integral debe seguir por la misma senda y es también una apuesta por el desarrollo económico a través del turismo. Creemos que este trabajo también dará sus frutos a nivel comarcal”.

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Juan Ángel Pérez ha explicado que el IEG conmemoró el año pasado sus 25 años de la puesta en marcha de proyectos de investigación y con ese motivo quiso convocar todas las áreas de conocimiento, triplicando su presupuesto para ello. Se presentaron 38 proyectos de investigación con apoyo de la Diputación Provincial de Jaén y en este marco nace este proyecto de investigación “Asentamientos rurales de época romana en el sur de la provincia de Jaén”.

“Un proyecto que va a permitir conocer mejor una parte muy importante de nuestro patrimonio, la villa romana de Fuente Álamo, y por otro, nos va a posibilitar conocer en profundidad un amplio territorio de la Sierra Sur. A tenor de los restos que se conservan, tiene mucha potencia arqueológica y parece muy oportuno que este magnífico equipo haya querido profundizar a través de la metodología de georradar, no invasiva”.

Por último, el diputado y edil alcalaíno de Patrimonio ha mostrado su satisfacción “ya que desde el IEG generamos nuevos espacios de conocimiento, una institución que pretende ser el mayor centro de conocimiento de la provincia de Jaén”.

Para el arqueólogo David Expósito, “se trata de un proyecto de investigación que en una primera fase va a desarrollar una técnica no invasiva, reciente, con un análisis con el que podemos conseguir un mapeado del suelo para el que contamos con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid”. La técnica de georradar trata de proyectar impulsos eléctricos sobre el terreno, lo que permite poder visualizar si debajo del terreno, hasta una profundidad de unos 4 metros, existen huellas de origen humano, como estructuras, fosos, rellenos, etc. “Es una herramienta que nos brinda una radiografía del terreno y así poder seleccionar zonas para hacer una intervención en más profundidad, ahorrando costes y tiempo”.

Por último, Carlos Calvo, técnico municipal, ha señalado que el equipo se completará con Esperanza Martín, Isidoro García e investigadores alcalaínos que van a aportar su conocimiento sobre el terreno. “El proyecto se va a acometer en varias fases, y se pretende seguir sobre yacimientos arqueológicos dispersos por todo el término municipal y su entorno”. Calvo Aguilar ha recordado que Alcalá cuenta con casi 90 yacimientos catalogados que se remontan incluso a la Prehistoria.

16 de octubre de 2018

Salen a la luz unas termas romanas en el yacimiento de Lugo de Llanera (Asturias)

Las excavaciones realizadas en el último mes en el yacimiento arqueológico de Lugo de Llanera han dejado al descubierto los restos de un edificio de grandes dimensiones que corresponde a las termas de una estación balnearia del asentamiento romano Lucus Asturum.


El inmueble constaría de cuatro estancias y los restos hallados permiten determinar que entre ellas había una sala calefactada y otra con suelo hidrófugo. El equipo arqueológico dirigido por Esperanza Martín continuará trabajando en la zona hasta finales de semana y ayer recibió la visita del viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez; la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo; el alcalde de Llanera, Gerardo Sanz; y el concejal de Cultura, Alfredo Rodríguez.

«Determinar el tipo de asentamiento es arriesgado, pero sin duda el hallazgo es importante», apunto Martín. No obstante, la arqueóloga lamentó el expolio sufrido en la zona, que hizo desaparecer numerosos restos.

Por su parte, el regidor garantizó que el Ayuntamiento continuará apostando por el yacimiento y contribuirá a hacer posibles más excavaciones. Por el momento, ya ha destinado 15.000 euros. «Este hallazgo marca un punto de inicio para trabajar y confiamos en contar con el apoyo del Principado», señaló.

Por otro lado, durante la jornada de hoy el yacimiento estará abierto al público con visitas a las once y doce de la mañana y a las cuatro y cinco de la tarde. Asimismo, visitarán la excavación los alumnos de sexto de Primaria del Colegio Público de Lugo de Llanera.

19 de septiembre de 2018

La excavación de Lucus Asturum empieza a dar frutos

El equipo que dirige Esperanza Martín encuentra en su primer día de trabajo materiales romanos y medievales en el yacimiento de Llanera (Asturias)
Esperanza Martín, directora de las excavaciones, en una de las zonas delimitadas. FOTO: IMANOL RIMADA
Ayer, a primera hora de la mañana, el equipo de diez arqueólogos y voluntarios que trabajan en la excavación del asentamiento de Lucus Asturum, donde permanecerán durante un mes, ya había encontrado «material romano casi en superficie. Ojalá sea una buena señal». Este material se encontraba mezclado con restos medievales y otros contemporáneos.

Ayer fue el primer día de trabajo en la Castañera, finca a las afueras de Lugo de Llanera. Los estudios previos por georradar y fotografía aérea realizados por Fotoasturias y la Universidad de Oviedo parecían establecer ya la existencia de una estructura de la que, sin embargo, se desconocen su época, tipología y tamaño exacto.

Los trabajos se centran ahora en confirmar la presencia romana y, asimismo, en establecer si Lucus Asturum era un enclave de gran tamaño o la unión de núcleos dispersos. Esperanza Martín, directora de las excavaciones, señaló ayer que «la fotointerpretación de los datos del georradar nos permite establecer una serie de estancias que esperemos que se confirmen. Uno de los mayores miedos de cualquier arqueólogo es que el arado se haya llevado parte de estas superficies», destacó, aunque, de acuerdo con sus estimaciones, habrá que excavar «más de medio metro».

La financiación de los trabajos asciende a 15.000 euros, que proceden de las arcas municipales en su totalidad. Alfredo Rodríguez Iglesias, concejal de Cultura, Deportes y Turismo de Llanera, explicó que «el primer día, el objetivo es la delimitación de los aproximadamente cien metros cuadrados de superficie de excavación». En este sentido se congratuló de que ya hubieran aparecido «bastantes materiales de construcción y alguna cerámica, pero falta saber la cronología».

Recalcó por último que una disciplina como la arqueología «da resultados con el tiempo. Hay que tener paciencia». «Probablemente Lucus Asturum era un emplazamiento importante, pero modesto», concluyó.

(Fuente: El Comercio / Marcos Gutiérrez)

21 de abril de 2016

Primeras excavaciones en la vertiente leonesa de La Carisa

Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Villamanín se unen para realizar las primeras prospecciones arqueológicas en la zona leonesa de la Carisa en busca de un castro romano excepcional que podría ser capital para el futuro turístico de la zona.
Reconstrucción del campamento de La Carisa.
Villamanín se encomienda a la Carisa y al yacimiento romano que se esconde bajo su territorio. El Ayuntamiento cree que esta zona esconde todo un tesoro.

Junta y Ayuntamiento se unen para realizar las primeras prospecciones arqueológicas en la zona leonesa de la Carisa en busca de un castro romano que el edil de la localidad, José Luis García Oblanca, califica como «excepcional». Lo importante, remarca, es que «por fin se van a hacer prospecciones arqueológicas en el campamento romano de la Carisa en la zona de León, en concreto de Pendilla perteneciente al Ayuntamiento de Villamanín».

Las excavaciones darán inicio tras un trabajo previo realizado con una aportación de 6.000 euros realizada por Junta y Ayuntamiento. «Es una inversión que nos permitirá acometer lo que podríamos denominar la radiografía de la zona y a partir de ahí avanzar», ha recordado el edil.

José Luis García Oblanca ha agradecido la colaboración de «la arqueóloga que va a llevar las excavaciones Esperanza Martín Hernández que sin el apoyo de ella y el conocimiento de la zona no se podía haber hecho». Los trabajos de este año comenzarán si el tiempo lo permite en junio y tendrán una duración de 2 meses. En esos trabajo se acometerá el desbroce del campamento, levantamiento topográfico y prospección con metalodetección.

EL CAMPAMENTO
El Campamento romano de La Carisa es un yacimiento arqueológico situado junto a la vía de La Carisa, en el cordal de Carraceo entre los concejos asturianos de Aller y Lena. Tiene un origen romano y probablemente militar, como lo demuestran el medio centenar de objetos encontrados: dos monedas, puntas de jabalina y pilum y algún dardo del tipo del de las balistas.

La vía de la Carisa atraviesa la cordillera Cantábrica de sur a norte a través del cordal de Carraceo, entre los concejos de Aller y Lena. El camino comienza en Pendilla (Villamanín) y transcurre por la cima del cordal, evitando los valles y collados. Su origen es romano y por sus características puede considerarse una vía estratégica desde el punto de vista militar.

Destaca la pervivencia del topónimo Carisa, que la relacionan con el general romano Publio Carisio, legado en Lusitania entre los años 26 a. C. y 22 a. C. que intervino en las guerras contra los Astures. Este topónimo aparece documentado por primera vez en el archivo catedralicio de Oviedo, en una donación a la Iglesia de Oviedo del año 1036 en la que se hacen referencia a diversos lugares de Aller y Lena situándolos «sub monte Carisa».

10 de octubre de 2013

Importantes hallazgos prolongan las excavaciones en La Carisa (Asturias)

Entre el material encontrado hay nuevas piquetas, material bélico y otro tipo de herramientas. El enclave se posiciona como el primer lugar donde los romanos dejaron su huella dentro del territorio que actualmente ocupa Asturias.
Las arqueólogas Elena Quintanal y Esperanza Martín trabajando sobre el terreno.
El Picu L.lagüezos, en la Carisa, guarda una construcción clave para conocer el avance de las legiones romanas hacia Asturias. La campaña de investigación arqueológica que se está desarrollando en el enclave se está prolongado ante la relevancia de los hallazgos y no finalizó el 1 de octubre, tal y como estaba previsto. El equipo ha descubierto nuevo material de origen romano que da más pistas sobre el paso de los romanos por la región.

El enclave fue descubierto en 2010. Fue entonces cuando varios expertos, que viajaban a bordo de una avioneta para elaborar un mapa sobre las guerras de Hispania, visualizaron en el Picu L.lagüezos una construcción circular semienterrada en el alto del monte, que separa el concejo de Lena del municipio leonés de Villamanín.

Los arqueólogos Esperanza Martín y Jorge Camino se dirigieron al Ayuntamiento de Lena y encontraron el respaldo del alcalde, Ramón Argüelles. El regidor pidió apoyo a Aller y Villamanín y los responsables municipales comprometieron una partida para iniciar una investigación. La arqueóloga Esperanza Martín se puso al frente, bajo la coordinación de Camino, y halló evidencias claras sobre el pasado del Picu L.lagüezos. El enclave se posicionó entonces como el primer lugar donde los romanos dejaron su huella dentro del territorio que actualmente ocupa Asturias.

Hacía falta una excavación más amplia y costosa para confirmar esta teoría y la Consejería de Cultura, Educación y Deportes sorprendió a los expertos el pasado mes de agosto. Por primera vez, el Principado se comprometió a financiar una campaña arqueológica en el enclave.

El compromiso de Cultura
Los trabajos comenzaron poco después. En un principio, los arqueólogos buscaban un "agger fossaque" (una muralla con un foso) pero la campaña que se está desarrollando está dando sorpresas. Entre el material encontrado, los arqueólogos avanzan que hay nuevas piquetas, material bélico y otro tipo de herramientas.

El final de la campaña está cerca, pero aún hay mucho por conocer en el enclave. El director general de Patrimonio, Adolfo Asensio, aseguró hace unos días que "la investigación de la Carisa continuará, por su importancia". Reafirmaba así un anuncio que ya había hecho en una visita al Picu L.lagüezos. Por aquel entonces, Asensio aseguró que Cultura tiene varios proyectos para el próximo ejercicio sobre la mesa. Uno de ellos, relacionado con este emblemático enclave.

30 de agosto de 2013

Todo listo para comenzar a trabajar en los enclaves romanos de La Carisa (Asturias)

Es la primera vez que el Principado aporta financiación para investigar los yacimientos de La Carisa. Los arqueólogos tratarán de evaluar con precisión la construcción del asentamiento romano en Picu Llagüezos y relacionarla con el campamento de Curriellos y la calzada romana.
Elena Quintanal y Esperanza Martín durante la última campaña
arqueológica en el Picu Llagüezos. Foto: Fernando Geijo
Los arqueólogos volverán a investigar en La Carisa a mediados de septiembre. La Consejería de Cultura, Educación y Deportes aprobó ayer el documento contable que permitirá hacer frente al proyecto presentado por la arqueóloga Esperanza Martín y que coordinará en la parte científica Jorge Camino, responsable de las primeras excavaciones en la paraje lenense. Los trabajos incluyen prospecciones y excavaciones en el Picu L.lagüezos, el monte que separa Lena del municipio leonés de Villamanín y que guarda el que podría haber sido el primer asentamiento romano en el territorio que ocupa actualmente Asturias. Es la primera vez que el Principado aporta financiación para investigar los yacimientos de La Carisa.


Limpieza previa del entorno
La tramitación ya está lista y solo faltan unos días para que arranquen las labores. Los trabajos previos de acondicionamiento de la zona comenzarán la próxima semana. Los operarios limpiarán el entorno para dejar vía libre a los trabajos arqueológicos, que incluyen una primera inspección con sistemas de posicionamiento de alta precisión. Los expertos localizarán los puntos en los que podrían concentrarse los restos más importantes para esta campaña. El siguiente paso será la teledetección y por último una serie de excavaciones.


Posible continuidad en 2014
Los arqueólogos trabajarán en esta primera fase de la campaña a contrarreloj. El mes de septiembre es el último del año en el que resulta posible trabajar en La Carisa, un enclave que alcanza los 1.500 metros de altitud en algunos puntos. El viento y las precipitaciones empiezan a ser demasiado fuertes con la llegada del otoño. El Gobierno regional no descarta que, tras esta primera toma de contacto, en 2014 pueda habilitarse una partida para seguir con la investigación.


Evidencias del avance romano desde León
El equipo que se desplazará en las próximas semanas a La Carisa está formado por cuatro arqueólogos, que trabajarán sobre el terreno para conseguir evidencias sobre el avance romano hacia el territorio de Asturias. Los expertos comienzan esta nueva campaña con una hipótesis a corroborar: las legiones entraron en Asturias desde León a través de la Vía Carisa y construyeron un asentamiento provisional en el Picu Llagüezos. A cinco kilómetros de distancia, se asentaron con posterioridad en el campamento de Curriellos. Un enclave que, sin que la investigación en Llagüezos haya concluido, parece de mayor envergadura.


Refuerzo de laboratorio
Los arqueólogos tienen por delante la tarea de evaluar con precisión la construcción del Picu Llagüezos y relacionarla con Curriellos y la calzada romana. No será tarea fácil y contarán con un equipo de refuerzo en el laboratorio, dedicado al análisis de restos y la reconstrucción histórica. En total, sin contar con los operarios que desbrozarán el monte, el proyecto de los arqueólogos precisará la implicación de diez expertos en distintas áreas.


Es un proyecto ambicioso, pero no tanto como el que querían en un principio los arqueólogos. Esperanza Martín presentó un primer borrador que más tarde tuvo que ajustar a las posibilidades económicas de la Administración regional. Los responsables del Principado le comunicaron ayer mismo que la tramitación ha terminado y ella ya tiene listas las herramientas para que empiece el trabajo de campo.
(Fuente: La Nueva España / C.M. Basteiro)

20 de marzo de 2013

El yacimiento de la Carisa no encuentra financiación para nuevas excavaciones

La Consejería de Cultura del Principado descarta retomar este verano las investigaciones arqueológicas en el enclave romano del Picu Llagüezos
Las arqueólogas Elena Quintanal y Esperanza Martín buscan restos
en un yacimiento de la Carisa.
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte no tiene previsto financiar ningún nuevo proyecto de excavación en la Carisa. Tampoco encabezará ningún plan para seguir adelante con la investigación, aunque matiza que tampoco tiene en sus manos propuesta alguna de arqueólogos interesados. Estas afirmaciones ponen más difícil todavía la continuación de la investigación en el Picu Llagüezos, el lugar donde una excavación preliminar sacó a la luz una antigua fortificación y restos de «inequívoco» origen romano.

Fortificación romana
Los alcaldes de Aller, Lena y Villamanín, los tres municipios en los que converge la Carisa, encabezaron la última excavación en el enclave. Juntos abonaron 6.000 euros para que un equipo de arqueólogos, encabezado por Esperanza Martín y coordinado por Jorge Camino, iniciara la investigación en el Picu L.lagüezos. Los trabajos comenzaron en verano de 2011 y, una semana después de iniciar la teledetección de metales, la tierra habló. Los expertos encontraron material bélico de origen romano y una moneda -un denario de plata- emitido entre los años 80 y 90 antes de Cristo. Es la moneda más antigua que se ha encontrado hasta el momento en Asturias y, por lo tanto, sitúa a la Carisa como el primer enclave romano en el territorio que actualmente ocupa la región. Los arqueólogos consideran que el Picu Llagüezos alberga una antigua fortificación romana denominada «agger fossaque» pero tendrán que trabajar más en la zona para confirmar esta teoría.

Investigaciones inconclusas
El presupuesto de los ayuntamientos se agotó y los regidores de Aller y Lena, David Moreno y Ramón Argüelles, anunciaron que acudirían al Gobierno regional para buscar apoyo. Hasta ahora, la Consejería de Cultura no ha participado en ningún trabajo relacionado con el enclave. Hubo dos campañas, que finalizaron hace más de un lustro, en las que los arqueólogos descubrieron el campamento romano de Curriellos y el poblado astur-visigodo de Homón de Faro.

Los expertos consideran que la investigación en la Carisa «está inconclusa» y que hace falta un nuevo esfuerzo para conocer el Picu L.lagüezos y su relación con el resto de fortificaciones en el enclave. Los primeros indicios apuntan a que los romanos entraron por el territorio que ocupa actualmente Villamanín y se asentaron por primera vez en el Picu L.lagüezos. El enclave de Curriel.los podría ser posterior, y un asentamiento más firme dentro del avance hacia el territorio asturiano.