google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Edad Media
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19 de enero de 2023

Un desprendimiento en la muralla aflora restos judíos de la Edad Media en Burgos

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales.
El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso.

Un desprendimiento de tierras junto a la muralla de Burgos, en la parte alta del centro histórico, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, ha propiciado el hallazgo de restos de la comunidad judía de la Edad Media de los siglos XIV y XV, entre los miles de fragmentos que se recogieron.

La arqueóloga Fabiola Monzón ha explicado en rueda de prensa que se trata de una zona en la que confluyeron la ciudad medieval, la judería y un recinto napoleónico en la Guerra de la Independencia.

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales. Además de tres pequeños dados de juego elaborados en hueso y balas de mosquetón de la época de la Guerra de la Independencia, aunque no se puede concretar a qué bando pertenecían.

El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso. No obstante, la arqueóloga ha matizado que la mayor parte de los elementos encontrados eran de uso común en la época, por lo que no se puede asegurar que pertenecieran a habitantes de la antigua judería.

21 de octubre de 2015

Documentan una aldea medieval y un convento del S. XVII en La Puebla de Arganzón (Burgos)

Un poblado medieval y un convento franciscano del S. XVII han quedado al descubierto en el valle del río Zadorra. Esos son los nuevos hallazgos que los arqueólogos de la UPV han localizado en las inmediaciones de La Puebla de Arganzón, en el Condado de Treviño (Burgos). Nuevos resultados arqueológicos que ayudan a entender mejor la historia de este entorno.
Sepulturas antropomorfas halladas en el cementerio medieval de Arganzón. FOTO: UPV
Las excavaciones, llevadas a cabo por el grupo de investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la UPV, han descubierto la vieja aldea de Arganzón, de fundación medieval, y un importante convento franciscano fundado en 1615 sobre la una iglesia altomedieval. El antiguo poblado ya aparece mencionado en fuentes escritas a partir del año 801, cuando tuvo lugar en este punto un conflicto armado contra los árabes que "buscaban botín en Álava y Castilla", ha confirmado la UPV.

Años más tarde, en el año 871, fuentes escritas mencionan la iglesia de Santa María de Arganzón, por lo que se considera que Arganzón es una de las primeras aldeas conocidas en el valle del Zadorra, gracias a la documentación medieval. Este documento narra cómo el señor Arroncio dona al monasterio de Acosta varios bienes entre los que se incluye la iglesia de Arganzón, bienes que había recibido en herencia de sus abuelos procedentes de León. Por este motivo, se ha considerado que Arganzón sería un buen ejemplo del proceso de repoblación que habría tenido lugar como resultado de la llegada de colonizadores desde el reino astur-leonés.

REPOBLACIÓN
A pesar de la presencia de Arroncio y de sus ascendentes leoneses, el equipo de investigadores estiman que las aldeas y los pueblos medievales ha seguido un proceso diferente en el valle del Zadorra. Arganzón, situado en la periferia de la ciudad romana de Iruña, fue fundado hacia el siglo VI, tal y como han mostrado las excavaciones realizadas en la zona de La Erilla con ocasión de la construcción del actual trazado de la A-1. «Dicho de otra manera, Arganzón no se formó como resultado de la repoblación llevada a cabo por colonizadores procedentes de otros sectores del norte peninsular en el siglo IX, sino que es el resultado de una iniciativa local precedente», explica Juan Antonio Quirós, director del proyecto.

CEMENTERIO CON TUMBAS ANTROPOMORFAS
Las excavaciones realizadas han permitido, además, reconocer la naturaleza y las características de este poblado altomedieval. En él se ha hallado un amplio cementerio formado por tumbas antropomorfas -sepulturas delimitadas por lajas de piedra y enterramientos realizados directamente en la roca-, que datan de antes del año mil. Los estudios antropológicos han permitido determinar que en el cementerio «estaban enterrados tanto niños como adultos, jóvenes y seniles, varones y mujeres, en definitiva, toda la comunidad de Arganzón», ha explicado el investigador de la UPV.

También se han identificado varias viviendas asociadas a este cementerio, que estuvieron «en uso durante la Alta y la Plena Edad Media». Son estructuras «poco consistentes construidas por zócalos de piedra y con alzados en materiales efímeros». Entre los hallazgos más significativos destaca el descubrimiento de varios silos destinados al almacenaje de cereal.


EL CASTILLO Y EL CONVENTO
A la aldea de Arganzón se sumaron en los siglos siguientes varias construcciones de mayor entidad. Próximo al poblado fue fundado, hacia el año mil, el castillo de Arganzón, aún conservado parcialmente en el estrecho paso atravesado por el río Zadorra. La aldea se mantuvo incluso cuando se fundó, a finales del siglo XII, La Puebla de Arganzón. De hecho, no se abandonó hasta que llegó la Baja Edad Media, aunque la iglesia fue restaurada en los siglos siguientes.

Por otra parte, en 1615 fue fundado el convento franciscano de Nuestra Señora de la Concepción sobre la vieja iglesia altomedieval de Santa María, aquella que donó el señor Arroncio en el año 801. Las excavaciones han permitido recuperar de forma parcial la planta de este monasterio, que incluye una iglesia conventual, un amplio claustro, un huerto y otros edificios anexos. En el interior de la iglesia se han hallado numerosos enterramientos, uno de los cuáles tenía un rosario de hueso en el cuello.

El convento, que estuvo en uso hasta 1834, fue reconstruido y reformado en varias ocasiones, tal y como muestran los distintos muros hallados y los numerosos suelos reparados. También se han recuperado numerosos materiales cerámicos y restos de alimentación, que arrojan luz sobre el estilo de vida de esta comunidad conventual. Durante la batalla de Vitoria y las guerras carlistas el convento fue seriamente dañado, lo que provocó que se abandonase.

El proyecto arqueológico ha sido realizado con el apoyo y la financiación de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, así como con la colaboración del Ayuntamiento de esa localidad treviñesa.

16 de abril de 2015

Las excavaciones en el entorno del Castillo de Burgos sacan a la luz múltiples restos medievales

La primera fase de las excavaciones arqueológicas en el entorno del Castillo de Burgos han finalizado con el descubrimiento de restos humanos y más de 3.000 piezas medievales, entre los que destaca una clave de nervadura gótica policromada.
Los trabajos tendrán continuidad durante los próximos seis meses. FOTO: ÁNGEL AYALA
Durante la presentación de los hallazgos arqueológicos, el alcalde de Burgos Javier Lacalle y la arqueóloga Fabiola Monzón, han destacado la importancia de estos trabajos para profundizar en el pasado histórico de la ciudad y anunciaron la continuidad de los trabajos en las inmediaciones de la fortaleza durante los próximos seis meses.

RESTOS DE LA IGLESIA DE SAN ROMÁN
La segunda fase de las excavaciones se acometerá en el entorno de los sondeos donde se han hallado los restos de la iglesia de San Román, volada durante la Guerra de la Independencia, con el objetivo de detectar los muros perimetrales del templo para delimitar su planta.

La posibilidad de completar la excavación de la iglesia dependerá de la superficie que quede de la misma y de la entidad de los niveles arqueológicos existentes, según se contempla en los análisis previos del proyecto de excavación.

El posicionamiento exacto del templo permitirá ensamblar algunas de las referencias históricas existentes en el urbanismo y topografía local, cuyos vestigios han quedado fosilizados en el subsuelo tal y como han puesto de relieve los sondeos practicados durante las excavaciones.


Además, permitirá aproximarse a las sucesivas modificaciones que ha sufrido el cerro del Castillo de Burgos a lo largo de los siglos, bien fruto de la desaparición medieval, de las construcciones o de las destrucciones francesas o derivadas del propio acondicionamiento del entorno.

OBJETOS DE LA EDAD MEDIA
La primera fase de los trabajos arqueológicos en el entorno del Castillo de Burgos han concluido con el descubrimiento de diversos objetos de Edad Media y del siglo XIX, vinculados a la Guerra de la Independencia.

Entre otros objetos, se han recuperado molduras policromadas y diversos restos de la antigua iglesia de San Román, así como fragmentos de vasijas y restos de cristal que pertenecieron, posiblemente, a las vidrieras del templo.

De la época de la Guerra de la Independencia, se han recuperado algunas monedas y otros enseres característicos de los soldados franceses, entre los que destaca una empuñadura metálica de un espadín del siglo XIX con el relieve de dioses del Olimpo, que posiblemente portase un soldado como trofeo o resultado de una herencia.

Con el objetivo de continuar los trabajos arqueológicos en la parte alta de la capital burgalesa en el futuro, el Ayuntamiento de Burgos desarrollará un plan director que permita incrementar el número de sondeos y excavaciones.

(Fuente: 20 Minutos / Europa Press)

26 de julio de 2013

Hallan restos de una fortaleza islámica de los siglos X-XI en Castelflorite (Huesca)

El primer Curso de Arqueología de Castelflorite (Huesca) que se desarrolla en el yacimiento "El Castillo" ha permitido encontrar restos de una fortaleza islámica de los siglos X-XI, así como una fase posterior de asentamiento cristiano.
Equipo de alumnos que han participado en las excavaciones de Castelflorite.
Foto: Aragón Digital
Así lo afirma su director, Hugo Chautón, quien ha informado del hallazgo de restos estratigráficos de envergadura, además de vestigios estructurales de conjuntos habitacionales junto a las ya conocidas subestructuras de silos y aljibes, ha indicado la Comarca de Los Monegros en un comunicado.

Chautón considera que todavía es pronto para establecer conclusiones definitivas sobre el hallazgo porque en esta primera fase el objetivo era "caracterizar el yacimiento cultural y cronológicamente y definir su estructura morfológica".

En este sentido, ha añadido que se han cumplido todos los objetivos y superado las expectativas, por lo que la idea es reestructurar los turnos previstos para este verano, descansar durante la primera quincena de agosto, y continuar con el resto de turnos hasta la primera quincena de septiembre.

Vigilancia y control "de la Marca"
Según el arqueólogo, dada la estratégica situación del asentamiento, la fortaleza islámica "pertenecería al entramado de vigilancia y control de la marca".
Durante el siglo XIII y XIV, la población ya cristiana descendió al actual pueblo, donde se había construido ya la iglesia y calcula que hacia el siglo XVI este asentamiento "se había abandonado definitivamente".

El arqueólogo ha añadido que, "además de las citadas estructuras ya visibles, se han hallado algunos fragmentos de cerámica islámica" que son valiosos de cara a fijar una cronología.
Respecto a la Edad del Hierro, se han descubierto vestigios muy residuales que podrían constatar una zona de vivienda estacional relacionada con la ganadería en épocas de invierno, ha añadido.

Trabajos que se están realizando en Castelflorite.
Foto: RADIO HUESCA 

El arqueólogo trabaja estos días junto a nueve alumnos en el yacimiento con asentamientos de la Edad de Hierro y de la Edad Media, que tiene en torno a una hectárea de extensión y está catalogado en el inventario de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.
Chautón ha destacado la excelente relación que se ha establecido con Castelflorite y la Comarca de Los Monegros, donde han realizado numerosas excursiones y actividades paralelas de tipo cultural.

Los alumnos son en su mayoría estudiantes de Historia y Restauración procedentes de Canarias, País Vasco, Madrid, Cádiz, Valencia, Guadalajara, Huesca y Zaragoza.
El director del mismo ha anunciado que ya están preparando el futuro de este proyecto ya que en esta primera campaña se han superado las expectativas y alcanzado los objetivos previstos del proceso de investigación.

La próxima campaña se centrará en conocer en profundidad el espacio destinado a las dependencias y habitaciones del asentamiento.

El próximo lunes, 29 de julio, se impartirá en Castelflorite la conferencia titulada "El programa de innovación rural de la comarca de Los Monegros y la excavación de San Miguel Arcángel de la iglesia de Castelflorite", a cargo de José Ignacio Lorenzo Lizalde, arqueólogo y decano del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón.

(Fuente: El Norte de Castilla / EFE)

28 de junio de 2013

Las excavaciones en Sant Pau del Riu-Sec de Sabadell aportan nuevos restos medievales

Además de tres silos de almacenaje de cereal de la época medieval, datados entre los siglos XI y XII se han recuperado un par de regatón de vaina de cuchillo de bronce, algunos elementos de hierro correspondientes a puntas de flecha, parte de una hebilla de bronce de aperos de caballerías, así como varios recipientes cerámicos de uso culinario y piezas de vajilla de mesa decorada de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV.
Las excavaciones están aportando muchos materiales
de los siglos XIII y XIV. Foto Ayto. Sabadell/Jordi Roig.
La última campaña de excavación arqueológica en la zona de Sant Pau de Riu-Sec de Sabadell (Barcelona) ha puesto al descubierto nuevos restos, entre ellos la localización de tres silos de almacenaje de cereal de la época medieval, datados entre los siglos XI y XII y atribuibles a los graneros de la Sagrera eclesiástica de la iglesia románica, según ha informado el consistorio.

También se ha llevado a cabo la excavación arqueológica de los niveles de uso y de abandono de los ámbitos construidos de la granja templaria del siglo XII-XIII, iniciados en el año 2011 y pendientes de terminar, cuyo trabajo en los estratos de abandono ha proporcionado mucho material de los siglos XIII y XIV, correspondiente al último momento de vida de la encomienda templaria, los cuales se suman a los localizados el año pasado.

En el marco de la campaña, se han recuperado un par de regatón de vaina de cuchillo de bronce, algunos elementos de hierro correspondientes a puntas de flecha, parte de una hebilla de bronce de aperos de caballerías, así como varios recipientes cerámicos de uso culinario y piezas de vajilla de mesa decorada con motivos en verde y manganeso, características de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV.

Los hallazgos apuntan a una importante prosperidad económica en este período de casi 200 años de dominio templario del conjunto, confirmándose como la etapa más floreciente de la historia de la parroquia y hasta ahora desconocida.

Las tres instituciones responsables, el Ayuntamiento de Sabadell, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, tienen previsto continuar con las excavaciones en próximas campañas, combinando las prácticas docentes y formativas de los estudiantes con la investigación arqueológica del yacimiento, cuyos trabajos se iniciaron en 2007 a raíz de una operación urbanística.

(Fuente: Europa Press)

14 de enero de 2011

La vida de los caballeros en la Edad Media

En la cadena de vasallaje, propia de la Edad Media, los caballeros ocupaban el segundo escalón, luego del rey, junto a los condes, duques, marqueses, vizcondes y barones.
Eran un grupo privilegiado, el de mayor prestigio social, que habitaba en castillos junto a su señor, y se dedicaba a la guerra. Los castillos eran oscuros y lúgubres y la vida de este sector social era monótona, cuando no estaban en el servicio de las armas.
Los caballeros empezaban trabajando como pajes.
Realizaban en épocas de paz, luchas en torneos, de carácter amistoso, entre caballeros, aunque implicaban mucho riesgo. La caballería alcanzó su desarrollo pleno, hacia el siglo XII, siendo los lugares donde tuvo mayor florecimiento, Inglaterra y Francia.
El ideal de todo miembro de la nobleza era convertirse en caballero, que significaba literalmente combatiente que anda a caballo, pero requería mucho más que eso y la condición de guerrero. Debían cumplimentar un rígido entrenamiento y cumplir un código de honor.
En un principio, se producía su ingreso como paje de un señor, a la edad de siete u ocho años, viviendo con él en el castillo, y aprendiendo los modales cortesanos, y el uso de las armas. Participaba de las cacerías, y alrededor de los quince años, complementaba su instrucción, asistiendo al señor, como escudero en los combates, para luego ingresar a la orden de los caballeros, cuando se demostrara mérito suficiente, que tenía como misión la defensa de los débiles y de la religión, valorando la lealtad, el respeto a las leyes y la palabra empeñada.
La ceremonia de armarse caballero comenzaba con una vela de armas en la iglesia, la noche anterior, y luego se efectuaba la ceremonia propiamente dicha, con una misa de comunión, y la recepción de la espada, espuelas y una cota de malla. Finalizaba con el espaldarazo, golpe que propinaba el señor o el rey al nuevo cabalero en la espalda, con la espada plana.
Para glorificar las hazañas de estos valientes personajes, comenzaron a escribirse en el siglo XII las novelas de caballería, en general, protagonizadas por solitarios héroes que peleaban por su dama. Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) decidió escribir una obra para burlarse de las novelas de caballería, pero su “Quijote de la Mancha” se convirtió en la más famosa obra del género.
(Fuente: La Guía 2000)