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27 de octubre de 2022

Guadalajara, la medina islámica que desplazó a la ‘Complutum’ romana como centro de poder

Las monedas de cobre encontradas en varios yacimientos han arrojado nuevos datos sobre una ciudad que data de finales del siglo VIII y de la que todavía queda mucho por descubrir
El Ataifor de Guadalajara, una pieza de cerámica andalusí aparecida en la ciudad que permite ahondar en el pasado islámico de la ciudad y su entorno Foto: Junta de Castilla-La Mancha

Medio centenar de monedas de cobre han sido clave para que los investigadores hayan podido confirmar nuevos datos sobre el origen islámico de Guadalajara. Y es que el felús, la unidad más humilde del sistema monetario hispano-musulmán, resultó ser un elemento fundamental en el proceso de islamización de la Península Ibérica. Además, estas monedas de cobre, mucho más abundantes que las visigodas, marcaron el inicio de nuevas relaciones sociales o económicas a través de los zocos o mercados.

Ahora se sabe que el origen de la ciudad se remonta, al menos, al periodo comprendido entre los años 780 y 790 y que estaba vinculada al gobierno de los Banu Salim. Era un linaje beréber perteneciente a la tribu de los Masmuda que controlaba el territorio entre Guadalajara y Medinaceli (Soria).

El Museo de Guadalajara guarda una importante colección de monedas islámicas que ronda el medio centenar. “Gracias a su labor se ha podido determinar su procedencia. Todas disponen de su propia referencia topográfica. Se encontraron en yacimientos que son, incluso, anteriores a la propia fundación de la ciudad. Las hay que datan con anterioridad al gobierno de Abd al Rahman I (756-788)”, detalla Manuel Castro, profesor del área de Arqueología de la Universidad de Alcalá (UAH).

Hoy sabemos que desplazó a la urbe romana de Complutum (Alcalá de Henares). “Se creó un nuevo núcleo de poder territorial y urbano: la medina de Guadalajara. Y así sería hasta bien entrada la Baja Edad Media. Las monedas encontradas confirman eso ocurrió muy avanzado en el siglo VIII”, explica Castro.

“El siglo VIII es oscuro en lo histórico, pero sabemos que se fundaron otras medinas como la de Zorita de los Canes, en Guadalajara y Medinaceli, en Soria. Probablemente, ya estarían formadas o en proceso de consolidación definitiva, bajo el gobierno de Al-Hakam I (796-822)”. Lo hicieron, reconoce el investigador, “un poco antes de lo que hasta ahora pensábamos. E incluso antes que Madrid, que se fundó a mediados del siglo IX”.

Wād al-ḥaŷara -el nombre islámico más conocido de la hoy Guadalajara- no fue su primera denominación. En realidad, su nombre fundacional fue Madinat al-Faray.

Esa medina -como la actual Guadalajara- era una zona de paso, pero estratégica, ubicada junto al río Henares. “Sabemos que en la margen izquierda se funda una fortaleza islámica con funciones estratégicas no solo frente a enemigos externos, sino de control de la población y de los recursos interiores de Al-Andalus. Por ejemplo, el cobro de impuestos”.

Guadalajara, la Madinat al-Faray islámica, ciudad de la Marca o Frontera Media, aparece mencionada en las fuentes escritas árabes como centro secundario en relación con Toledo. “Tuvo zoco, un recinto amurallado con torres rectangulares -no necesariamente en el mismo lugar que la actual muralla- y en la segunda mitad del siglo IX fue una de las medinas más destacadas en el centro de la Península Ibérica porque tuvo una importante escuela de ulemas o doctores de la ley islámica”.

Manuel Castro explica además que en el lugar “solían parar las tropas procedentes de Córdoba para iniciar las aceifas o saqueos hacia el norte”.

Ricos yacimientos hasta ahora poco explorados
“La ciudad de Guadalajara es un auténtico yacimiento islámico y de otras épocas. Conocemos relativamente poco”, lamenta el investigador. Cree que “necesitaría un buen proyecto de investigación, al margen de las excavaciones de urgencia, junto a un plan de musealización de algunas áreas de la ciudad y de su entorno”, según propone.

Y es que la ciudad “fue un sitio estratégico por su elevación. Hoy la vemos como la vemos, pero en el siglo VIII su Alcázar, sobre una peña, permitía un control del territorio increíble”.

Si las fuentes escritas han sido importantes para ahondar en el pasado andalusí de Guadalajara, también lo son las muchas, aunque pequeñas, excavaciones realizadas tanto en la ciudad como su entorno en los últimos años y que han ido arrojando nuevos datos.

El arqueólogo alude en particular a la que se llevó a cabo en el año 2000 cuando se construía el túnel de Aguas Vivas, uno de los más importantes enlaces entre el casco antiguo y las nuevas zonas residenciales. “De allí salió una importante secuencia arqueológica que confirmó la ocupación de la ciudad en los siglos VIII y IX, de la que formó parte un singular tesoro de monedas de cobre o feluses”.

Otras excavaciones realizadas en el Real Alcázar de Guadalajara, que hoy es casi una ruina, sacaron a la luz más monedas, en este caso del siglo noveno. “Guadalajara era entonces la referencia urbana más importante de la zona. La siguiente era ya Medinaceli. Al menos hasta el siglo XI y XII. Cuando en 1085 cae Toledo, Guadalajara sigue siendo una plaza importante”.

Actualmente, coincidiendo con las obras del nuevo campus de la Universidad de Alcalá, se han descubierto restos arqueológicos de una necrópolis visigoda y medieval. “Es posible que también haya otros elementos islámicos relativamente próximos”.

El Ataifor de Guadalajara
Manuel Castro acaba de ofrecer una conferencia en el Museo de Guadalajara dentro del ciclo dedicado al recientemente descubierto Ataifor de Guadalajara, en la que reflexiona sobre el origen de la ciudad, a partir de un conjunto de conferencias, como resultado de una reciente exposición en torno a la excepcional pieza de cerámica andalusí, la más importante aparecida en muchos años, localizada durante unas obras en la ciudad.

“Tiene una especial belleza, realizada en la técnica conocida como verde y manganeso, que incluye una figura humana y eso era muy poco frecuente”, señala el arqueólogo. La pieza destaca por la representación de un jinete, algo muy poco frecuente en la iconografía islámica.

6 de septiembre de 2022

Comienza la tercera campaña de excavación en la primitiva Complutum

Hasta el próximo 16 de septiembre alumnos de grado, máster y doctorado de las Universidades de Alcalá de Henares, Complutense y Autónoma de Madrid estarán en el cerro de San Juan del Viso junto a los directores del proyecto, Arturo Ruiz Taboada y Sandra Azcárraga Cámara.
Excavaciones en Primitiva Complutum
Nueva intervención para desenterrar el origen de Alcalá de Henares. En lo alto del cerro de San Juan del Viso en Villalbilla, bajo un campo de cereal, se encuentran los restos arqueológicos de la primitiva ciudad de Complutum. Este año los trabajos se iniciaron con el vuelo de dron realizado en el mes de junio y estas dos semanas de excavación van a servir para ampliar los datos que el georradar proporcionó el año pasado. La campaña consistirá en ampliar la superficie de dos sondeos ya comenzados en 2017 y 2018 y en abrir uno nuevo para tratar de localizar la calle principal romana que atravesaría la ciudad en dirección Noroeste-Sureste.

Como explica la arqueóloga y responsable del proyecto, Sandra Azcárraga, en total el dron tomó 4.800 fotografías que han permitido elaborar un modelo 2D y 3D de las 30 hectáreas del yacimiento. Lo más destacado de estos resultados es que las imágenes obtenidas tienen una mayor resolución que las fotografías aéreas que se han utilizado todos estos años. “Ahora, prácticamente, se pueden contar las piedras de cada edificio”, señala Azcárraga.

Al igual que en campañas anteriores, el equipo ofrecerá una jornada de puertas abiertas para todos los ciudadanos interesados que tendrá lugar el domingo, 18 de septiembre, por la mañana. Además, en esta ocasión, la Asociación de recreación histórica Ab Urbe Condita participará en el evento.

6 de agosto de 2018

Arqueólogos por un día en la ciudad romana de Complutum

Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Alcalá de Henares organizan durante los meses de julio, agosto y septiembre los talleres "Arqueólogos por un día", que permite a chicos y grandes trabajar en un yacimiento arqueológico recreado en el entorno de la ciudad romana de Complutum. Hay unas 3.000 plazas, y ya están casi todas ocupadas.  La actividad también se extenderá a Hoyo de Manzanares.
Los participantes en el taller desentierran materiales en la excavación  Foto: ÁNGEL NAVARRETE
Ponerse en la piel de un arqueólogo y desenterrar tesoros de la antigüedad es un sueño para muchos niños. La ciudad romana de Complutum, origen de la actual Alcalá de Henares, ofrece este verano la posibilidad de hacer este sueño realidad en Arqueólogos por un día, una actividad en la que pequeños y mayores trabajan en una excavación recreada y son enseñados a utilizar las técnicas de estos expertos, desde cómo desenterrar las piezas sin perder la información que facilita la tierra hasta su posterior tratamiento en el laboratorio.

El taller, que es gratuito y está organizado por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Alcalá, se ofrece los meses de julio, agosto y septiembre, y tiene unas 3.000 plazas disponibles, la gran mayoría ya ocupadas. Veinticinco fueron los chavales que asistieron el pasado jueves 19 de julio, y que confirmaron, tras tres horas de trabajo con cubos y arena, que la arqueología «mola». «Es la segunda vez que vengo», señalaba Nico, de seis años, que esta vez acudía con sus hermanos. «A mí me encanta la historia y quiero ser arqueóloga», contaba Laura, de 11 años, para la que la experiencia era «la prueba de fuego» para confirmar esta vocación.

Y no defraudó. Tras una rápida visita a la ciudad romana y a la Casa de los Grifos -conocida por sus muestras de pintura mural- los niños pudieron ponerse manos a la obra y comenzar a trabajar en el yacimiento, en el que debían desenterrar las piezas ocultas en la tierra, para lo que se les hizo entrega de una brocha, un recogedor y un cuadernillo. Los más espabilados no tardaron en encontrar el tesoro:«¡He encontrado un cráneo!», exclamó Nico, de seis años, uno de los primeros en cantar bingo. «Seguro que era de los árabes», añadió. Sarah, de 11 años, desenterró una mano con un anillo y Javi, de 13, un cuerno.

Una tarea para la que contaron en todo momento con las instrucciones de los guías, que se enfrentaron a la difícil misión de explicar a niños «un proceso tan largo y meticuloso» como el del arqueólogo, algo que, para el responsable de la actividad, Diego Martín Puig, es «todo un reto». «¡Cuidado al sacar las piezas!», señalaba Martín, ante las prisas de algunos chavales por hacerse con los objetos. «La tierra hay que tratarla con cuidado, que nos aporta mucha información», explicaba.

Además de los restos humanos y animales, que fueron los que más entusiasmaron a los niños, el yacimiento escondía cerámica, mosaicos, joyas y adornos, todos recreaciones de objetos romanos. Una vez desenterrados, los participantes debían identificarlos y dibujarlos en un cuadernillo, para lo que contaron con la ayuda de sus padres, que, siempre dejando el protagonismo a los pequeños, supervisaban todo el trabajo. «Trabajar en equipo es uno de los pilares de esta actividad», explica Martín. «Que padres e hijos vengan juntos al taller crea un vínculo muy especial entre ellos», añade.

Del yacimiento los niños eran trasladados al «laboratorio», en el que se les explicaba el trabajo de restauración, siglado y clasificación de las piezas. «Esta es una actividad 360 grados, que abarca todo el proceso que lleva a cabo el arqueólogo», señala. «Se busca que los chavales interioricen la meticulosidad del trabajo en una excavación », pero que también «se diviertan».

De hecho, «aquí pueden tocar las piezas y utilizar instrumentos reales», algo que no suele pasar en un museo, en la que los chavales «se limitan a mirar», explica. Tan bien se lo pasan que muchos repiten: este año, por primera vez, podrán hacerlo en Hoyo de Manzanares, donde, ante el éxito de la actividad, se ha dedicido iniciar otro taller arqueólogico en septiembre.


"Conocer el patrimonio desde pequeños"
Además de la diversión, Arqueólogos por un día tiene una finalidad didáctica, y busca que los chavales se «enganchen» con el patrimonio, un legado que es necesario «que conozcan desde niños» y que sientan «que les pertenece». «Es bueno que los niños sepan que si encuentran algo en el campo pueden llevarlo a las autoridades para que sea trasladado a un museo y disfrutado por todos», afirma Paloma Sobrini, directora de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.

Generar vocaciones, y fomentar el conocimiento de nuestros antepasados entre los más pequeños, es otro de los objetivos del taller, algo que, según su organizador, se consigue. «Muchos niños se van diciendo que van a ir a museos y que quieren saber más de los romanos», relata. Otros este entusiasmo ya lo traen de casa, y desde muy pequeños tienen claro que la historia y la arqueología es lo suyo. Es el caso de Javi y Miguel, dos hermanos de 13 y 10 años de Alcalá de Henares. «El mayor quiere ser paleontólogo y el pequeño arqueólogo», explica su madre, que este verano se los lleva de viaje a Egipto. «Lo de Javi es increíble:con tres años ya se sabía todos los nombres de los dinosaurios en latín», añade.

La actividad concluía con la entrega de un diploma a los niños, que se marchaban a casa entusiasmados y con ganas de repetir. También con la pena de no poder llevarse «el trofeo» desenterrado a casa. Y es que, como sucede en la vida real, las piezas son enviadas después del taller a un depósito común, pasando a formar parte de «un patrimonio que nos pertenece a todos».

8 de agosto de 2017

Colecta para excavar en el asentamiento prerromano de Complutum

Un grupo compuesto por la arqueóloga Sandra Azcárraga; el director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Enrique Baquedano; el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Gonzalo Ruiz Zapatero; y el también profesor de la UCM, Arturo Ruiz Taboada, ha iniciado una colecta para hacer excavaciones en el asentamiento prerromano que hay en el entorno de la ciudad de Complutum, en Alcalá de Henares.
Casa de los Grifos de la ciudad romana de Complutum, en Alcalá de Henares. (Foto: Ayuntamiento de Alcalá de Henares).
Así lo ha explicado Sandra Azcárraga, que al tratarse de una iniciativa particular, están recaudando dinero para pagar “comidas y seguros” a los estudiantes universitarios que quieran hacer “prácticas y colaborar” en el yacimiento. “Cuanto más dinero tengamos más trabajos podremos hacer. Si cubrimos gastos podremos hacer análisis de muestras de carbono 14 o estar más días”, ha indicado.

Hasta hoy se han recaudado 1.400 euros. El grupo ha situado el objetivo mínimo en los 2.400. “Algunas instituciones sí nos apoyan, cediéndonos material o con donaciones”, ha reseñado Azcarraga, que también ha relatado cómo comenzó esta propuesta de excavación.

PRIMITIVA COMPLUTUM
El entorno en el que comenzarán los trabajos arqueológicos es el el del Cerro de San Juan del Viso, en Alcalá de Henares. “La primera ciudad de Complutum, la primitiva, fue construida en lo alto del cerro”, detalla Azcárraga, que ha explicado que el asentamiento romano se trasladó a la parte de abajo, la nueva Complutum.

Aunque se ha investigado más la Complutum más reciente, Azcárraga cuenta que descubrió el plano de la ciudad antigua dibujado sobre el cereal de lo alto del cerro mientras consultaba una imagen aérea del Instituto Nacional Geográfico para su tesis doctoral. “Se pueden distinguir todas las líneas que marca la traza de la Complutum original”, ha señalado la arqueóloga.

Esta primera Complutum dio origen a lo que hoy es Alcalá de Henares. Lo que se va a investigar es un asentamiento prerromano que existe en lo alto del cerro, frente al que los romanos instalaron su campamento que daría paso años después a Complutum. “El campamento puede ser de la época de César, año 40 a.C., y la ciudad se construiría entre finales de la República e inicios del Imperio, entre los años 40 a.C. y 60 d.C.”, ha señalado.

ORIGEN CARPETANO
El asentamiento prerromano era carpetano, según ha apuntado la arqueóloga, que se ubica en un terreno del Ministerio de Defensa que ha autorizado las excavaciones. El resto de la Complutum original se asienta sobre un terreno de un privado para el que no han conseguido permisos.

Azcárraga asegura que la excavación no está vinculada a una universidad porque ella está ahora empleada en la administración municipal y las cosas “se han precipitado”, porque no contaba con recibir los permisos para excavar este año. Gracias al estudio de imágenes aéreas, se han detectado ya ruinas de antiguos edificios. “Lo que vamos a abrir es en teoría el asentamiento prerromano”, ha indicado.

INCENTIVOS
Para incentivar la financiación del proyecto, Azcárraga ha señalado que hay una serie de recompensas, que varían en función de si se colabora con 10 o con 200 euros. Por 25, por ejemplo, se obtiene el agradecimiento expreso del grupo de arqueólogos a través de sus plataformas de difusión, una visita guiada al yacimiento, y un artículo en PDF sobre los descubrimientos.

En su web, Primitiva Complutum, el grupo de arqueólogos ha defendido que colaborar es “una oportunidad única de ser partícipe del crecimiento de uno de los yacimientos más importantes de la Comunidad de Madrid” y también de invertir “directamente en cultura, un sector tan necesitado de ayudas como necesario para el crecimiento y desarrollo de nuestra sociedad”.

13 de febrero de 2014

Hallan la primera ubicación de la ciudad romana de Complutum al suroeste de Alcalá de Henares (Madrid)

Complutum, la antigua ciudad romana sobre la que hoy se levanta Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid, no siempre estuvo ahí, sino que su primera ubicación fue el Cerro de San Juan del Viso, unos terrenos que a día de hoy son un campo de cereal bajo el que se conservan intactos los cimientos de la urbe que ocupó 30 hectáreas y albergó a 10.000 personas. 
Cerro de San Juan del Viso donde se ha localizado la primera Complutum romana. Foto: Sandra Azcárraga.
En una entrevista, la arqueóloga Sandra Azcárraga explica que el hallazgo, que ha sido posible gracias a la fotografía aérea, no deja lugar a dudas, ya que en las imágenes se pueden ver "todas las trazas del urbanismo de la planta de la ciudad romana más antigua de la Comunidad de Madrid perfectamente delimitadas", con las calles distribuidas en un diseño "muy cuadriculado" e incluso los lugares donde se levantaron el teatro, las termas y el templo.

Esta arqueóloga, que compara este descubrimiento con el de la ciudad italiana de Altinum en 2009, el cual también fue posible gracias a la fotografía aérea, destaca que éste es un hallazgo único en España, porque se trata "de una ciudad completa, conservada y con edificios públicos". 

Ortoimagen de IGN y su fotointerpretación. Foto Sandra Azcárraga.
Vía: Mediterráneo Antiguo
TRASLADO DE LA CIUDAD PIEDRA A PIEDRA
La primera Complutum, según las investigaciones de Azcárraga, se fundó en el Cerro de San Juan del Viso, a unos kilómetros de su ubicación actual, sobre el año 40 antes de Cristo y ocupó 30 hectáreas, en las que llegaron a vivir 10.000 personas, hasta el año 60 después de Cristo. Esta ciudad fue trasladada piedra a piedra apenas un siglo después de su fundación a las orillas del Henares, donde se encuentra a día de hoy, si bien algunas cosas no se pudieron mover, como los cimientos y las calles pavimentadas, por lo que estos restos son los que se pueden vislumbrar bajo el cereal, gracias a las fotografías aéreas. 

Azcárraga explica que en las zonas donde se encuentran enterradas las calles de la ciudad, el cereal crece más bajo porque las raíces no pueden penetrar en la piedra, y este crecimiento menor es reconocible en las fotografías aéreas e incluso a pie de campo, donde las diferencias de altura se aprecian a simple vista, pero que no se darían si en vez de cereal creciera simplemente la hierba.

Gracias a esta huella de la ciudad que permanece en el tiempo, las fotografía aéreas permiten observar la traza de las termas, la ubicación donde posiblemente estuvo la puerta monumental de la ciudad e incluso la planta de algunas domus romanas, con el patio interior y las habitaciones distribuidas a su alrededor. 

Detalle del teatro de Complutum. Foto: Sandra Azcárraga.
Vía: Mediterráneo Antiguo
TEATRO ROMANO
Con todo, el edificio más singular es el teatro, con un aforo para 2.000 personas y 40 metros de diámetro, que se vería desde el valle del Henares y que, probablemente, para su construcción se aprovechó un desnivel del terreno o se hizo el hueco en la tierra para usar las laderas como graderío. Por ello, Azcárraga asevera que, si se hicieran excavaciones en esta zona, se comprobaría que este teatro romano, el cual se convertiría en uno de los más antiguos de España, se conserva en buenas condiciones.

La arqueóloga ya ha remitido un proyecto a la Dirección General de Patrimonio solicitando la excavación de estas tierras, un extremo que ve difícil, ya que todo el Cerro de San Juan del Viso, que en total son unas 70 hectáreas, son propiedad privada, de un agricultor que es quien siembra el cereal que ha permitido el hallazgo.