google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Cartagena de Indias
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31 de agosto de 2018

Nace un Observatorio que denunciará el expolio de los galeones

Un nuevo Observatorio vigilará con el respaldo de grandes especialistas de toda Iberoamérica el futuro de los galeones acosados en muchos mares del mundo, en ocasiones con el permiso de algunos gobiernos, por empresas cazatesoros. La página web es observatoriogaleones.com y en ella se darán a conocer denuncias de malas prácticas que ponen en peligro el patrimonio común que suponen los restos de las naves que hicieron posible la primera globalización.
Ponentes del seminario internacional "El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología", celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional. FOTO: MAYA BALANYA
Arqueólogos, historiadores, juristas y divulgadores decidieron en un simposio celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional, poner en marcha esta iniciativa para señalar los proyectos como el del galeón San José, hundido en 1708 en Cartagena de Indias, que el gobierno Colombiano ha querido realizar con empresas de cazatesoros para vender la mitad de la carga y sin respetar los restos de 600 marinos españoles. Llamado oficialmente «Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido» comienza denunciando que todo rescate «que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible» y a las empresas que participen se les negará el calificativo de «industria cultural».

El pasado 11 de julio, ABC y Espejo de Navegantes reunieron en el Museo Arqueológico Nacional a especialistas de cinco países: Colombia, México, Portugal, Estados Unidos y España, en un seminario en defensa del galeón San José. Los participantes firmaron un manifiesto que ahora se extiende como iniciativa a todos los que quieran suscribirlo. En la web del observatorio puede dar su apoyo a la iniciativa.

El texto completo al que se dio lectura en el seminario “El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología” el pasado 11 de julio en el Museo Arqueológico Nacional dice así:


MANIFIESTO PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL SUBACUÁTICO COMÚN Y COMPARTIDO
1.- Desde hace algunas décadas, los mares y océanos del planeta ya no son los guardianes invulnerables de nuestra historia sumergida. Vivimos una catástrofe cultural sin precedentes por la destrucción de un registro histórico importantísimo con fines comerciales desde que algunas empresas se han dotado de una tecnología capaz de alcanzar los yacimientos arqueológicos subacuáticos a casi cualquier profundidad para explotarlos.

2.- Organizadas esas empresas en diferentes configuraciones internacionales los académicos y las instituciones científicas denuncian desde hace años operaciones de rescate comercial que han impedido el estudio o la excavación arqueológica, con los más altos estándares, de importantes yacimientos de nuestro pasado común. Defendemos lo que representa el patrimonio. Queremos contribuir a que se escriba la historia a través del patrimonio material de los pecios.

3.- A pesar de iniciativas concretas de mayor o menor impacto, acuerdos o procesos judiciales, los Gobiernos de nuestro hemisferio iberoamericano han demostrado incapacidad al organizar una respuesta coordinada y eficiente a este desafío global y el resultado ha sido que está en marcha una forma de dominación tecnológica del medio marino por la ambición de estas empresas, que además compromete la seguridad y las relaciones amistosas entre Estados, algo que hemos visto ya en casos recientes como la fragata Mercedes o el galeón San José. Constatamos que, desgraciadamente, faltan ejemplos de buenas prácticas.


4.- Creemos que nuestras sociedades, abiertas y democráticas, tienen a mano herramientas que aún no han sido utilizadas para defenderse de estos hechosen apoyo de la legislación internacional y la cooperación científica. Y que las agresiones contra importantes yacimientos de nuestra historia compartida han permitido que emerja una conciencia capaz de movilizar nuevos ámbitos de respuesta. El referente que proporcionan la Unesco y los principios de la inmunidad soberana, junto con el resto del ordenamiento jurídico de protección del Patrimonio Cultural Subacuático, merecen ser tenidos en cuenta con una nueva visión de conjunto, de patrimonio común y compartido que supere las limitaciones de la gestión activada hasta ahora por las naciones afectadas.

5.- Los que apoyamos este observatorio somos científicos escritores, arqueólogos, abogados, ciudadanos de este tiempo con el deseo de que la investigación arqueológica e histórica tenga la posibilidad de poner en manos de la sociedad el conocimiento del pasado común y las claves para nuestra cultura que permanecen en los pocos yacimientos que permanecen inalterados. Queremos aprovechar las oportunidades para crear vínculos que tendrían los proyectos de investigación sobre este delicado patrimonio y la posibilidad de generar un relato sobre nuestra historia común que ayude a superar las limitaciones e incomprensiones hasta ahora presentes en el marco de las historias nacionales.


6.- El desafío que tenemos ante nosotros es global porque la historia que compartimos las naciones que alguna vez formaron parte de los territorio de la Monarquía Hispánica es la de la primera globalización. Ha llegado la hora de ayudar con acciones concretas a la preservación y el estudio activo de un patrimonio que la mera conservación «in situ» ya no puede proteger. Por eso hemos creado este Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido.

Por todo ello, afirmamos:

1.- Cualquier planteamiento que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible. Sabemos que este principio no ha sido todavía asumido por la totalidad de los países donde descansa patrimonio subacuático de los barcos de la Época Moderna de origen iberoamericano. Las empresas cazatesoros o rescatadoras que proponen una arqueología con fines comerciales no deben considerarse como parte de la industria cultural. La labor de extracción comercial de restos arqueológicos no tiene nada que ver con la arqueología y carece de prioridades científicas. Observamos que mercado y cultura jamás habían llegado a tan profunda contradicción.

2.- El patrimonio subacuático de origen hispánico ha sido el objetivo principal de la industria cazatesoros internacional por la presencia de cargas preciosas en los yacimientos. Proponemos soluciones específicas que le garanticen la misma protección de que disfruta el patrimonio subacuático de diferentes orígenes culturales. Proponemos la creación de una nueva categoría de bienes que con el título de «patrimonio cultural común subacuático hispánico o iberoamericano» permita el estudio, conocimiento, investigación y preservación para el reencuentro de nuestras sociedades, de estos bienes de los que ostentan la titularidad directa en nombre de la humanidad, sobre las bases de la ciencia, la cooperación y la cultura.

3.- Solicitamos la creación de un capítulo específico regional dentro de la cooperación Americana, Asia Pacífico, África y para toda la Unión Europea dentro de su Política Marítima Integrada relativo a la protección del patrimonio cultural subacuático y a la arqueología subacuática.

4.- Solicitamos que los restos arqueológicos extraídos por medio de metodología no científica y, en cualquier caso contradictoria, a los previstos de forma anexa en la Convención de la UNESCO 2001, sean considerados actos de expoliación con los efectos previstos en derecho para los mismos. Que la expoliación cultural de los fondos marinos sea asimilada a la piratería por causar deliberadamente un resultado irreparable, configurando una actividad claramente enemiga de toda la humanidad.

5.- Solicitamos que la comercialización de bienes culturales extraídos del océano sin acreditación de su origen y legalidad sean considerada tráfico ilegal de bienes culturales. Que, asimismo, los mercados públicos se cierren a las empresas que cooperen conscientemente con compañías cazatesoros.

6.- Expresamente respaldamos la toma en consideración del principio de inmunidad soberana de los buques de Estado históricos, priorizando también las contribuciones culturales históricas y artísticas de los países de origen y sus comunidades, siempre que responda a la estrategia de protección de ese patrimonio cultural y que en todo caso se preservará el carácter común de ese patrimonio subacuático de conformidad con los mecanismos de cooperación de derecho internacional en materia de cultura.

7.- Invitamos especialmente a los periodistas e informadores iberoamericanos a que rechacen el lenguaje que proponen las empresas cazatesoros, que supone una importante batalla por la dignidad del patrimonio común. No existen solo tesoros en los yacimientos, hay que poner en primer plano la historia y el contexto de los mismos. Que hablen los arqueólogos: la tecnología, por asombrosa que resulte, no convierte por sí sola un rescate en algo científico. Extendiendo una visión meramente comercial de los yacimientos se llega a favorecer la impunidad del expolio.

8.- Pedimos a los Gobiernos que destinen fondos y medios suficientes para garantizar una respuesta arqueológica al desafío global de la destrucción del registro histórico de las máquinas y bienes que hicieron posible la primera globalización y su importantísimo patrimonio. Creemos que debe preservarse el principio de libre investigación, garantizarse el carácter abierto a la cooperación y a la accesibilidad científica y no discriminatoria de los pecios, siempre bajo la sujeción a los principios anexos de la Convención UNESCO 2001.

9.- Solicitamos que las autoridades responsables de las políticas educativas incorporen en los planes de estudio de la infancia y la juventud los vínculos históricos que el mar representa en la conformación de las sociedades hispánicas e iberoamericanas. Y que las Universidades posibiliten una formación especializada en arqueología subacuática asumiendo el protagonismo que les corresponde en ese ámbito, con un horizonte de cooperación internacional entre instituciones por el que la sociedad civil descubra nuevos caminos a los Gobiernos.

10.- Proponemos que se tomen las decisiones necesarias de cooperación cultural en el ámbito iberoamericano para emprender la excavación conjunta y multinacional de un galeón, primer vehículo de navegación oceánica en al historia. No hay ninguna razón para que se posponga un desafío colectivo como este que ofrezca un ejemplo de cooperación e investigación científica internacional y cierre las posibilidades a los proyectos comerciales en curso en diferentes países.
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21 de julio de 2015

Hallan los restos de un buque hundido por Blas de Lezo en la resistencia de Cartagena de Indias (Colombia)

El pecio es parte de los cuatro navíos que el "Mediohombre" hundió en el canal de Manzanillo durante el asedio a la ciudad por parte de la armada británica en 1741.
La heroica defensa de Cartagena de Indias frente a la poderosa armada británica de Vernon.
Arqueólogos colombianos descubrieron los restos del que podría ser un buque mercante del siglo XVIII hundido por el marino español Blas de Lezo en 1741 para intentar bloquear el acceso de los ingleses durante el sitio a Cartagena de Indias, según explicaron este domingo los investigadores.

El descubrimiento consiste en un cañón y varios trozos de madera que forman parte de "un patrón que permitiría deducir que todas las maderas y las estructuras pertenecen a un solo barco", explicó el profesor de Arqueología de la Universidad Externado de Colombia y director de la Fundación Terra Firme, Carlos del Cairo H. El pecio, al parecer es parte de los cuatro navíos que el Mediohombre, como se le llamaba a Blas de Lezo por las numerosas heridas sufridas en batalla, hundió en el canal de Manzanillo durante el asedio a la ciudad por parte de los corsarios ingleses comandados por el almirante Edward Vernon.

PARA HACER ENCALLAR LOS BARCOS INGLESES
El almirante Blas de Lezo, dentro de su estrategia de defensa de la ciudad, hundió al menos seis buques de guerra más en los canales de Bocachica y lo que hoy se conoce como Castillo Grande para que los agresores encallaran sus naves en su intento de tomar la ciudad. "El cañón que encontramos está clavado, es decir inutilizado; estudiando las características del cañón pareciera que hubiera sido inutilizado, por lo que nuestra hipótesis es que podría haber sido parte del lastre del barco", indicó Del Cairo.


Pese a que el cañón no se pudo intervenir pues en Colombia no se cuenta con la infraestructura adecuada para hacerlo, Del Cairo dijo que "es de hierro y estamos apenas en la caracterización tipológica que nos permite pensar que es de origen español". "Creemos que es un cañón de seis libras, es decir que permitía disparar balas de hasta seis libras", agregó. 


CUARENTA DÍAS DE EXCAVACIÓN SUBMARINA
Del Cairo dijo que el pecio presenta alteraciones porque en las labores de dragado que se realizaban antiguamente para profundizar el canal nunca se presentó "un plan de manejo arqueológico que por ley (hoy) deben hacer las empresas que van hacer una intervención ya sea en agua o de tierra que implique remoción de tierras". "Este es un sitio que como fue removido está alterado, es decir está desencajado, desmembrado y tenemos muy pocas piezas, que están dispersas", subrayó. 

En la excavación submarina, que duró 40 días, participaron además de los arqueólogos colombianos, profesionales de Argentina, Uruguay y Chile, así como un arquitecto de México, un arquitecto naval argentino y una experta en conservación de material arqueológico sumergido de España.

COORDENADAS EN SECRETO
Por los "elevados costos" que implica el tratamiento y la conservación del cañón y las maderas encontradas si se sacan del agua, se optó por reubicar el naufragio en otro lugar del fondo de la bahía y así protegerlo del dragado que se realizará del canal de Manzanillo, manifestó Del Cairo. Las coordenadas de la ubicación exacta del naufragio se mantienen en secreto para evitar posibles saqueos a manos de piratas modernos y cazadores de tesoros.
(Fuente: Europa Sur)

24 de abril de 2010

Blas de Lezo: el gran olvidado de la Historia de España

Tres siglos después de la derrota más grande y menos conocida del imperio británico, un grupo de ingenieros españoles llegaron a Cartagena de Indias, Colombia, para cumplir con la última voluntad del hombre que logró tal hazaña: el comandante Blas de Lezo, conocido como "Medio hombre" porque era manco, tuerto y tenía una pierna de palo.

En una de las murallas de la ciudad, han colocado una placa que reza: “Aquí España derrotó a Inglaterra y sus colonias”. “Con sólo 3.000 hombres y su ingenio, Lezo derrotó una armada de unos 25.000 hombres, más 4.000 hombres traídos de Virginia por Vernon, medio hermano de George Washington.
Sin embargo, la historia se olvidó de él. En su testamento pedía que un grupo de españoles pusiera una placa para no olvidar aquella victoria. A eso hemos venido”, comenta a BBC Mundo Javier Rodríguez Zunzarren, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Valencia y artífice de esta “misión histórica”.

Grupo de ingenieros valencianos que cumplieron la última voluntad de D. Blas de Lezo.



El ataque inglés (14 de marzo de 1741) tenía como fin partir las colonias españolas y, de haberlo conseguido, seguramente hoy buena parte de Suramérica hablaría inglés y no español. “El almirante Edward Verton reunió la flota más grande de la historia (186 navíos, 60 navíos más que la Armada Invencible de Felipe II), sólo superada por el desembarco en Normandía en la Segunda Guerra Mundial. “Los ingleses acuñaron monedas celebrando la victoria antes de la batalla”, explica a BBC Mundo el historiador y periodista Fernando Díaz Villanueva. Allí les esperaba Blas de Lezo, un marino cosido de cicatrices, una leyenda de los mares que atemorizaba a los ingleses.

Oriundo de un pequeño pueblo vasco, Pasajes, Medio hombre había dejado su propia carne en sendas batallas contra Inglaterra desde que tenía 12 años, en la Guerra de Sucesión, cuando él mismo se amputó la pierna después de que un cañonazo se la destrozara. Luego vendrían varias cuchilladas, el muñón de su mano derecha y una esquirla que le reventó un ojo. “Era Medio hombre pero era muy buen estratega. A las balas de cañón les ataba una cadena para luego abordar los barcos”, comenta a BBC Mundo, Federico Vidal, otro de los ingenieros que ha cruzado el charco para conocer el escenario de la batalla.

La Cartagena del siglo XVIII era un puerto cosmopolita, abigarrado de palacetes e iglesias y con una serie de defensas estratégicas que la convertían en la plaza mejor fortificada de América. Entre ellas el pétreo e inexpugnable Castillo de San Felipe delante del cual hoy se alza la solitaria estatua de Lezo. “Blas de Lezo ordenó que cavaran una zanja alrededor del castillo. Así las escaleras de los ingleses se quedarían cortas y la artillería podría aprovechar para atacarles”, agrega Vidal.

A esas alturas de la batalla, Cartagena era una gran humareda por los cañonazos de Vernon. Sitiada y sin alimentos se esperaba lo peor. Sin embargo, el plan de Lezo empezaba a dar resultados. Un ejército de harapientos y famélicos estaba doblegando a la armada inglesa. La peste, que crecía entre las montañas de cadáveres y el pegajoso sol del Caribe, se encargaría del resto.

Prohibido hablar de la derrota

A pesar del desproporcionado combate, la batalla y Blas de Lezo han sido diluidos por la historia. “Fue tan humillante la derrota inglesa que el rey Jorge II prohibió hablar de ella o que se escribieran crónicas alusivas al hecho, como si nunca hubiese ocurrido. A ello hay que sumarle que en los siglos posteriores tampoco se le dio trascendencia en España porque suponía reivindicar el nacionalismo español”, comenta Díaz. Quizás eso explique que casi tres siglos después un grupo de españoles quiera cumplir la voluntad de Lezo.

“Es increíble que esta historia no se conozca más. Lo primero que ves en Trafalgar Square en Londres son los leones que se hicieron con el hierro fundido de la Armada Invencible española. En el caso de Lezo no hay nada de tal envergadura que conmemore la victoria”, señala a BBC Mundo el también ingeniero y presidente de la Fundación Invate, Javier Turégano Gómez.

Al poco tiempo de la batalla, Blas de Lezo murió asfixiado por la peste. Pocas personas asistieron a su entierro porque el Virrey de la ciudad lo prohibió. Nunca estuvo de acuerdo con sus estrategias y sus métodos.

Su victoria y su existencia parecían conjuradas por un maleficio pero su leyenda se ha ido abriendo paso como una hiedra entre los siglos. Algunos guías turísticos cartageneros suelen subrayar que cuando el almirante Vernon se alejaba de la bahía con su armada destrozada le gritaba al viento una frase: “God damn you, Lezo! (¡Que Dios te maldiga Lezo!)”.