google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Barreiros
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25 de enero de 2016

El Carbono-14 revela que el yacimiento de A Roda se construyó hace 3.700 años

El pasado verano se documentó el sistema constructivo de este yacimiento de Barreiros (Lugo) y como resultado de los análisis radiocarbónicos se ha fijado el momento de la construcción del yacimiento en el Bronce Medio. La Dirección General de Patrimonio avanza que tiene previsto promover un proyecto integral de conservación
El arqueólogo Ignacio Senín con la concejala Adela Rodríguez en el yacimiento. FOTO: LA VOZ DE GALICIA.
La Dirección General de Patrimonio aseguró que tiene previsto elaborar un proyecto integral de conservación del yacimiento de A Roda, en Barreiros (Lugo), sobre el que el pasado verano llevó a cabo una serie de trabajos arqueológicos que, según la Consejería de Cultura, «permitieron la limpieza y retirada de vegetación de la excavación arqueológica, así como la realización de sondeos en una estructura circular que la define. Entre otros aspectos se ha documentado el sistema constructivo y, como resultado de los análisis radiocarbónicos se ha fijado el momento de la construcción del yacimiento en el Bronce Medio (siglos XVII e XVI a. C.)».

Esta intervención, que financió Cultura con 9.000 euros, fue la segunda en el yacimiento, después de que en el año 2006, en el contexto de las obras de la A-8 Barreiros-Reinante, se llevase a cabo una primera excavación arqueológica que permitió documentar un yacimiento que inicialmente se pensaba que era un castro. Pero no es así, ya que tiene similitudes con los henge británicos, al estar configurado por un recinto circular definido por un foso y un parapeto sobre el que se asienta un muro en el exterior del recinto y otro en el interior, cubierto parcialmente por un nivel de piedra.


ESCOMBROS DE OBRA ¿PARA DENUNCIAR SU OLVIDO?
La concejal delegada de Cultura de Barreiros, Adela Rodríguez, y el arqueólogo del Servicio de Patrimonio Cultural de Lugo, Ignacio Senín, visitaron ayer el yacimiento de A Roda, donde continúan los restos de residuos de la construcción depositados hace días. Adela Rodríguez avanzó que hoy serán retirados: 

Su hipótesis es que probablemente fue un vertido provocado para llamar la atención de las administraciones: «Cando un tira entullos o fai de calquera xeito, pero neste caso están colocados sobre varios puntos determinados do muro. Penso que puido ser alguén molesto porque as administracións esquecen este xacemento e non o poñen en valor», señaló. 

Por parte del Concello, avanzó que se pondrán en contacto con la Dirección Xeral de Patrimonio para tratar de que cuando menos se instale algún tipo de señalización para orientar las visitas.

21 de marzo de 2013

Descubierta una mina de oro romana en Lugo

Se trataría del aurífero romano más grande de Galicia, y el único conocido que lavaría el metal precioso no en dirección a un río, sino a una ría. El yacimiento puede llegar a ocupar 150 hectáreas. Es el primero de estas características que aparece en A Mariña, entre Foz y Barreiros.
"Pepitas" de oro extraídas actualmente de las arenas del río Miño
 en Salvaterra por la empresa "Áridos do Mendo".
FOTO: La Voz de Galicia / Óscar Vázquez
Las jornadas micológicas dan a veces frutos inesperados. Sobre todo cuando el amante de las setas sabe leer los mensajes ocultos bajo los montones de piedras y las formas onduladas del terreno, que no acostumbran ser caprichosas. En A Mariña coincide que hay varios de estos aficionados al níscalo y el cantarelo que además son capaces de emocionarse ante un petroglifo, una mámoa o lo que podría parecer el parapeto de un castro.

La última vez, en Foz, cesta de mimbre en mano, lo que creyeron toparse dos de estos vecinos de la comarca lucense fue precisamente eso, un parapeto y el consiguiente foso. Pero pasó que después de este foso se levantaba otro parapeto, seguido nuevamente de un foso, y de otro parapeto y otro foso. Parecía una sucesión eterna. La fortificación semejaba excesiva, imposible, y entonces Manuel Miranda, que era precisamente uno de los dos colectores de setas, se llevó la duda a casa tras la excursión. Y no se le ocurrió mejor cosa, a quien también ejerce de portavoz del colectivo Mariñapatrimonio, que empezar a despejar su intriga repasando la toponimia de la zona.

Toponimia referida al agua

Rego Grande, Pozo Mouro, Quebradoiro, Cal, Furada, Piego, Meixador, por la banda de Foz. Lagoa, Covas y Carral, ya al otro lado del límite municipal, en el ayuntamiento de Barreiros. “Nos dimos cuenta de que muchas de estas palabras hacían referencia al agua, a las conducciones, a los pozos, y que eso tenía que indicar algo”, explica Miranda. “Cal es canal; Piego es piélago, que en castellano tiene también la acepción de estanque; Meixador es, según algunos estudiosos de la toponimia, un lugar por donde se vierte agua; Carral es, entre otras cosas, un lugar con surcos que recuerdan el rastro de las ruedas de los carros”.

Los miembros de Mariñapatrimonio, un grupo que en el último lustro ha informado a la Xunta de numerosos hallazgos arqueológicos que nadie antes había identificado, comprobaron que aquella extraña estructura de fosos y parapetos encontrada en el lugar de A Espiñeira (Foz) tenía su continuidad en la vecina zona de As Covas, al borde de la ría, en Barreiros. Y descubrieron otros signos, como unos montículos de cantos rodados que bien podían ser murias, las escombreras que dejaban a su paso los romanos después de explotar una mina. 

Fotografía aérea del año 1956
Fotografía aérea de 1956 que ayudó a limitar la zona de la mina.
Las fotos aéreas que consultaron en Internet no ayudaban mucho. La zona está repoblada con pinos y eucaliptos que apenas dejan ver el suelo desde el cielo. Hasta que, buscando con paciencia, se toparon con imágenes en blanco y negro, del año 56. Ahí la vegetación todavía no había crecido, y el terreno aparecía dibujado de surcos que desembocaban en otros canales más grandes, ladera abajo.

Por entonces, y ya con la sospecha de que aquello se trataba de una mina, habían telefoneado al arqueólogo Santiago Ferrer, uno de los mayores expertos gallegos en yacimientos romanos, que dirige en Bande la excavación del campamento militar de Aquis Querquennis siempre que lo permite el nivel de las aguas (las ruinas duermen buena parte del año sumergidas en el embalse de As Conchas). Según Miranda, cuando le enviaron la vieja foto aérea, la respuesta de Ferrer fue rotunda. No cabía duda de que se trataba de una mina de oro romana, con canales, balsas y depósitos para el lavado y la decantación del mineral. 

Primera mina de oro en A Mariña
Nadie antes había sospechado que en A Mariña se hubiese extraído oro. Es la primera mina que aparece, y según Mariñapatrimonio, a juzgar por las estampas aéreas, podría alcanzar unas dimensiones enormes: 150 hectáreas de terreno repartidas entre Foz (50 hectáreas) y Barreiros (unas 100). Efectivamente, si así fuese, se trataría del aurífero romano más grande de Galicia, y el único conocido que lavaría el metal precioso no en dirección a un río, sino a una ría.

Pero el arqueólogo, que visitó el lugar con miembros de Mariñapatrimonio y el alcalde de Foz, es cauteloso. Según él, lo que de momento se puede decir de este yacimiento es que se encuentra en buen estado de conservación y que es “novedoso”, porque “nadie imaginaba que pudiera existir”. Miranda añade que esta mina, “una obra de ingeniería bestial”, podría explicar la abundancia de castros en la zona. Alrededor hay registrados 20 asentamientos que pudieron haber surgido para alimentar de mano de obra el filón. Se supone que los técnicos que dirigieron la construcción del complejo sistema de canales y compuertas eran ingenieros de la Legio VII Gemina, es decir, de León. La mina era propiedad de Roma, y los pobladores castrexos pagaban los impuestos al Imperio con su trabajo y las pepitas de oro que con él obtenían.

La actividad pudo llegar a extenderse, como en el resto de las minas romanas, del siglo I al III. “Entonces, todas se abandonaron”, ilustra Santiago Ferrer. “Se cree que en algún momento se dio una fluctuación en el precio del mineral. Bajó mucho y ya no interesaba... No, no fue porque se acabase el oro. El oro todavía sigue estando”.

(Fuente. El País / Silvia R. Pontevedra)